𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐂𝐮𝐚𝐫𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞

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Pasaron unos minutos y me quedé tan agusto hay en la tina con el agua tibia que no me di cuenta cuando Bill entró al baño.

– amor, toma tu toalla, ya cambie las sábanas y colchas — tomé las toallas y el salió no se le miraba una cara muy feliz.

Me salí y tiré el agua, al salir a la habitación el no estaba, tome mis cosas y me cambie, aun seguía sangrando pero no demasiado, me puse una toalla sanitaria, esperemos que Penny no se sienta mala por eso el sabe que me gusta mucho las cosas que hacemos en la intimidad.

Abrí las puertas del balcón y entró el cálido aire, el sol se miraba hermoso en la playa esta mañana.

Cepillando mi cabello me salí al balcón a ver mejor la vista, sentí su cuerpo atrás de mi.

–  Penny, quiero hablar sobre lo de hace rato, no quiero que cambies esa brusquedad con la que hacemos el amor, sabes que eso es lo que mas amo de ti cuando hacemos el amor, tampoco quiero que te sientas culpable — voltee a verlo y poniendo mis manos al rededor de su cuello

– mi pequeña yo no quiero hacerte daño, eres lo que mas he querido en mi existencia.

– lo sé muy bien, pero ya sabes lo que a las mujeres mortales les pasa cada mes, ya era la fecha en que me bajara, pero ya hay que cambiar de tema, tanto sexo me ha dado hambre a ti no?

– yo ya comí, pero ordene que te trajeran el desayuno a la habitación.

– si ya me di cuenta que ya comiste — tenía algunos rastros de sangre en sus labios y se los limpie.

En eso tocaron la puerta, era una chica que traía la charola del desayuno, la hicimos pasar y ella dejó el desayuno en una mesa que estaba ahí y después salió.

– bueno amor con tu permiso pero me toca comer a mi —  me arrime el desayuno ala cama y comencé a comer, estaba delicioso era fruta picada, jugo de naranja, un café, huevos con tocino.

Mientras comía Penny solo me observaba.

– eres hermosa, como es posible que esa tierna, mortal, delicada humana aguante que un demonio le haga el amor como el quiera, y con la fuerza que lo hace – yo solo reí y lo mire.

- oye Penny por cierto, cuanto tiempo nos quedaremos a qui en la playa de luna de miel?

- quiero pasar mucho tiempo con mi esposa y disfrutar de este lugar tan lindo arregle todo para quedarnos un mes, te párese o quieres que sea menos o más tu decide.

- no amor está muy bien - dije pasandome el último bocado.


Iban pasando las semanas, y esas semanas estuvieron llenas de felicidad para los recién casados.

Se llegó el momento de regresar a Derry pues ahí sería donde nuestra pareja se quedarían a vivir y a seguir disfrutando de su amor.

𝙈𝙚 𝙚𝙣𝙖𝙢𝙤𝙧𝙚 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙢𝙖𝙡𝙞𝙜𝙣𝙤  ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora