➷Capítulo 10

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Apagué la luz y salí del cuarto, tiré el condón en el bote de basura, recogí la bufanda del suelo, subí a mi habitación y la guardé en mi maleta. Entré al baño y después de lavarme las manos, pegué la oreja en la puerta que daba hacia la habitación de ellos tratando de escuchar algo, que conveniente me había resultado que eligieran esa recámara precisamente, que conectaba con la mía a través del baño. No escuché absolutamente nada, reinaba el silencio así que me fui a acostar, pero no podía dormir, me atormentaba la idea de tenerlo tan cerca y que estuviera durmiendo con ese infeliz en lugar de hacerlo conmigo.

Me desperté muy temprano, había dormido pocas horas, vi un rato la televisión y después me levanté por un jugo, en la sala me topé con Zhuocheng.

— Buenos días, Yibo.

— Buenos días, ¿vas a salir?

— Sí, voy a correr, lo hago todas las mañanas, ¿no quieres acompañarme?

— No, gracias, no dormí bien y estoy cansado.

— Bueno, nos vemos más tarde.

Entré a la cocina, saqué el jugo del refrigerador, lo serví en un vaso y me lo tomé. Debía reconocer que a veces le daba a Zhuocheng las gracias por dejar solo a Zhan, si no fuera así no lo hubiera conocido, así que decidí ir a darle los buenos días.

Abrí lentamente la puerta de su habitación y lo vi dormido boca abajo, con las sábanas cubriéndole medio cuerpo, cerré cuidadosamente y me acosté a su lado, empecé a acariciarlo y me di cuenta cómo iba despertando poco a poco, así que bajé mi mano por debajo de su cintura y él volteó, se levantó asustado de la cama, cuando se dio cuenta que era yo, me cuestionó lo que hacía ahí, le aterraba la idea de que Zhuocheng nos descubriera, así que le dije que no estaba y le reproché el hecho de que no me hubiera detenido mientras lo tumbaba en la cama y me subía en él, que me aclaró que sabía bien que era yo, que su cuerpo me reconocía, yo le sonreí feliz y después de quitarle un mechón de la cara, lo besé.

— Buenos días, Zhan.–exclamé rozando su nariz con la mía.

— En serio que sí estás loco, ¿te caíste de niño y te golpeaste la cabeza?

— No, me la golpeó un hermoso desconocido la noche de un martes y él fue el que me hizo enloquecer.–le aclaré metafóricamente en tanto besaba el cuello.

— ¿Así que estás loco por un desconocido?

— Sí, no sé que me ha hecho, creo que me embrujó.–respondí jugando.

— Deberías hacerte una limpia para librarte del hechizo.–sugirió graciosamente.

— No se me había ocurrido, gracias por el consejo.–le dije, pero yo no quería librarme de su hechizo.

Volví a besarlo mientras nuestros cuerpos se rozaban, me fascinaba tenerlo así y más que él respondiera a mis juegos y a mis caricias, pues se movía suavemente provocando un delicioso roce, sabía bien que no podríamos culminar el acto en ese momento, pero mientras, me conformaría con esas caricias y besos furtivos.

Me pidió que me detuviera y volvió a recordarme a su noviecito, así que un tanto enfadado me levanté de la cama y él también para dirigirse al baño, no pude controlar el impulso y lo besé una vez más, no tenía idea en qué momento podríamos estar a solas de nuevo y necesitaba un poco más de su elixir para poder sobrellevar el día alejado de él. Me detuvo de nuevo y no me quedó más remedio que hacerle caso, así que me fui luego de darle un pequeño beso en los labios.

Entré a mi recámara y me acerqué a la puerta del baño, escuché el agua correr y sentí el impulso de entrar y bañarme con él, pero tuve un instante de cordura y me arrepentí, no quería ponerlo en más predicamentos, Zhuocheng podría llegar en cualquier momento, así que tomé mi ropa para bañarme en el baño de la habitación de enfrente que conectaba con la de Haikuan, así que primero entré ahí y me di cuenta que no estaba y también escuché el agua, entonces esperé a que saliera.

Ardiente Tentación 2 [YiZhan] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora