36

501 66 18
                                    

POV BÁRBARA.

Aurora me miro por unos segundos y luego le hablo a Santiago.

-¡Amor! Que chismoso eh, le decía a la señora Bárbara que vi a los vecinos dándose un beso ¿serán novios?-

-¿A los vecinos?-. Cuestiono Santiago sin creernos. -¿Y de cuándo acá te interesa la vida de nuestros vecinos Bárbara?-

-Desde que a ti te interesa saber todo lo que hago o dejo de hacer-. Respondí algo altanera.

-Bueno, querida madrastra, es que todos acá te queremos tanto, has sido tan buena esposa con mi papá, y para nosotros has sido una segunda madre que, al menos para mí me es inevitable no preocuparme por ti-. Me contesto Santiago con bastante ironía.

Estaba a punto de contestarle cuando aparecieron Aníbal y su esposa.
Aproveche la presencia de ellos para irme a mi habitación y darme un baño.

No entendía exactamente el porque Aurora me estaba cubriendo, aunque me dijo que lo hacía solamente por la salud de Gonzalo yo sabía que en cualquier momento iba a abrir la boca. Aurora se estaba convirtiendo en un peligro para mí y tenía que encargarme de ella lo antes posible.

Al día siguiente antes de ir a Lácteos pase a ver a Artemio, ese ser asqueroso y despreciable que me tenía atada a él como una prisionera.

-Rebeca-. Me dijo con esa voz ronca e inconfundible.

-Seńor ¿Para que me necesitaba?-

-No creo que para limpiarme los zapatos ¿verdad? Aunque si sigues cometiendo estupideces eso es lo que terminarás haciendo-

-¿Estupideces? ¿A que se refiere?-. Pregunte con temor a que hubiese descubierto lo que hay entre Franco y yo.

-¿Lograste convencer a tu marido de que no se asocie con Santoro?-

-No seńor, pero..-

-¡Maldita sea Rebeca! Una sola cosa te pido y no la puedes hacer bien-

-Le aseguro que esa asociación solamente será el fin de grupo Lácteos-

-¿A que te refieres con eso?-

-Confíe en mi seńor-

-¿Confiar en ti? ¿Porque tengo que hacerlo?-

-Porque esta en juego mi libertad, no voy a fallarle-

-Te fallarías a ti misma si no cumples con lo que ordene, tantos años trabajando para este momento Rebeca, no puedes perder esta partida-

-¿Y cuando todo esto acabe me dirá también es donde esta mi hija?-

-¡Ya te he dicho que fue un nińo y nació muerto! Y ahora lárgate Rebeca que estás acabando con mi paciencia.

Salí de la casa de aquel maldito, subí a mi camioneta y rompí en llanto.
Los recuerdos de aquella madrugada venían a mí como unas olas. Artemio me arrebató lo único puro que ha nacido de mí, me quito a mi hija, porque yo estaba segura de que tuve a una niña.

En cuanto llegue a Lácteos me retoque el maquillaje para asegurar que nadie se diera cuenta de que estuve llorando.

Entre a mi oficina y casi atrás de mí entro Franco.

-¿Qué haces aquí?-. Le pregunte antes de que él me jalara y me diera un beso fugaz.

-Quería verte-. Me respondió. -Ayer me quede preocupado por ti. ¿Estuviste llorando?-

-Le pedí el divorcio a Gonzalo-.

-¿QUÉ?- ¿Y qué te dijo él?-

-Obviamente no me lo dió, pero si le dije que necesitaba un tiempo para pensar las cosas-

-¿Enserio hiciste eso?-

-Sí-. Respondí poniendo mis brazos alrededor de su cuello. -Así que por unos días me tienes solo para ti..-

No pude terminar de hablar cuando Franco me puso contra la puerta y empezó a besarme, yo correspondía encantada, nos olvidamos del lugar en el que estábamos y solo nos dedicamos a besarnos, a acariciarnos por un buen rato.

-Ayer estuve a nada de llamarte-. Me decía Franco entre besos. -Pero sabía que eso podría traerte más problemas, así que.. decidí llamarle a Fernanda-. Me separe de él en cuanto escuché eso.

-¿A Fernanda? ¿Y para qué?-. Pregunté molesta.

Franco sonrió.

-Supuse que si estabas en problemas con Gonzalo ella me lo contaría-

-Claro, como ahora te tiene tanta confianza-

-No seas celosa mi amor-. Franco volvió a cercarse a mí y me abrazo por detrás. -Yo solo te quiero a ti-.

Nos volvimos a besar, esta vez con más pasión, con más ganas. Sin dejar de besarnos caminamos hasta el baño de mi oficina y le pusimos seguro a la puerta.

¿Creen que ahí hagan sus cositas o que los interrumpan?.

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora