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NARRADORA.

Franco besaba el cuello de Bárbara con fervor y ella suspiraba complacida.

-Fran..Franco, nos pued..nos pueden ver-. Le dijo ella intentando alejarse

-¿Y? ¿No me digas que no te excita el peligro?-. Le susurro él al oído para después devorarle la boca.

Bárbara terminó cediendo ante lo que su cuerpo le pedía a gritos.
Mordió el cuello de su hombre y con toda la rapidez se desvistieron.

Y con esa misma rapidez se entregaron el uno al otro, intentaban ahogar sus gemidos pero les era imposible.

Bárbara arañaba la espalda de Franco y de vez en cuando le mordía el pecho.

POV BÁRBARA.

Acababa de hacer el amor con mi amante en el cuarto de un hospital, en el mismo hospital que mi esposo se encontraba internado.
¿Me arrepentía? Por supuesto que no.
¿Lo volvería hacer? Sin pensarlo.

-Esta vez te saliste con la tuya Santoro pero te advierto que me las voy a cobrar-. Le dije

-Cóbreme como quiera Bárbara, es un gusto para mí endeudarme con usted-. Me respondió coqueto y volvió a besarme.

Le devolví el beso y lo abracé. -Debemos salir de aquí-

-Salgo yo primero para asegurarme que no haya nadie y después sales tú ¿Te parece?-

Yo asentí con la cabeza y antes de que él abriera me dio un último beso.

Una vez que me aseguro que no había nadie salí del cuarto y me dirigí al bańo, ahí pude terminar de arreglar mi cabello y mi maquillaje.

Mi celular comenzó a sonar, era Artemio

-Seńor-

-¿Dónde demonios te metes Rebeca? Te he estado llamando desde hace horas. ¿Acaso no sabes de la desaparición de Liliana?-

-Me entere apenas hace un rato-

-¿Y no pensabas hablarme? ¿En dónde estas?-

-En el hospital, Gonzalo se puso mal cuando se entero de que su hijita había desaparecido-

-¿Qué es lo que tiene? ¿Está delicado?-

-Al parecer ya esta bien, solo es cuestión de esperar unos..-

-Pues en cuanto ese infeliz salga del hospital te espero en mi casa, y más te vale presionar a Obregón para que encuentre a la loca esa-

Artemio me colgó antes de que le pudiera decir algo.
"Maldito, mil veces maldito". Ya no veía la hora de acabar con esta pesadilla y no volver a saber nada de él ni de los Elizalde.

Le marque a Obregón, el doctor de Liliana.

-¿Se puede saber porque no me avisaste a mí primero que la loca había desaparecido? ¿Cómo diablos se te escapó?-

-Barbie, yo..yo-

-Habla rápido animal-

-Yo intente comunicarme contigo pero nunca te entraron las llamadas-

-Eres un completo idiota, no sé cómo pude confiar en ti-. Le grite enojada. -Por tu bien espero que Liliana aparezca pronto, porque si no la próxima vez que alguien quiera visitarte tendrá que ser en tu tumba-

Colgué la llamada y fui a buscar a Franco.

-Pensé que ya te habías ido-. Le dije en cuanto lo vi

-No, pensé que en cualquier momento podrías necesitar consuelo y yo con todo gusto te lo daré-

-Eres un pervertido Santoro-

-¿Yo? Tú eres la mal pensada-. Me dijo riendo y en ese momento me olvide de todo, de Liliana, de Gonzalo, de mis problemas.

Franco se me estaba convirtiendo en una adición. Ya no era solo sexo lo que nos unía, había algo más y esta vez estaba dispuesta a vivir todo con él.

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora