Estrella: Desafiando Órdenes.

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Por fin Luna ordena la liberación de mis amigos, Luna y su capitán nos guían a otra torre donde se encuentra Taurus afuera viendo la torre pensativo.

—¿Qué haces aquí afuera? —le pregunta Luna a Taurus.

—Esperándolos —él se refugia en su abrigo. Stephan les da unas órdenes a unos hombres y desaparecen dentro de la torre dejándonos a mis dos hermanos, a Taurus, Trixie, Vidal y a mí. Mi padre se había ido a buscar a los hombres indicados para rescatar a Haim y asesinar a su padre y a los involucrados. No me agrada la idea, no porque tenga empatía por el padre de Haim sino porque creo que debe recibir su dosis de justicia en la cárcel.

    Luna mira despectiva a mis amigos mientras que conversa con Sol. Tristan le hace preguntas a mis amigos como de dónde son, como me conocieron y esas cosas. En ese momento llega Lina con mi petate y Luna la mira molesta.

—¿Qué es eso? —señala la bolsa que Lina me entrega.

—Relájate, no es nada malo —registro la bolsa aliviada de saber que toda mi ropa de combate está aquí junto con el abrigo y las camisas nuevas que le pedí a Ingrid que me consiguiera—. Ahora necesito entre Lina y Trixie que me cubran para poder cambiarme.

—De ninguna manera te cambiarás de esa forma —mi hermana interviene y se acerca a mí y aleja a Lina y a Trixie. De inmediato salen del suelo unos muros de hielo cubriéndome de la mirada del exterior—. Date prisa, que nuestro padre ya debe estar aquí.

     Me quito el vestido apresurada y un poco torpe, me puedo quitar una armadura a una velocidad impresionante, pero un vestido de fiesta se me hace imposible. Ya fuera el tedioso vestido azul, procedo a quedarme con la ropa interior y encima me coloco la camisa con los pantalones de cuero y me la meto dentro de los pantalones, me coloco el duro corsé que me protege de cualquier herida de cuchillo. Me pongo la chaqueta de cuero negro y la abrocho hasta al cuello y ahora me pongo el abrigo que me consiguió Ingrid; es el mismo que tienen los guardias de mi hermana sin embargo este es negro completamente.

—Estoy lista —grito por la extensa pared de hielo, la cual esta desaparece. Mis hermanos me miran asombrados como mis primos; mis compañeros no lo hacen, ya que esta es mi ropa normal. Si me miraron extraño cuando tenía puesto ese elegante vestido azul de fiesta.

—Chaqueta nueva —comenta Vidal dando su aprobación.

—Sí, la otra estaba muy desgastada —le respondo—. Aunque para ser honesta es bastante abrigadora.

—Ese tipo de tela la hechizan los einars para bloquear cualquier estado de la temperatura —comenta mi hermana seria—. También funciona como escudo, te pueden clavar una espada en la espalda y no lo notarías.

—Si te protege del frío ¿por qué no las repartieron para los invitados? —protesta Taurus.

—Porque esa tela es de uso exclusivo para mi ejército —Luna lo mira desafiante—. Y Estrella es mi hermana y yo se la otorgo si me da la gana.

—¿Tristan también tiene esos mismos privilegios? —pregunta Lina.

—Por mi Tristan se puede morir congelado —comenta mi hermana despectiva.

—Pero yo digo algo ofensivo de Luna y me cae media familia, dos tribus, todo un reino y encima puedo terminar en prisión —agrega Tristan cruzado de brazos.

    Por suerte llega Stephan con los bolsos llenos de armas para cortar con la tensión creciente de mis hermanos.

—Esto es todo lo que había —deja los pesados bolsos en el suelo. Vidal, Trixie y yo revisamos los bolsos y verificamos todas nuestras armas.

—¿Mis cuchillos están en esos dos bolsos? —le pregunto a mis amigos.

—En la mía, también está tu látigo —Trixie me entrega el bolso y yo le entrego el que tenía—. ¿Después de aquí buscaremos a los demás?

—No, ya no tenemos tiempo para encontrarlos a todos —me coloco las armas en el cuerpo con las correas—. Perdimos tiempo con el interrogatorio y mi padre nos dejó esa misión que no implica mucho.

    Ellos me miran decepcionados.

—Lo que sí voy hacer es llevarme a Tristan y a Taurus —señalo a ambos.

—¿Por qué nosotros? —pregunta Tristan confundido.

—¿Tienes sombras bajo tu mando? —le pregunto, él asiente—. Por eso, me servirás de refuerzo y Taurus me servirá de fuerza bruta por si las cosas salen mal.

—Eso lo voy a tomar como un cumplido —él hace una pequeña reverencia y mira a su hermano—. ¿Me dejas ir?

—Vuelve ileso —es lo único que comenta. Luna y él están tomados del brazo, la verdad no sé qué se traen esos dos y no lo voy a descubrir hoy.

    Taurus va a la torre a buscar su arma, ya que es muy pesada según varios guardias y solo él puede sacarla.

—¿En serio es tan pesada? —pregunta Vidal.

—El valor aproximado de su hacha es de ciento ochenta kilos —responde Lina.

—¿Por qué crees que lo llamé mi fuerza bruta? —miro a Vidal amable. Él asiente—. ¿Tristan, no buscarás nada?

—Tengo mi daga en mi bota y además no necesito una espada para controlar a mis sombras —me contesta cansado. Y Luna tuerce los ojos.

    Taurus llega con su hacha bien en alto.

—Como extrañaba esta cosa —Taurus muestra su majestuosa hacha. El diseño del hierro en el mango es sencillo, pero elegante, incluso la aterradora cabeza de metal tiene un buen acabado. Taurus llega justo a tiempo porque en ese momento aparecen mi padre y el capitán de su ejército secreto. Es curioso que todo rey tenga un grupo de personas pavorosas presumiendo de su grandeza militar y otro grupo secreto para ejecutar cualquier acto que no se debería saber o tener conocimiento de dicha misión. Este hombre pertenece al segundo grupo.

—Ya le di su misión  al capitán Williams, ustedes solo se limitarán a buscar a la señora Elizabeth para interrogarla y a su hija Emura —él nos mira amenazante—. No quiero que se involucren en la búsqueda de Haim ¿me entendieron?

    Todos asentimos. El capitán Williams desaparece, en ese momento me doy cuenta que él es una sombra. Trixie se aleja un poco de nosotros y saca una esfera y la aplasta; sale de ella un pequeño humo color verde y este lo usa para abrir el portal que nos transportará a la casa de Emura. Vidal es el primero en pasar el portal, luego le siguen Taurus y Tristan, después entro yo al portal y por última Trixie que lo cierra.

     Dejamos el frío Páramo para entrar en un bosque lo bastante amplio y frondoso. Trixie y Vidal nos guían hasta una pequeña cabaña, donde se encuentra Emura recostada en un marco apuntándonos con su arco.

—Somos nosotros, no dispares —alzo mis manos y ella bajo el arco.

—¿Por qué tardaron tanto, y los demás? —ella se acerca y le doy un abrazo.

—Venimos a buscarte y a tu madre para llevarte a un lugar seguro —ella me mira enojada—. Mi padre le ordenó a su guardia rescatar a Haim y…

—¿Por qué le dijiste a tu padre lo de Haim? —Emura protesta enojada—. Van a matar a Haim…

—No van a hacer eso, no lo permitiré —intento tranquilizarla—. ¿Dónde está tu madre?

—Adentro —ella señala a la cabaña.

—Estrella —Tristan se acerca a mí—. Esto no me gusta —él mira a todos lados.

—¿A qué te refieres? —lo miro confundida.

—Hay demasiada magia espectral en el aire —él me mira aterrado—. Tenemos que irnos ahora.

—Emura ve y busca a tu madre ¡Ya! —le ordeno a Emura, ella vuelve a su casa en busca de su madre.

—¿Puedes controlarla? —le pregunto seria.

—Haré mi mayor intento, pero se viene un grupo grande —él se aparta y libera a una sombra y hace que se vaya—. Envíe a una sombra a investigar, pero todo parece indicar que son espectros.

—Quiero a todos alertas. Trixie quiero que hagas un portal y te lleves a Emura y a su madre devuelta al castillo de mi hermana —ella asiente y entra a la casa.

—Los demás, los quiero los más juntos posible —todos miramos a el bosque que empieza a salir una espesa masa oscura, Tristan se acerca y la toca.

—Tenemos que dejar este lugar ahora —él regresa a nosotros. Trixie sale de la casa con Emura y su madre, ella hace un portal rápido y desaparecen—. ¿Todos tienen la protección de la señora Laila?

—¿A qué te refieres? —pregunta Taurus.

—¿Qué si te bautizaron aparte de la señora Liora, bajo la protección de la señora Laila? —le aclaro.

—Sí, claro —él asiente.

—Bien, eso te ayudará a que ninguna sombra entre a tu cuerpo, aunque no te garantiza que no te duela —Tristan toca el suelo y libera a sus sombras. Él les da unas órdenes en una lengua ajena a mí.

—Ellas nos protegerán, aunque se avecina un pequeño grupo de personas armadas —él nos mira serio.

—Tenemos que ir a la costa, allí estarán el grupo de mi padre y podremos sacar a Haim y largarnos de aquí —todos asienten—. Tristan ¿te puedes encargar de esos espectros tú solo?

—Sí, pero en serio váyanse —él sale del círculo que habían hecho sus sombras y le tomo de la mano a Taurus y a Vidal, todos damos un paso adelante y estamos en la cima de una cordillera que se puede apreciar la costa y los barcos que están allí.

—Esto se está complicando —comenta Vidal, perturbado.

—También opino lo mismo —Taurus le da la razón—. Tenemos que pedir refuerzos.

—Lo sé, esto tampoco me gusta y mucho menos que haya dejado a mi hermano en ese lugar.

    Veo hacia el bosque y hay una especie de manto negro como si estuviera creándose una tormenta de espectros.

—Quisiera decir que vayamos a los barcos a buscar, pero al vernos nos matarían —expresa Taurus observando la costa—. Odio esto Estrella, pero tenemos que volver con Luna, no tenemos los números y mucho menos una estrategia clara.

—No quiero perder a Haim —confieso abatida.

—Comprendo, es comprensible, pero tienes que pensar en Vidal, en mi y en ti —él me mira fijo—. Sé que quieres salvarlo, pero las posibilidades de salir con vida de allí —señala a los barcos— son mínimas.

    Todos hacemos un círculo para regresar, pero un destello verde nos sorprende y aparecen mi escuadrón con Lina, Sol y Luna.

—Más te vale que esto sea rápido —Luna comenta seca.

—Por primera vez me alegro de verlos a todos —Phillip se acerca a Vidal y lo abraza—. ¿Y bien, cuál es el plan?

—¿Mi padre sabe de esto? —le pregunto a Luna.

—Algo así, me pidió que te enviara refuerzos y mandé a buscar a tu grupito de amigos —ella me contesta con desdén.

—¿Dónde está Tristan? —pregunta Lina. Taurus, Vidal y yo señalamos al grueso manto negro de sombras. Todos palidecen al ver a las sombras, pero más Luna.

—Se quedó para lidiar con el ejército de sombras que nos enviaron —responde Vidal.

—Tenemos que sacar a Haim y capturar a su padre —le hablo a todos.

—Ya cumplí con traerte a tus compañero, me devolveré al Páramo —habla Luna tajante viendo atónita la gruesa masa de sombras que se están haciendo más grande.

—De acuerdo hermana —Luna y Sol desaparecen. Les cuento mi plan al grupo. Primero Lina se irá al mar a detener cualquier intento de fuga. Divido a mi escuadrón en dos grupos, el primero están Trixie, Taurus y yo; y el segundo estarán Vidal, Emura, Luke y Phillip. Cada uno tiene la misión de buscar a Haim y a su padre. Teniendo en cuenta que estarán el grupo de los hombres de mi padre, debemos tener mucho cuidado de no interferir en los arrestos o lo más seguro, las ejecuciones extra oficiales.

    Trixie nos teletransporta en el muelle, concretamente en un callejón. Nos separamos y empezamos a indagar en qué barco estarán. Escondemos las armas y el rostro de Emura por protección.

—¿Tienen idea en qué barco se puede estar? —pregunta Taurus observando los puestos de comida y ropa.

—No, tenemos que esperar a que los hombres de mi padre actúen para poder sacar a Haim —les digo a ambos—. No confío en que dejen con vida a ninguno de los dos.

    Trixie me mira asustada y no la culpo. Recorremos gran parte del pueblo buscando algún indicio de Haim o su padre. En eso aparece Emura y me pide que la siga a la parte trasera de un bar, Vidal y Phillip sostienen a un hombre mientras que Luke le da una buena paliza.

—¿Ya ha dicho algo? —pregunta Emura enojada.

—Solo estupideces —contesta Phillip.

—¿Puedo hacer los honores? —pregunta Taurus. Asiento y Luke se aparta. Taurus le da un puñetazo sonoro que provoca que el hombre pierda unos dientes y que Vidal y Phillip se tambaleen, pero no sueltan al hombre alto y moreno con aspecto desarreglado.

—Te daré otro buen golpe sino colaboras con nosotros —Taurus le habla serio.

—Púdrete —escupe sangre el hombre. Taurus le da un puñetazo limpio en las costillas dónde se escuchan los huesos rotos del hombre—. No sé nada, se los juro.

—Estuviste cuando se llevaron a mi hermano —Emura lo levanta del suelo—. No lo niegues, trabajas para mi padre, Zack Henryk.

—Yo solo seguí órdenes y me pagaron por eso, no tengo nada en contra de usted —el hombre súplica, pero Emura le clava un puñal en el cuello.

    Vidal y Phillip arrastran al hombre hacia un basurero y lo cubren de desechos. Salimos del callejón con más dudas que respuestas. Preguntamos a las personas por alguna información, pero es inútil. Los hombres de mi padre no los veo por ningún lado y es que tampoco sé cómo son o algo por el estilo. Nos volvemos a separar para abarcar mejor la zona. Sin embargo mis esperanzas aumentan cuando veo un escuadrón de guardias de mi padre ir hacia los barcos a registrar las embarcaciones. Nos acercamos lo más que podemos para no intervenir. Las personas empiezan a protestar y a combatir con los guardias. Los barcos salen personas en cadenas donde los ubican en una pequeña parte del puerto. No veo a Haim por ningún lado hasta que registran el tercer barco de los cinco que hay en el muelle, sale Haim encadenado con otros hombres, el cual uno se me hace familiar. A Haim lo arrastran fuera con el hombre.

    Seguimos a Haim donde lo llevan lejos del desastre que se desarrolla en el muelle. Llegamos a la playa donde a ambos los arrodillan.

—¿A dónde nos llevan? —exclama Haim.

—Cállate —le golpean en la cara. Ambos llegan a unos botes y dos hombres aparecen dentro de este y asesinan a los guardias. Salimos de nuestro escondite. Los hombres se acercan a nosotros y Taurus se abalanza y los asesina.

—No den un paso más —el hombre tiene a Haim por el cuello con la cadena.

—Suéltelo —le ordeno.

—He pasado toda mi vida buscando a mis hijos, y no pienso renunciar a ellos —habla el padre de Haim.

—Nunca vamos a estar contigo —el señor Zack sigue ahorcando a Haim.

—Señor, está matando a su hijo. Suéltelo —habla Taurus intentando tranquilizarlo.

—Váyanse ahora —Zack lleva a Haim al bote.

     Sin embargo, lo ataca una sombra negra donde lo arrastra al mar y Haim intenta alejarse de la sombra, pero también es arrastrado al mar. Taurus se acerca y rompe la cadena, Haim se aleja del mar y vuelve a nosotros. La sombra despedaza el cuerpo del padre de Haim, Zack grita, pero no podemos hacer nada por ayudarlo. Busco por todos lados a Tristan, sin embargo no lo veo por ningún lado.

¿De dónde salió esa sombra?

    No queda casi nada del cuerpo del padre de Haim.

—¿Estás bien? —le pregunto a Haim.

—Si, así estaré seguro de que está muerto —Haim habla sin emoción.

    Veo que sale del agua Lina asustada.

—Estrella, tienes que ir al puerto —ella habla asustada—. Hay demasiadas sombras arrasando con el lugar.

    Corremos de nuevo al puerto dónde está desatado el propio infierno. Las sombras devastan hasta el más mínimo establecimiento o persona.

—¿Dónde está Tristan? —le pregunto a Lina.
—No lo sé, pero me preocupa —Lina me mira asustada.

—Tenemos que buscar a los demás y a Tristan —le digo a los demás.

    Corremos entre toda la multitud en busca de Emura, Luke, Vidal y Phillip. Intentamos alejarnos de las sombras que arrasan y destruyen todo a su paso. Gruesas capas de manto negro cubren el lugar y los aldeanos huyen desesperados del lugar. Entre la multitud encontramos a Emura con los demás intentando defenderse de un grupos de sombras. Lina se abre paso y espanta a las sombras con un rayo que hace que caiga del cielo. Los chicos nos miran aliviados y asustados. Emura corre hacia los brazos de Haim.

—Sabía que te rescatarían —ella lo mira aliviada.

—No quiero ser un aguafiestas, pero tenemos que dejar este maldito lugar —habla Phillip alarmado por las sombras.

—No podemos irnos sin mi hermano —exclamo alarmada.

—Lina, ve si lo puedes ver desde el cielo —le ordena Taurus, ella sale volando al cielo.

—¿Puede volar? —le pregunto confundida a Taurus.

—No me voy a poner a charlar contigo así —señala a las sombras. Todos salimos corriendo fuera del pueblo hacia al bosque aunque nos damos cuenta que es una mala idea porque allí están todas las sombras apiladas esperando a sus presas.

    De pronto veo a mi hermano con las sombras, sin embargo su mirada me espanta.

—Tristan  ¿Qué está ocurriendo? —le grito, pero él no me mira. Las sombras se acercan a nosotros, pero Lina aparece y los electrocuta a una buena parte y los destruye. Escucho el sonido agudo de mi hermano.

    Corro dentro de la masa negra hacia mi hermano que me mira enojado y me lanza un puñetazo limpio con sus poderes. Me levanto del suelo y me acerco lo más que puedo a él.

—¡Tristan! —lo llamo—. Esto no eres tú.

    Intento hablar con él mientras esquivo la masa oscura que me lanza.

—¡Detente! —le grito. Él no me escucha, no me reconoce. Escucho a mis compañeros que me llaman, pero no los escucho. Abandoné a mi hermano una vez, no lo pienso hacerlo dos veces.

    Me acerco más a Tristan que me mira enojado, sin embargo él me lanza contra un árbol el cual caigo al suelo y me desmayo. Siento como la masa oscura consume mi visión.

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El Nacimiento De Un Imperio [II Libro De La Saga Dioses Universales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora