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-Franco ¡Perdóname, por favor! No..no sé que fue lo que paso-. Le dijo Fernanda mientras se cubría la cara con sus manos.

-No te preocupes Fernanda, no pasa nada de verdad-. Contesto Franco tocándose los labios.

-¡Que pena contigo! ¿Qué vas a pensar de mí?-. Fernanda hablaba sin voltear a verlo.

-No tengo porque pensar nada malo-. Le respondió Franco tomándola de la cara. -Eres una gran mujer Fernanda y sabes que en mí siempre tendrás a un amigo en el cual confiar-.

"Eres un canalla Franco". Se decía así mismo, pues Fernanda la hija de Gonzalo Elizalde le estaba entregando toda su confianza y el único objetivo de él era vengarse, hacer que grupo Lácteos quedara en la completa ruina, en ese momento la conciencia le estaba remordimiento pero había hecho una promesa y no podía romperla, además de la alianza que tenía con Bárbara, que aunque ya no fueran nada no pensaba darle la espalda.

POV BÁRBARA.

Por más que intentaba sacarme a Franco de la cabeza no podía, no dejaba de cuestionarme el porque me había dejado de esa manera.
Se había ido a desayunar con Fernanda y eso me generaba más dudas, nunca me había tratado de esa manera tan fría como lo hizo en mi oficina, y nunca desde que lo conocí había preferido estar con otra persona antes que conmigo.

Me olvide de Franco por un momento y me concentre en mis pendientes, una vez que los termine le marqué a Gonzalo para informarle que tendría que viajar a Puebla por asuntos de trabajo.

El viejo una vez más se trago mis palabras y que bueno que así fue, no tenía humor para soportar sus estúpidas escenas de celos.

Jamás me gusto que ningún hombre me celara hasta que llego Franco, a él me gustaba provocarlo, me gustaba que se enojara cuando me veía con Gonzalo pues demostraba que tenía interés en mí.

Y yo nunca antes había sentido celos tampoco, Gonzalo jamás me había dado motivos ¿Y aunque me los diera? Que me importaba ese viejo rabo verde.

Con Franco era distinto, yo sabía que ninguna mujer estaba a mi altura, ninguna por más que se esforzara podía llegarme siquiera a los talones, pero el solo hecho de que alguna se le acercará a Franco me hacía hervir la sangre.

Baje al estacionamiento y me encontré con la grata sorpresa de que mi camioneta no arrancaba. ¡Maldición!, me urgía ir a ver a Aurora y si le decía al idiota de Gonzalo era capaz de él mismo llevarme en su coche.

-¿Necesitas ayuda Bárbara?-. Voltee mi cara y ahí estaba Franco.

-No-. Conteste secamente.

-¿Segura?-.

Acababa de romper conmigo y ahora venía como si nada a ofrecerme su ayuda. -Mi camioneta no arranca-

-¿Vas para tu casa?-.

-No, necesito ir a Puebla-. Tuve que tragarme mi orgullo pues en ese momento él era la única persona que podía ayudarme.

-Le voy a decir a mi chofer que te lleve. ¿Te parece?-

-¿Chofer?-

-Sí, en realidad es más chofer de Steve porque él no sabe manejar muy bien aquí en México pero no te preocupes que mi gente es de entera confianza-.

Hubiera preferido que Franco fuese conmigo pero no se ofreció y tampoco podía exigirle nada.

Llegue al lugar en el que estaba Aurora y pregunte por ella.

-Hace rato salió con mis demás compañeras, fueron a realizar labor social a una casa hogar y yo creo regresan hasta mañana-

-Me avisaron que estaba enferma ¿Ya está mejor?-

-Si señora, era solamente una infección en el estómago pero ya le dieron medicamento-

-Le traje algunas cosas a Aurora ¿Puedo pasar a dejárselas?-

-Claro que si, pase por favor-

Llegamos al cuarto de Aurora y vi que en su cama había un pañuelo blanco, por simple curiosidad lo tome y en él había unas iniciales, con las letras "RS".

-¿Este pañuelo es de Aurora?. Le pregunté a la monja.

-Sí, es el único recuerdo que tiene de su madre, la pobrecita-

-¿Sabe que..quieren decir estas iniciales?-. Casi sabía la respuesta.

-Rebeca Sanchez-. Me contesto ella. -Así se llamaba su mamá-.

Sentí como poco a poco la respiración me comenzaba a faltar. "¿Aurora era mi hija?", sin darme cuenta había caído a la cama y la monja se encargó de traerme un poco de alcohol.

-¿Se siente mal? ¿Quiere que llame a un doctor?-. Me pregunto.

-¿Está usted segura de lo que dice?-. Hable con dificultad e ignore completamente su pregunta.

-Por supuesto que sí, ese pañuelo era la única esperanza que Aurorita tenía para encontrar a su mamá, ella misma me lo contó-

Mis lagrimas amenazaban con salir y no pude hacer nada para evitarlo.
Con dificultad me levante de la cama y me acerqué a la monja. -En cuanto Aurora vuelva dígale que me llame lo antes posible por favor-.

Salí corriendo de ahí entre lágrimas, confundida. ¿Podría ser de verdad Aurora la hija que el maldito de Artemio me arrebato?-

Subí a la camioneta de Franco en donde su chofer me esperaba, las puertas traseras estaban cerradas, así que sin tener otra opción me subí adelante sin voltear a ver al chofer.

-Las puertas de atrás están cerradas, ¿Podría abrirlas por favor?-

Fue entonces que levante mi mirada. -¿Franco?-.

Dedicado a Pao_r0driguez
Maratón 3/4.

Mañana subo el último capítulo❤️

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora