THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]

Brown & Blue (Epilogue)

TORI'S POV

Jade está dormida a mi lado, su cabello está por toda la almohada, sus manos debajo de la misma, acunándola como a una niña pequeña; puedo ver su costado subir y bajar lentamente mientras respira, la luz de la luna choca contra su cuerpo desnudo dándole un aspecto idílico, sonrío.

El reloj de manecillas frente a la cama me dice que son las dos de la mañana , pero yo desperté por un sueño un poco extraño, y verla de esa forma cura todos mis miedos.

Me giro de cara al ventanal, al lado reposa nuestra pintura acompañada de muchos otros dibujos que ella ha venido insistiendo en enmarcar para cubrir la pared vacía con la que no tenía ideas sobre su decoración, me pongo de pie y tomo una camisa ancha que cubre mi cuerpo, salgo al balcón a paso lento y llevo conmigo mi cuaderno de dibujo; la cuidad de Los Ángeles posa para mí en todo su esplendor, pienso en que a mis espaldas reposa una de las siete maravillas del mundo, no temo equivocarme, tomo asiento en una de las sillas que rodean la mesa de madera en la que me he sentado varias veces a hacer justamente lo mismo: Dibujar algo que pasa por mi mente, o a Jade haciendo cualquier cosa, porque es una forma de hacerle saber que me parece hermosa en todas sus facetas.

Comienzo por bocetear con un inmenso cuidado, mi entrecejo se cierra y muerdo un poco mi labio inferior, gesto que siempre se hace presente cuando estoy concentrada completamente.

—No me gusta despertar sin ti.— su voz se oye ronca y profunda, lo que me dice que no está del todo despierta, sonrío sin despegar los ojos del papel —Por favor, vuelve a la cama, es muy temprano.

—No deberías estar despierta, mi cielo.— al girarme me llevo la sorpresa de que no hay nada que cubra su desnudez, me tomo el tiempo suficiente para detallarla como merece; es sencillamente hermosa —Son las dos de la mañana y la presentación de tu obra es esta misma tarde— vuelvo mi vista a la ciudad, ella se acerca y deja varios besos en mi cabello.

—Y por eso deberíamos estar durmiendo, o en su defecto...— me abraza por los hombros y me obliga a tirar mi cabeza hacia atrás —Tú deberías estar dándome razones para querer dormir.— levanto una ceja captando por completo la indirecta, no puedo creer que sea ella quien tenga las hormonas descontroladas cuando suele ser todo lo contrario casi todo el tiempo.

—Por favor, vamos a dormir, ¿sí?— sus labios forman un puchero, la manera en que me mira me derrite por completo y no puedo negarme a nada, asiento ganándome un beso corto y perezoso, me pongo lentamente de pie dejando todo en la pequeña mesa, ella sonríe y vuelve a tomar control de mis labios; posa sus manos en mis caderas y me acerca tanto como puede a su cuerpo desnudo.

—Tu blusa me estorba como no tienes idea, Vega.— la siento juguetear con el borde inferior de la prenda y sus dientes se muestran en medio de una sonrisa pícara que hace todo lo posible por hacer trizas mi raciocinio.

—No seas penosa, West.

Me desnuda sin vacilaciones y sus labios se unen a los míos, su lengua se aventura a mi boca sin permiso sacándome suspiros y jadeamos en conjunto cuando ella me toma en brazos, siento mi cuerpo chocar contra la pared, ella abandona mis labios.

—Dejemos que Los Ángeles nos vea mientras te hago el amor.— la Jade West de siempre, con su actitud imperiosa y demandante aparece frente a mí, sus labios viajan por mi cuello y gimo por lo bajo cuando muerde mi piel, esa costumbre suya de dejar alguna marca cada vez se ha vuelto parte de nosotras.

—Qué... Exhibicionista.— río sintiendo las caricias de sus dedos en mi torso, mis manos se mantienen en sus hombros y puedo ver algunas pecas adornando su piel, sus ojos vuelven por un segundo a mí, y no necesita hacer más para tenerme por completo dispuesta, mi cuerpo reacciona a ella con demasiada facilidad, y solo con ella quiero sentirme así.