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Ya era de madrugada. Bárbara dormía plácidamente en el pecho de Franco.
Él no había podido dormir aún. Pensaba en ella, en la mujer que tenía a su lado.
Pensaba en que desde la conocío se había metido en sus pensamientos y en que ahora ya era imposible sacarla de ahí. Pero eso no le preocupaba pues no quería hacerlo, menos ahora que estaban aliados y que ella había aceptado que sé siguieran viendo y no precisamente para hablar de negocios.

La miro dormír y se veía tan inocente. Cualquier otra persona podría pensar que ella era un ángel, pero de ángel no tenía y es que en realidad si ella fuera tan buena como aparentaba a él no le gustaría tanto pues tampoco era un santo.

A las 7am el despertador sono y Franco se levanto a darse una ducha. Con el ruido de la regadera Bárbara se había despertado y cayo en cuanta que había pasado toda la noche con Franco Santoro.

Bárbara se levanto y se miro al espejo. Sonrió al recordar lo ocurrido la noche anterior. Justo en ese instante Franco salió con una toalla envuelta en sus caderas. Lo miro por unos segundos y se mordio el labio. Ese hombre era completamente fascinante.

-Buenos días Bárbara-. Franco le sonrió y se acercó a ella para darle un beso en la mejilla.

-Buenos días Santoro. Resulsaste muy madrugador-

-Ni tanto, la verdad hoy no quise levantarme tan temprano. ¿Como dormiste?-

-Excelente-. Respondió ella con un toque de picardía. ¿Y tú?-

-Más que excelente-. Le contesto él con una sonrisa traviesa. ¿Quieres desayunar?-

-¿Aquí?-

-Aquí en la habitación no, en la cocina-.

-Eso ya lo se, me refiero a que si aquí en tu casa-

-Si, aquí. Te dejo para que te vistas mientras yo preparo algo. Si quieres darte un baño puedes hacerlo-.

Y fue justo lo que Bárbara hizo. Se metió a la regadera y allí duro un buen rato pensando en ella, en su plan contra los Elizalde, en que pasaría si Artemio se llegara a enterar de su romance con Franco Santoro.

"Franco Santoro". Bastaba solo pensar en él para que su duro corazón palpitara fuertemente y una ola de emociones le corriera todo el cuerpo. Y eso no le gustaba para nada. Su plan era enamorar a Franco, no que ella se enamorará de él. Pero lo que Bárbara desconocía era que Franco, más enamorado no podía estar.

Cuando por fin salió de la ducha, comenzo a secarse y nuevamente las marcas de Franco estaban por todo su cuerpo.
Empezaba a creer qué él lo hacía con toda la intención de que así ella evitara a toda costa tener relaciones con Gonzalo.

Cuando el desayuno estuvo listo Franco llamo a Bárbara. Él había preparado todo.
Franco le conto sobre sus antiguos trabajos, de todas las aventuras que había pasado en su adolescencia y ella lo escuchaba atenta.

Terminaron de desayunar y Bárbara entonces decidió marcar a casa de los Elizalde.
Fue ahí que se entero que Gonzalo estaba enfermo y la verdad es que nada le importo saber eso.
Le advirtió a "Tomasa" la sirvienta de esa casa que les reportara a los Elizalde que ella había marcado para reportarse con bien pero que por nada del mundo les dijera que ya estaba enterada de la enfermedad de Gonzalo.
Y Tomasa obedeció, pues sabía las consecuencias de no acatar alguna ordeb de Bárbara.

-¿Hoy piensas ir a Lacteos?-

-Tengo que hacerlo ¿Y tú?-

-Yo no tengo que hacerlo pero con tal de verte lo hare, solo que más tarde-

-Entonces nos vemos allá-

Franco beso a Bárbara mordiendo sus labios y ella le devolvió el gesto.

-Me voy antes de terminar nuevamente entre tus sabanas-. Le dijo Bárbara a Franco antes de salir de su casa.

Bárbara se dirigió a Lacteos y allí Damian la esperaba para contarle todo sobre Gonzalo.

-Si me importara saber sobre él yo misma te lo preguntaría y ahora retirare Damian, tengo mucho trabajo-

-¿Porqué estas tan evasiva conmigo? ¿Acaso no me extrañas? ¿O es que le quieres ser fiel a Santorito?-

Damian tomo de la cabeza a Bárbara y la beso con algo de brusquedad y ella imaginando que era Franco correspondió.

Damian parecía desesperado, empezo a tocar a Bárbara quien tenia los ojos cerrados imaginando completamente que el que la estaba tocando era Franco Santoro.

Damian la tenía ya arrinconada contra una pared y ella emitió un gemido.

-¡Ahh! ¡Franco!-.

Maratón 1/3

Capítulo dedicado a XimeDiaz554.

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora