❑ O3. Un paso adelante, tres hacia atrás

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La maestra de ecología nos dejo un trabajo en equipo, y yo no sabía que hacer porque siempre estaba contigo en ese tipo de cosas.

Así que te llame por teléfono al llegar a casa; no podía verte en la escuela, porque si no me pondría a llorar, de rodillas, rogando tu perdón aunque yo nunca hice nada.

— Hola, ¿Cómo estas?, ¿estas bien?

De alguna forma, el fingir un tono feliz y normal, causo que se formara un nudo en mi garganta, y los nervios comenzaban a tomar mis correas poderosamente.

—  Bien, gracias por preguntar Amy... ¿y como estas tu?

— Bien —me apresure a decir—  Yo también estoy bien.

— Ok... ¿para que llamaste?, ¿sucedió algo? —tu tono de voz, suenas tan dulce cuando te preocupas.

— No, solo era eso, disculpa la molestia Sonic.

— Esta bien, hasta luego — y colgó.

Me tienes mal de la cabeza, odio el tener que mirarme al espejo y preguntarme si luzco bien o mal; porque siempre te lo preguntaba a ti, y siempre le hacia más caso a tu opinión que a la mía.

Recuerdo que cuando te contaba un chiste siempre te miraba, expectante, esperando tu risa para yo también poderme reír.

Odio haberte dado el poder sobre estas cosas. 

Porque nuestra relación parecía una montaña rusa, que subes con lentitud y felicidad, pero después caes en picada, completamente asustado.

Me decías que era el amor de tu vida, pero cuando te contradecía te volvías loco; decías que en realidad no te quería y yo entraba en pánico; porque yo estoy segura de mis sentimientos.

No sabía si me ambas o me querías, o si me odiabas, no te entendía algunas veces.

Talvez me querías de una forma masoquista, porque te encantaba tenerme a tus pies. Y lo peor es que después de todo no me he levantado de ahí.

Cuando ibas a dejarme a mi casa, no sabia si en realidad me ibas a acompañar a la puerta o si iba a entrar con ganas de llorar.

Siempre fue un paso adelante, pero luego dábamos tres hacia atrás; yo amaba nuestra montaña rusa porque era lo único que tenia.

Amaba cuando me abrazabas y me susurrabas cosas dulces al oído; promesas y planes, que se vinieron abajo junto conmigo.

Hubo un incendio en nuestro parque de diversiones, la montaña rusa estaba en llamas. Todo quedo reducido a cenizas.

Siempre fue un paso adelante, tres hacia atrás; nunca avanzamos. Me preguntaba:

— ¿Me amas?, ¿me quieres?, ¿me odias? No entiendo.

Simplemente nunca te entendí.

Nieve en verano ❪Amy's Version❫ ❪Libro 1❫ Where stories live. Discover now