Capítulo 14

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Por primera vez, desde que estaban casados, su esposo se había levantado primero.


Después de cambiarse, bajó a desayunar. Encontró a Darcy en una acalorada discusión con su primo


sobre política. Georgiana se alegró de verla entrar, ya que no creía aguantar mucho más esa


conversación.


-Buen día- saludó haciendo una breve reverencia- ¡Qué grata sorpresa Coronel! ¿Nos acompañará mucho


tiempo?- le preguntó, mientras observaba la expresión de su cuñada.


-Tal vez, en realidad, depende de lo que dispongan mis superiores. Pero espero poder quedarme al


menos un mes- respondió, echándole una breve mirada a Georgiana.


La joven se sonrojó un poco y desvió su mirada al notar que su cuñada la miraba.


Los sirvientes, volvieron a servir más café. Lizzie pidió té.


-¿Cuáles son tus planes para hoy?- preguntó Darcy a su mujer.


-Salir con Georgiana a pasear. Después la acompañaré hasta la casa de la señorita Annesley y yo


aprovecharé para visitar a mis tíos.


-¿Saldrán apenas terminado el desayuno?


-Sí, apenas estemos listas.


-En ese caso, me gustaría tener unas palabras a solas contigo- diciendo esto, se paró y esperó que su


esposa lo acompañara hasta su estudio.


-¿Pasa algo malo?- preguntó inquieta mientras caminaban.


-No, nada malo. Pero ha surgido un asunto negocios, por el cual tengo que ir a Portsmouth. Volveré


rápido, tal vez mañana.


-¿Tienes que irte? ¿Cuándo?- preguntó angustiada.


-Lo antes posible, dentro de un rato, Richard se quedará haciéndoles compañía. Lo siento mucho, por


más que prefiera quedarme contigo, tengo que ir.


-Está bien, entiendo. Pero prométeme algo.


-Lo que quieras.


-Vuelve pronto.


-Lo prometo- dijo y la besó.


Cuando iban a salir, Darcy las acompañó hasta el carruaje para despedirse. Primero abrazó a su


hermanita y le dio un beso en la frente. Luego, abrazó a su esposa. Lizzie no quería soltarlo.


-Elizabeth, el carruaje espera- y susurrándole al oído, agregó- Te amo. Te extrañaré.


-Yo también, vuelve mañana, ¿sí?


-Nos vemos mañana- dijo, dándole la mano para subir al carruaje- Saludos a tus tíos, diles que vengan a


cenar con nosotros.


Elizabeth asintió y, mientras avanzaban por la calle, miró a su esposo que se despedía desde la puerta.


La tía Mary, la estaba esperando con el almuerzo. Los niños estaban con su institutriz y Edward,


trabajando. Pudieron sentarse tranquilas a conversar.


-Elizabeth, apenas llegamos, nos enteramos de algo que creo debes saber- dijo su tía.

Secuela de Orgullo Y PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora