Capítulo 8

105 17 13
                                    

Jongin no apartaba los ojos de Kyungsoo. Su amigo y él llevaban casi una hora con aquellos dos tipos y parecía que lo estaba pasando en grande, e incluso había bailado con uno de ellos. Verlos juntos, abrazados, le provocó una sensación extraña que se le enroscaba en las entrañas. El chico aprovechaba cualquier excusa para tocarlo. Hasta cierto punto podía entenderlo, porque en su lugar, él habría hecho lo mismo. KyungSoo era precioso y esa noche, con unos pantalones ajustados y una camiseta trasparente negra, que dejaba a la vista sus rosados pezones y su plano estómago cada vez que se movía, era toda una delicia. Pero eso no evitaba que, cada vez que lo veía coquetear con él, deseara echárselo sobre el hombro y sacarlo de allí. Ver a aquel tipo rodeándolo con sus brazos hacía que le hirviera la sangre.

Sehun le echó otro vistazo a su reloj y farfulló un par de maldiciones. Faltaban dos minutos para que se cumpliera la hora que habían acordado e iba a perder la apuesta.

—Creo que has perdido tu dinero —dijo JiYong entre risas—. Los pijos no han salido corriendo.

Sehun le respondió con un empujón y JiYong se lo devolvió.

Jongin no les prestaba atención, estaba más concentrado en observar a los tipos ponerse de pie, parecía que se marchaban. Se puso tenso. Si KyungSoo se largaba con ellos, no estaba seguro de si lo dejaría ir sin más. Con un inesperado alivio vio cómo salían, solos.

Luhan se levantó y se encaminó directamente hacia él, lo pasó de largo con Sehun en su punto de mira, mientras que Kyung se quedó en la mesa.

—Deberías cerrar la boca. Babeas —dijo Hyuna con voz envenenada al pasar por su lado.

Kim la siguió con la mirada. Continuaba enfadada y no se molestaba en disimularlo. A veces las mujeres eran un auténtico misterio para él. Pedían sinceridad, pero cuando la recibían, y esa sinceridad no encajaba con sus expectativas, te declaraban la guerra. Apoyó la cadera en la mesa de billar, reuniendo el valor suficiente para acercarse al principito, se sentía estúpido, eso nunca había sido un problema para él, sobre todo porque eran los chicos quienes siempre lo buscaban. Tomó aire y dejó el taco. Si pensaba acercarse debía hacerlo ya, antes de que su amigo regresara.

Se enderezó de golpe, al ver que Hyuna acababa de tropezar con la silla que ocupaba KyungSoo. Parecía un traspié fortuito, pero Jongin la conocía lo suficiente como para saber que había sido deliberado.

—¡Uy, perdona! —dijo Hyuna con sarcasmo.

Soo se frotó el brazo, donde lo había empujado con la cadera, y se puso de pie como si un resorte lo hubiera lanzado hacia arriba.

—Lo has hecho a propósito —le espetó.

Hyuna soltó una carcajada, regresó tras la barra y comenzó a recoger unos vasos.

—Te comportas como una cría —murmuró Kyung.

Hyuna lo fulminó con la mirada. Se echó hacia atrás la melena oscura y apoyó las manos en la barra.

—¿Cómo has dicho?

—¡Que te comportas como una cría! —repitió KyungSoo, alzando un poco más la voz, con ganas de darle un golpe.

—Niñato estúpido —masculló Hyuna con ojos llameantes.

KyungSoo acortó la distancia entre la barra y ella. La bruja no dejaba de provocarlo y él estaba a punto de estallar, ya fuera por la cerveza, o porque su mitad irracional e impulsiva estaban hablando por su mitad sensata. En el fondo le daba igual el motivo; esta vez no iba a mirar para otro lado y a dejar que lo pisotearan.

—Estoy harto de tu actitud —le espetó—. Me tratas como si fueras la víctima y yo el que se hubiera tirado a tu novio. —soltó sin importarle que todo el mundo lo estuviera oyendo—. ¡Aquí la fulana eres tú!

SIN LÍMITES ||KAISOO||Adaptación ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora