13- No quiero estar solo

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Llegamos al sitio donde estaban los motor home. Entramos y papá se encontraba charlando con Esffie mientras la pantalla estaba reproduciendo una película.

—¡Al fin llegaron los estábamos esperando! —dijo papa contento— ¿Dónde se encontraron?

—¿Les paso algo? ¿Por que traen esas caras como si los hubiesen estafado? —pregunto Esffie.

Quizás no era una estafa pero de esa forma se sentía. Engañada.

—No tengo hambre y creo que ya iré a dormir —dije para pasar a donde estaban las camas.

—Tú te lo pierdes comeremos a fuera a la luz de la luna —dijo Esffie poniéndose de pie y saliendo del motor home.

Me metí en el baño y me cambié de ropa.

Papá y mis hermanos habían sacado unas sillas y la mesa para comer afuera.

—Te traje algo de pizza —dijo Tanner con el plato en sus manos.

—No tengo hambre —dije dándole la espalda.

—Esta bien yo tampoco tengo apetito.

Quería llorar y a la vez no quería tomar mi teléfono, no tenía a Rex o quizás estaba a metros mío.

Solo quería leer esas palabras de que todo estaría bien.

RT2

Creo que no soy el único que no podrá dormir

No quería girarme y ver a Tanner escribía.

CS

Sabes que no podemos fingir como que todo sigue igual?

Esta vez si me gire el estaba recostado en la cama de arriba y podía verlo desde mi cama.

Los dos nos miramos esto era tan extraño jamás me había ocurrido algo así y menos con Tanner.

Limpié la lagrima que rodó por mi mejilla y me di vuelta dándole otra vez la espalda.

Era una locura, éramos familia y no podía pasar más allá de eso. Aunque doliese y fuera un delito de la manera que lo vieras estaba mal.

No recuerdo en el momento que me dormí solo se que íbamos a regresar a casa y era lo que más temía.

Vivíamos en la misma casa y era inevitable no cruzarse, y menos aún sabiendo que el dormía en la habitación en frente de la mía.

En el viaje de regreso ninguno cruzó palabras y la que se percato de eso fue nuestra hermana que de vez en vez nos miraba a los dos.

Y a Esffie nunca se le escapaba nada.

—¿Ris? ¿Tanner? ¿Hijos esta todo bien? —pregunto papa mirándonos.

Mi hermano asintió y yo también acompañando de una sonrisa.

Al llegar a casa fue ll que más me hizo sentir incómoda y triste.

Ahora no tendría con quien hablar no estaría el dando sus lecciones filosóficas de la vida o anécdotas tontas.

—¿Cómo les fue? —pregunto mamá.

Pasé por su lado y me dirigí a mi cuarto encerrando allí y tirándome en la cama.

Mi vida era un desastre y peor aún, más me odiaba a mi misma.

No quería salir de mi cuarto y agradecía tener un baño en mi habitación. Solo buscaba o Nora me traía comida al cuarto.

AnonIMWhere stories live. Discover now