15. Ascendente acuario

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—En el concierto de la noche, Honne va a subirse contigo cuando interpretes la canción que los fans creen que es para ella. —explicó Verónica, mostrando paso por paso a través de una presentación de diapositivas.

La única persona que mantenía el bardo de mentirosos a flote era ella, estaba segura que de no ser por Vero todos hubieran olvidado el show en un par de semanas. Además la que me calmó cuando tuve una pesadilla sobre un acosador en forma de duende persiguiéndome.

Un día de estos lo soñaría con Mar y no estaría lista para lo que mi subconsciente diga.

—¿Eso no sería lucrarse de nuestra relación? —la pregunta de Mar fue medio tonta, pero no tanto como ella.

—¿Y por qué crees que era el contrato Mar? —la sorpresa en la voz de Luka me hizo gracia—. ¿Para que dieras tu primer beso? ¿Por amor al arte? Esto no es doce corazones para emparejarte con los signos.

—Por cierto, que sea la última vez que se esconden de los paparazzi o reporteros —sentenció Vero— tenemos la suerte de no tener que contratarlos, hay que agarrar toda la relevancia que les de fama.

—Pero parece que la popularidad solo incrementa. —interrumpió Mar de vuelta.

—¿Te pone nerviosa? Podemos contratarte un psicólogo.

—No —saltó de su asiento, chocando un poco con el mío—. me refiero a que se supone que el contrato se acaba cuando ya no funcione la relación. A mí nada me pone nerviosa. —se cruzó de brazos al terminar de hablar.

—¿Me pasas el agua?

Puse mi mano encima de su muslo, señalando con la otra la botella.

—Eh, sí —tosió— ya voy —arrastró su brazo sobre la mesa sin quitar la mirada de mis dedos—. toma, que esté rica.

En mi defensa, no fue tan a propósito, el resto de nosotros vestía formal mientras que ella ya se puso su corto vestido blanco que usaba en su estética de hada. Las botas altas la hicieron caminar mal, incluso las botas pudieron y yo no.

¿Será que siempre me gustaron las chicas así? No recordaba haberme sentido así con un hombre antes. Es que ellos podrían ser fantásticos pero no podrían ser Astrohada.

El proceso de los conciertos era agotador, no sabía cómo Mar sobrevivía a estar allí cuatro horas antes, cantar por una, firmar autógrafos, conocer fans por un par más para luego encargarse de ser la imagen de su publicidad y propia compositora.

La juzgué mal, si con tomarme fotos mientras cursaba mis carreras casi desfallezco, no me imaginaba estar en su lugar.

Por fortuna nuestra ayuda cercana nos animaba, los hermanos nunca se alejaron de nosotras en ningún momento. Aunque no les incumbiera, estaban coordinando las luces, posición de decoraciones y cómo subiría.

—Tonto, ¿Cómo vas a colgar eso tan alto? ¿No ves que los seguidores de Mar son pequeños? —reclamó Kalum.

El corazón estuvo por salirme del pecho cuando por pisar mal, uno de sus zapatos lo hizo resbalar, el escenario de solo 6 metros de altura pero que con una mala caída le rompería algún hueso. Mar jadeó del susto, lo primero que vi fue a Kalum palidecer.

Me dio miedo levantar la mirada, todas las personas se quedaron calladas.

Verónica estaba sujeta a una de las gruesas cuerdas mientras que en su otro brazo lo sostuvo del cuello de su ropa, pronto lo estiró con fuerza devolviéndolo dentro.

Él quedó en el piso sujeto sobre sus codos enfrente de ella, sentí que volví a respirar. Ella se arrodilló a su lado, lo cual me pareció raro ya que su lema es "No arrodillarse ante ningún hombre" incluso me ha contado experiencias con posiciones extrañas solo por cumplirlo.

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora