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UNA ÚLTIMA SORPRESA
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Dos días después, con el Sr.Weasley ya de vuelta en la casa Black, estábamos todos completamente relajados, recibiendo nuestros regalos de Navidad.

Yo me las había arreglado para escabullirme al centro de la ciudad el día anterior para comprarles a todos su propio regalo, incluso al el Sr. y la Sra. Weasley, a quienes se lo había dejado de forma anónima, por miedo a su reacción. Además, había enviado a Iris con los regalos destinados a Pauline, Liv y Draco.

También me habían dado algunos regalos hermosos, que había guardado cuidadosamente en mi baúl. Sin duda alguna, el más hermoso, fue el jersey hecho a mano por Tonks imitando a los de la Sra. Weasley, quien a pesar de que todavía evitaba mirarme o hablarme, al menos ahora, cuando lo hacía, no parecía que yo fuera la peor persona que caminaba por la tierra.

Esa mañana, como la mujer aún estaba cansada, los gemelos y Ronald decidieron ser los que prepararan la cena de Navidad, pero como no eran precisamente los chefs más talentosos y Kreacher estaba encerrado, me pidieron que los ayudara. En uno de los momentos, Fred y George desaparecieron para conseguir más ingredientes, dejándonos a Ron y a mí solos, lo cual al principio fue bastante extraño, ya que nunca había mantenido una conversación con él, pero terminamos charlando un poco y fue bastante divertido. El chico era mucho más amable de lo que pensaba.

Los adultos y el resto nos agradecieron, y especialmente, noté la mirada de sorpresa y alivio de la Sra. Weasley. Mientras Harry, Sirius y Hermione limpiaban los platos después de la cena, Remus salió a esperar a Liv -que había pedido visitarme hace unos días- mientras que yo descansaba un poco leyendo las cartas que Draco y Pauline me enviaban.

—La primera sala, querida— escuché a Remus susurrar una vez que se abrió la puerta.

—Gracias, profesor— sonó la voz de Liv y me lancé a correr en su dirección. La abracé con fuerza, casi haciéndonos caer a los dos. —Oh, realmente me extrañaste, ¿eh?— rió entre dientes, tratando de mantener el equilibrio.

—¡Por supuesto que sí! ¿Cómo estuvo Francia? ¿Cómo está Pauline?

Sus ojos brillaron aún más y su sonrisa se ensanchó.

—Increíble, cada vez que la veo es incluso mejor que la anterior, es tan hermosa, Lilith. No puedo creer que alguien pueda ser tan hermoso, y deberías ver su casa... estar allí con ella era como un ensueño...

—Olivia Lovegood, ¿verdad?— Sirius preguntó detrás de ella, haciendo que Liv se volviera sonriendo.
—He escuchado mucho sobre ti, bienvenida a mi casa. Ya le he informado a tu padre que te quedarás aquí los próximos dos días.

—Gracias Sr. Black.

—¡Bah! Llámame Sirius, no soy tan viejo.

Durante toda la tarde no me separé de Liv por lo emocionada que estaba de tenerla aquí conmigo. Y aunque Hermione y Ginny eran una muy buena compañía, Liv siempre sería Liv.

Todos nos acomodamos en la sala de estar, pasando el rato juntos y tomando un par de cervezas de mantequilla. Pronto, la rubia se incluyó por completo en el grupo, lo que me hizo sentir aún más cómoda.

—¡¿Dejaste que Lilith bebiera vodka?! La última vez que bebió terminamos en Gales-

—¡Olivia!— La llamé, ya riendo.

—Nunca me vas a dejar que te cuente lo que pasó en Gales, ¿verdad?

—Nunca.

—De todos modos, me sorprende que no te emborracharas, ¿cuándo fue la última vez que te emborrachaste un poco? ¿En el Yule?— rió entre dientes.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora