POV BÁRBARA.
Aurora me miro por unos segundos y luego le hablo a Santiago.
-¡Amor! Que chismoso eh, le decía a la señora Bárbara que vi a los vecinos dándose un beso ¿serán novios?-
-¿A los vecinos?-. Cuestiono Santiago sin creernos. -¿Y de cuándo acá te interesa la vida de nuestros vecinos Bárbara?-
-Desde que a ti te interesa saber todo lo que hago o dejo de hacer-. Respondí algo altanera.
-Bueno, querida madrastra, es que todos acá te queremos tanto, has sido tan buena esposa con mi papá, y para nosotros has sido una segunda madre que, al menos para mí me es inevitable no preocuparme por ti-. Me contesto Santiago con bastante ironía.
Estaba a punto de contestarle cuando aparecieron Aníbal y su esposa.
Aproveche la presencia de ellos para irme a mi habitación y darme un baño.No entendía exactamente el porque Aurora me estaba cubriendo, aunque me dijo que lo hacía solamente por la salud de Gonzalo yo sabía que en cualquier momento iba a abrir la boca. Aurora se estaba convirtiendo en un peligro para mí y tenía que encargarme de ella lo antes posible.
Al día siguiente antes de ir a Lácteos pase a ver a Artemio, ese ser asqueroso y despreciable que me tenía atada a él como una prisionera.
-Rebeca-. Me dijo con esa voz ronca e inconfundible.
-Seńor ¿Para que me necesitaba?-
-No creo que para limpiarme los zapatos ¿verdad? Aunque si sigues cometiendo estupideces eso es lo que terminarás haciendo-
-¿Estupideces? ¿A que se refiere?-. Pregunte con temor a que hubiese descubierto lo que hay entre Franco y yo.
-¿Lograste convencer a tu marido de que no se asocie con Santoro?-
-No seńor, pero..-
-¡Maldita sea Rebeca! Una sola cosa te pido y no la puedes hacer bien-
-Le aseguro que esa asociación solamente será el fin de grupo Lácteos-
-¿A que te refieres con eso?-
-Confíe en mi seńor-
-¿Confiar en ti? ¿Porque tengo que hacerlo?-
-Porque esta en juego mi libertad, no voy a fallarle-
-Te fallarías a ti misma si no cumples con lo que ordene, tantos años trabajando para este momento Rebeca, no puedes perder esta partida-
-¿Y cuando todo esto acabe me dirá también es donde esta mi hija?-
-¡Ya te he dicho que fue un nińo y nació muerto! Y ahora lárgate Rebeca que estás acabando con mi paciencia.
Salí de la casa de aquel maldito, subí a mi camioneta y rompí en llanto.
Los recuerdos de aquella madrugada venían a mí como unas olas. Artemio me arrebató lo único puro que ha nacido de mí, me quito a mi hija, porque yo estaba segura de que tuve a una niña.En cuanto llegue a Lácteos me retoque el maquillaje para asegurar que nadie se diera cuenta de que estuve llorando.
Entre a mi oficina y casi atrás de mí entro Franco.
-¿Qué haces aquí?-. Le pregunte antes de que él me jalara y me diera un beso fugaz.
-Quería verte-. Me respondió. -Ayer me quede preocupado por ti. ¿Estuviste llorando?-
-Le pedí el divorcio a Gonzalo-.
-¿QUÉ?- ¿Y qué te dijo él?-
-Obviamente no me lo dió, pero si le dije que necesitaba un tiempo para pensar las cosas-
-¿Enserio hiciste eso?-
-Sí-. Respondí poniendo mis brazos alrededor de su cuello. -Así que por unos días me tienes solo para ti..-
No pude terminar de hablar cuando Franco me puso contra la puerta y empezó a besarme, yo correspondía encantada, nos olvidamos del lugar en el que estábamos y solo nos dedicamos a besarnos, a acariciarnos por un buen rato.
-Ayer estuve a nada de llamarte-. Me decía Franco entre besos. -Pero sabía que eso podría traerte más problemas, así que.. decidí llamarle a Fernanda-. Me separe de él en cuanto escuché eso.
-¿A Fernanda? ¿Y para qué?-. Pregunté molesta.
Franco sonrió.
-Supuse que si estabas en problemas con Gonzalo ella me lo contaría-
-Claro, como ahora te tiene tanta confianza-
-No seas celosa mi amor-. Franco volvió a cercarse a mí y me abrazo por detrás. -Yo solo te quiero a ti-.
Nos volvimos a besar, esta vez con más pasión, con más ganas. Sin dejar de besarnos caminamos hasta el baño de mi oficina y le pusimos seguro a la puerta.
¿Creen que ahí hagan sus cositas o que los interrumpan?.