11. Debemos parar esto

1.8K 318 12
                                    

Zhan se quedó un momento en la entrada con la puerta abierta pensando si Yibo se encontraría en su habitación y se sería buena idea tratar de hablar con él hasta que se percató de alguien sentado en las escaleras al piso de arriba, reconoció los tenis de inmediato.

-¿Bo? – llamó quedito.

Yibo suspiro en cuanto escuchó su nombre y se levantó. Su rostro se mostraba abatido.

-¿Qué haces afuera?

-Creí que necesitaban un poco de privacidad – dijo con la mirada pegada a sus pies.

-¿Qué tanto escuchaste? – preguntó el mayor un poco nervioso percatándose de que la discusión con YangZi se había hecho un poco escandalosa.

-Cuando comenzó a sonar mi nombre en supe que lo mejor era si ella no me encontraba cerca.

Zhan no supo si se sentía aliviado o no, aunque era seguro que la confesión sobre sus sentimientos quería hacerlo de manera diferente.

-Zhan, yo lamento si en algún momento intervine entre ustedes- comenzó a disculparse Yibo, se sentía culpable de que YangZi lo considerara la mayor causa de su rompimiento – nunca fue mi intención entrometerme en su relación y si tú quieres... yo puedo... ah – ¿por qué le costaba mucho decir lo siguiente?, ¿por qué sentía un nudo en su garganta que le impedía hablar?

Zhan lo abrazó al verlo de ese modo, le parecía un niño.

-No, Bo. Tú no tienes nada que ver entre YangZi y yo. Tenías razón, simplemente, si la hubiera amado de verdad jamás la hubiera engañado con QinSu.

-Tal vez lo mejor sea que me vaya, así tal vez puedas salvar tu...

-¡No!- Zhan en verdad sentía pavor ante la sola idea de separarse de Yibo – Tú jamás me vas a dejar, ¿recuerdas? Lo prometiste, envejeceremos juntos. Siempre estaremos juntos. Bo, no puedes dejarme.

Zhan lo abrazó de nuevo fuertemente sintiendo sus ojos picar. Yibo entonces comenzó a corresponder el abrazo, aunque no se sentía completamente tranquilo con lo que estaba sintiendo en ese momento. Después de tanto tiempo y de tantas cosas vividas por primera vez se sentía una tensión algo incomoda entre los dos. Apenas si se miraron antes de irse a dormir con tantas dudas e incertidumbre sobre lo que ocurriría con su amistad.

Al siguiente día Zhan no tuvo oportunidad de hablar con Yibo, por la mañana cuando lo fue a buscar a su habitación lo encontró aún dormido con varios libros esparcidos por su cama por lo que supuso se había desvelado estudiando y no se atrevió a despertarlo. Cuando llegó por la noche no lo encontró en el departamento y por primera vez no se sintió seguro de preguntar dónde se encontraba o marcarle, algo dentro de él le decía que lo estaba evitando y eso lo hacía sentir muy culpable y temeroso.

¿Y si él era el único que se había enamorado de verdad?, ¿qué iba a pasar si Yibo lo seguía viendo como sólo un amigo y no más?, ¿lo soportaría? Lo mejor era hablar con él de frente, pero por más que lo esperó, el castaño no llegó hasta muy de madrugada.

Era viernes y Zhan no podía concentrarse en su oficina, sentía su estomago contraerse de miedo por ser rechazado y tal vez incluso hasta perder su amistad y eso lo estaba poniendo muy mal. Harto de aquello salió de la oficina antes, no podía soportarlo, tenía que hablar con Yibo y aceptaría lo que fuera que el menor decidiera. No iba a forzar nada entre los dos, si al final lo consideraba como sólo un amigo, Zhan lo iba a aceptar sin peros.

Manejó a su departamento con los nervios de punta y las manos temblorosas. Al llegar abrió la puerta tomando un suspiro para darse valor y lo encontró de nuevo en la sala rodeado de libros, pero esta vez no sabía ni como decir un simple hola.

Entro despacio dejando su maletín y quitándose el saco en el camino. Caminando lentamente sintiéndose un intruso en su propio departamento. Odiaba aquella sensación.

Le sorprendió encontrarlo inmóvil, ni siquiera se había dado cuenta de que estaba ahí, sus ojos claros se encontraban perdidos en un punto en la nada y el libro que sostenía estaba de cabeza lo que lo hizo sonreír.

-Hola – dijo tímidamente el mayor sintiendo su estomago querer salir por la garganta.

Yibo lo miró saliendo de su aturdimiento carraspeando un poco – Ho... hola, ¿qué haces aquí? – dijo tratando de parecer relajado y hundiendo su rostro en el libro.

Zhan esperó por un momento sin decir una palabra, Yibo seguía aparentando estudiar con su libro de cabeza por lo que Zhan no pudo contener la risa. Suspiró antes de hablar.

-Ah, cariño, veo que te estas matando en estudiar mucho – dijo acercándose lentamente igual que la otra noche – Quizá yo te pueda ayudar a relajarte un poco.

Yibo tragó duro al escuchar esas palabras en ese tono tan seductor y con mucho esfuerzo enfocó su mirada sobre Zhan quien lentamente le retiró el libro que él se negó a soltar, así que con un poco más de fuerza, el mayor dio un tirón para quitarlo de sus manos y colocarse sobre él.

-Zhan, necesito estudiar – dijo el castaño sin mirarlo directamente al rostro sintiéndose muy incomodo por el actuar del mayor.

-¿En serio? – Zhan colocó sus manos sobre los hombros de Yibo – Creí que sólo estabas evitando mirarme, como lo tenías de cabeza.

-¿Qué? – preguntó sorprendido – Yo no lo tenía de cabeza.

-Cariño, ni siquiera te diste cuenta – le respondió Zhan acercándose a su rostro comenzando a besarle la frente, después los ojos, las mejillas... pero justo cuando lo iba a besar en los labios Yibo giró su rostro.

-No, Zhan, por favor. Yo necesito estudiar – dijo sin mirarlo a los ojos.

-Creo que ya has estudiado lo suficiente, Bo – le dijo Zhan sin rendirse. Podía ver las mejillas coloradas de Yibo lo que le impulsaba a continuar.

-Zhan, creo que debemos parar esto. – dijo Yibo encarándolo por primera vez con rostro serio – Me refiero a la broma. Ya no quiero seguir.

-¿Por qué? – preguntó Zhan un tanto temeroso por la reacción de Yibo. – Habíamos acordado detenernos solamente si esto dejaba de ser una broma. – ambos se miraban directo a los ojos con miedo en ellos.

-Esto ya no es una broma – dijo Yibo finalmente ya no pudiendo tolerar aquella situación – por lo menos para mí ya no lo es.

-Tampoco para mí.

Zhan se lanzó de nuevo a besar a Yibo pegándose por completo al cuerpo del menor que inmediatamente lo abrazó fuertemente como si se le fuera a escapar. Sus labios se restregaban, sus lenguas se buscaban con necesidad frotándose con la otra sintiendo una explosión en sus corazones.

-¿Esto es en serio? – preguntó el menor con el aliento entrecortado sintiendo su corazón en la garganta.

-Muy en serio – le respondió Zhan sosteniéndolo de las mejillas sin atreverse a parpadear para evitar cualquier duda en su semblante.

-¿Desde cuándo? – preguntó Yibo curioso dando pequeños besitos por el rostro de Zhan.

-Yo no lo sé exactamente – respondió un poco inseguro – creo que fue desde esta estúpida broma. ¿Y tu?

-Creo que sí... también. Aunque siempre has sido muy especial para mí – añadió muy seguro.

-Tu eres la persona más importante de mi vida desde que te conocí – afirmó Zhan con una sonrisa.

Ambos volvieron a besarse sintiendo sus cuerpos calentarse entre sí.

-Creo que es tiempo de ir a la recamara, cariño – sugirió Zhan cuando Yibo comenzó a besarle el cuello.

-¿A la tuya o a la mía? – preguntó Yibo.

-Eso no importa – respondió Zhan entre un jadeo debido a los besos húmedos sobre su piel.

-¿Arriba o abajo? – preguntó de nuevo.

-Creo que lo disfrutaremos de ambas formas – respondió coquetamente Zhan volviendo a unir sus labios en otro ardiente beso hasta que Yibo lo tomó de la cintura mientras el mayor lo abrazaba como koala dirigiéndose a su recamara sin poder dejar se besarse.

Era Una BromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora