Capitulo 9: "Entrega especial" (Pt 1)

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La tarde es cálida y la humedad me hace respirar con un poco más de dificultad de la que quiero admitir pero el calor del sol y la Vitamina D son bienvenidas por mi sistema mientras comenzamos llegamos al minúsculo camino de entrada.

—Entonces, ¿Los descubrió besándose? —Pregunta Dustin antes de darle un mordisco a su manzana mientras caminamos calle arriba volviendo de la escuela. Luce pálido, con sueño, como si hubiera pasado la noche en vela y no es para menos después de lo que le pasó a su auto.

—No. De hecho pensó que fue él quien me dio el golpe en la cara. —Respondo a su necesidad de chisme mientras le doy un sorbo a mi limonada de cereza. —Casi lo echa de la casa.

La hinchazón del golpe ha mermado un poco gracias al hielo y el ibuprofeno pero me duele hablar mucho o girar la cara hacia la derecha. Y a pesar de que he captado la mirada de algunos curiosos no me han hecho preguntas directamente.

—Vaya. —Responde distraído y le da otro mordisco a su manzana.

—Dust, ¿Que te sucede, todo bien? —Alcanzo su mano y la pellizco con gentileza antes de volverlo al mundo real.

—Estoy preocupado, Jules. —Suelta luego de un rato. —Después de lo que pasó anoche me queda claro que esto no es un juego para ellos, no sé qué más puedan hacer.

—Lo sé Dust y lamento mucho haberte metido en esto, no quiero que nada malo te pase. Y respecto a tu auto, Caleb prometió ayudarte con el dinero.

—El auto es lo que menos me preocupa. Me preocupas tu, Farah y lo que me puedan hacer a mi también.

—¿Crees que seguirán tras nosotros? —Inquiero alarmada.

—Espero que no. —Susurra y el resto del camino a casa lo pasamos mirando a la nada, como zombies.

No sé cómo pude ser tan egoísta de poner a Dustin en esta situación. Pero debo encontrar la manera de ponerlo a salvo junto con Farah de toda esta mierda, después de todo a quien quieren es a Caleb y a mí.

Debo encontrar la manera de terminar esto.

Cuando cruzamos la puerta de entrada el ambiente se pone inesperadamente frio y siento un creciente miedo que me eriza los vellos de la nuca.

Todos mis sentidos se ponen alerta, mis oídos zumban y mis ojos se mueven con paranoia por todo mi campo de visión buscando el origen de mi repentino ataque de pánico.

—¿Te sientes bien? —Pregunta Dustin llegando a mi lado en la estancia.

—Alguien nos está vigilando. —Me apresuro a decir mientras clavo mis pies en el suelo y giro en todas direcciones como un trompo con mucha cuerda.

Dustin se pone rígido también y empieza a buscar también. De repente unos ruidos sordos empiezan a escucharse desde el segundo piso de la casa, desde el cuarto de Caleb.

—Debe ser el mal nacido de Gian. —Escupo con asco, aunque me sorprende la rapidez con la que se recuperó de mi puñalada. Sin embargo decido que este es mi territorio y que no le permitiré acercarse de nuevo a mi o a las personas que amo.

—Iré a ver. —Declara Dust, pero lo detengo vehemente.

—Es a mi a quien busca Dust, no a ti. No quiero que te metas en esto. —Antes de que pueda protestar o hacer algo al respecto me armo con las llaves de la puerta de entrada poniéndolas entre mis nudillos como una manopla de hierro y me echo a correr escaleras arriba. La puerta de la habitación de Cal está entreabierta y escucho ruidos sordos y gruñidos del otro lado, como si se estuviera librando una batalla campal.

C O U S I N S [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora