Lindo felino • 1

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Caminaba por las calles de Seoul en una tarde tranquila y relajante, después de una día largo en la universidad lo único que deseaba era poder llegar a casa, llegar con mi familia y tener una agradable charla durante la comida, después tomar una r...

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Caminaba por las calles de Seoul en una tarde tranquila y relajante, después de una día largo en la universidad lo único que deseaba era poder llegar a casa, llegar con mi familia y tener una agradable charla durante la comida, después tomar una refrescante ducha e ir a realizar mis tareas para culminar el día conciliando el sueño, una rutina de todos los días, muy monótona.

Unas cuantas calles más y estaba frente a mi hogar, simplemente saque las llaves para introducirlas en la cerradura, al escuchar el típico sonido de la puerta indicando que estaba abierta entonces entre sin rodeos, no escuchaba ningún ruido por la casa, supuse que mi hermana salió con sus amigas y mi hermano seguía en sus clases de música, mi madre salió a cualquier cosa y mi padre no llegaba a casa del trabajo, perfecto, casa sola.

Subí por las escaleras hasta llegar al segundo piso de la casa, recorrí el pasillo hasta llegar a mi habitación, de inmediato me percate de aquellas patitas peludas y blancas por debajo de la puerta, fue en ese momento cuando abrí la puerta dejando ver a mi felino con unas pupilas más que dilatada, ni siquiera se percataba el color marrón de sus ojos, porque si, mi Gigi no es típico gato con ojos azules o verdes, el tenía unos ojitos cafés y pequeño, era raro, pero muy, muy lindo gatito.

-Gigi, ¿Cuánto tiempo llevas encerrado, pequeño?- cargo al peludo entre sus brazos adentrándose a su habitación, boto sus cosas al suelo, más tarde podría recogerlas, por el momento tenía algo más importante que hacer, alimentar al felino, debe estar muriéndose de hambre el pobre animal.

Baje por las escaleras escuchando unos tiernos y dulces maullidos por parte de Gigi, realmente parecía estar teniendo mucha hambre y sed, de seguro lo deje encerrado está mañana al salir de casa, que mal dueño soy, pero ya estoy aquí, dispuesto a remediar mi error.

-Ten, Gigi... lamento haberme ido y no alimentarte antes- Servía las apetecibles croquetas que le fascinaban al gatito, realmente no entendía porque le gustan tanto, por favor, esas cosas saben a tierra, pero si a mí felino le gustan entonces no veo el problema.

Serví un poco de agua en su tazón color blanco con decoraciones de huellitas en tono negro, era bastante tierno y sofisticado, me gustaba demasiado, y al parecer al felino también le agradaba, eso me ponía muy feliz, al parecer tengo muy buenos gustos en escoger pequeños detalles para mí lindo compañero.

Subí a mi habitación para tomar la refrescante ducha que tanto anhele en todo el día, tener clase se deportes y sudar no era muy de mi agrado, lo peor es que mi colegio no cuenta con duchas funcionales, y cuando sirven siempre estan llenas, además, me daría pena dejar que otro chico me viera desnudo, no es muy de mi agrado andar mostrando mi cuerpo.


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CAT-BOY - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora