Capitulo Cuatro.

238 23 5
                                    

EN CAÍDA LIBRE

Estaba inmersa en los brazos de Pat. Roce mi nariz con su cuello e inhale profundo. Trataba que el olor de él se quedara impregnado en mi nariz, mente, cuerpo.

Corazón.

El comencé a soltarse de mi lentamente juntando nuestras frentes. Coloque mi mano en su lado izquierdo y el suspiró.

No quería hablar porque sabía que rompería el momento

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No quería hablar porque sabía que rompería el momento. Y de verdad no quería hacerlo.

Me acerqué un poco más. Hasta sentir su respiración chocando con mis labios.

No abrí mis ojos, no quería hacerlo.

De pronto escuché un ruido, trate de concentrarme mejor para intentar reconocerlo. Y lo hice. Era mi teléfono.

Bufé.

No pensaba responder. Pero al parecer la persona que llamaba no dejaría de insistir, provocando que Patrick hablara.

-Deberías de responder. -susurró.- Puede ser importante.

Me negaba.

-coloque ambas manos sobre sus hombros negando y esperando que dejara de sonar; así fue, pero inmediatamente volvió a interrumpir.

Bufé harta. Y Pat sonrió.

-Ve, responde que puede ser importante. Yo iré a acomodarme. -susurró acariciando mi mejilla.-

-Yo... yo solo -trate de hablar pero solo me salían susurros, en cualquier momento se me quebraría la voz.- Solo quiero hablar contigo, solucionar las cosas contigo, con nadie más.

Sonrió y removió su mano para colocar un beso dejando sus labios unos segundo.

En ese momento yo ya era un desastre.

Lágrimas corrían de mis ojos por mis mejillas sin yo poder controlarlas.

-Lo sé, prometo que hablaremos. Pero ve, responde ¿sí? Tendremos mucho tiempo para solucionar lo que queramos. -se separó sonriendo mientras comenzaba a caminar, sujete su mano rápidamente y deje un beso lento, ansiado y tierno sobre la comisura de sus labios. Haciendo uso de todo mi autocontrol me separé y el sonrió diciendo adiós con su mano. Para adentrarse en su cuarto.

Suspire y limpie mis mejillas.

Entre a la habitación y un rabia comencé a buscar el bendito teléfono. Hasta dar con él. Que para colmo ya había dejado de sonar.

Maldito.

Estaba sobre la cama debajo de toda la ropa que había lanzado.

Dos llamadas perdidas de James.

Respire profundo mientras devolvía la llamada, al segundo respondió.

I N S T A N T E SWhere stories live. Discover now