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EUPHORIA
capítulo diez, sesión dos.

[narrador omnisciente]

Nate estacionó su camioneta justo en frente de la casa de su invitada luego de que esta decidiera irse. Por lo que Winnie creía, su padre no estaría en casa, pero regresó a tiempo para reconocer esa camioneta y explotar furioso.

La castaña se despidió de Jacobs y se bajó de la misma, su sonrisa se borró cuando divisó a su padre junto a Joe Miller, debido a sus expresiones, Winnie estaba segura de que estaba más que enfadado, y que no saldría impune de esta.

—Papá, juro que puedo explicarlo...

—Adentro. Ahora —el hombre ni siquiera la miró. Por desgracia, Nate ya se había ido, y de no ser por eso el hombre ya estaría dandole su merecido.

La castaña entró a la casa antes del mayor, quien deambulaba exasperado por la sala intentando pensar. Joe solo observaba la escena confundido, no entendía el motivo de Winnie para estar con alguien que repudiaba.

—Espero que tengas una excusa creíble para esto, Winifred —señaló. La mencionada tragó saliva sin la posibilidad de responder, estaba ideando algo para que el hombre no creyera que salía con el castaño—. ¿Crees que me gusta regañarte delante de Joe? Claro que no, pero no puedo ni creer que estabas con ese muchacho.

La castaña no lograba modular una oración, no tenía nada en mente, no podía mentirle otra vez a su padre, tampoco estaba segura de que si era lo correcto confesar su plan contra Nate. Joe carraspeó su garganta, como si quisiera opinar sobre el tema.

—Lamento entrometerme, pero siento que debería irme —dijo el pelinegro sintiendo la presión e incomodidad en el ambiente.

—Tranquilo, Joe, puedes quedarte. Y nosotros dos hablaremos seriamente de esto en la mañana.

Winnie suspiró disgustada con la invitación de su padre, le parecía un poco egoísta dejarlo quedarse cuando ambos estaban separados, aunque en el fondo sabía que él era un buen hombre y que haría cualquier cosa para ayudar a alguien.

—Sr. Johnson, ¿Puedo hablar con usred un minuto? —inquirió el muchacho y el mencionado aceptó. Ambos se dirigieron a la cocina, dejando a la castaña sola y cruzada de brazos— Se que usted quiere ayudarme y es muy amable de su parte, pero no creo que Winnie esté de acuerdo en que me quede.

—Lo sé, Joe, pero es peligroso que deambules por ahi a estas horas —explicó—. Además es solo por esta noche, mañana podrás irte.

—Ok, de acuerdo.

La castaña daba vueltas en su cama sin poder dormir, ya que su cabeza no dejaba de pensar en Joe. Le incomodaba la idea de que estuviera en su casa y ni siquiera pudieran hablar, y aunque esta quería saber como estaba y conversar de cosas alternativas como hacían antes, no iba a hacerlo, o al menos eso creyó por varios minutos hasta que se hartó y salió de su cuarto con la excusa de que iría al baño.

—¿Estás cómodo? —indagó desde la escalera mientras incendía una de las luces de la sala. El pelinegro acostado de lado en el sofá asintió con la cabeza— Bien —esta se dió la vuelta con la intensión de regresar a su habitación.

—¿No deberías descansar? Tu padre dijo que tienes que levantarte muy temprano —la castaña volvió a su posición y asintió con una mueca.

𝖋𝖊𝖊𝖑 𝖘𝖔𝖒𝖊𝖙𝖍𝖎𝖓𝖌 | euphoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora