WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)

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DE VUELTA A LA NORMALIDAD
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A la mañana siguiente, mientras Potter era convocado en el Ministerio por algo extraño de lo que nadie me había hablado, fuimos al Callejón Diagon para comprar las cosas para el nuevo curso. Se sentía extraño estar en las calles del mundo mágico con alguien que no fuera Severus.

En el Callejón Diagon, los gemelos estaban más preocupados por llegar a la tienda de bromas más cercana que por conseguir sus útiles para la escuela, Ron estaba mirando las escobas ya que su madre estaba increíblemente feliz porque tanto él como Hermione eran los nuevos prefectos de Gryffindor, y Ginny desapareció con su madre y Hermione para conseguir sus nuevos libros. 

Por primera vez, estaba bastante emocionada de volver a Hogwarts, sería lo más parecido a volver a la normalidad, y además, sería mi último año en la escuela. Estaba planeando dejar a Slytherin por lo alto como la mejor casa. Quidditch, prepárate, ¡esta perra tiene mucha rabia que soltar! 

Remus me acompañó a Gringotts para conseguir algo de mi dinero antes de ir a las tiendas. Después de que mi madre fuera encarcelada, toda su fortuna acumulada durante sus años trabajando como investigadora en Pociones antes de convertirse en Mortífago y la herencia que dejaron mis abuelos cuando murieron, que fue rechazada por Severus, terminó siendo mía. Por eso, aunque Circe estuviese en Azkaban, yo tenía suficiente dinero para vivir por mi cuenta. 

Le ofrecí a Remus una buena cantidad de dinero por haberse hecho cargo de mí en la Casa Black, pero lo rechazó casi ofendido diciendo que lo había hecho porque quería, no porque quisiera una recompensa económica por ello. 

— Bueno, ¿has pensado ya en lo que vas hacer una vez que termines este año? — preguntó mientras salíamos de una de las librerías. 

— Sí, no creo que vaya a solicitar el puesto de Auror — finalmente dije.

— ¿Por qué no? Tus notas son impecables. Y creo que los EXTASIS serán bastante fáciles para ti.

— No creo que convertirme en policía del mundo mágico sea para mí, Remus.

Se rió disimuladamente, sacudiendo la cabeza.  — Sí, sueles es romper bastante las reglas, ¿no? — me miró, pasando su brazo por encima de mi hombro. — A veces me pregunto por qué el Sombrero Seleccionador no te puso en Gryffindor.

— ¡Oye! ¡No me insultes así! — bromeé fingiendo estar ofendida. — Soy una Slytherin, de corazón y alma.

Mordí mi labio, todavía cuestionando lo que estaba divagando en mi mente. 

— Creo que intentaré postularme para las Arpías de Holyhead. Anunciaron que buscarían una nueva Bateadora al final del próximo verano y los partidos no serán fuera de Londres debido a lo que está ocurriendo ahora, así que creo que puedo entrar en el equipo.

— Uhm, entonces el Quidditch, ¿eh? Supongo que también es lo tuyo. Seguro que entrarás en el equipo.

Después de comprar todos mis útiles escolares, estábamos listos para encontrarnos con los Weasley nuevamente en el centro del Callejón, pero mientras buscábamos a los pelirrojos, un cabello rubio familiar apareció en mi vista. Mi corazón se aceleró de pura alegría. 

— ¡Olivia! — grité, llamando su atención y la de otros magos también. Se dio la vuelta y pude ver que estaba acompañada de otra bruja que conocía muy bien. Tan pronto como me reconoció pude ver que la sonrisa crecía y sus ojos se llenaban de lágrimas.

Le di a Lupin mis cosas y corrí hacia ellas. Nos derretimos en un enorme y fuerte abrazo, y la simple esencia de Liv calentó mi corazón y me hizo sentir como en casa de nuevo.