FORGETING A DESTINED LOVE

Mortal

Lo vio acecarse como sidmpre a el, pero su mirada estava llena de cautela y molestia.

- por tu mirada me doy cuenta que sabes quién soy.

- Thanathos el dios de la muerte, sus palabras solo mostraron desprecio.

- lo soy.

- ¿que pretendes al venir siempre aquí?.

- ya había respondido a eso, solo deseo dar un paseo.

- no creo eso, los seres humanos no son de su agrado así que...

- tienes razón, los humanos jamás serán de mi agrado, la mirada de Thanathos se volvió afilada acercándose a Hyoga quien retrocedió manteniéndose alerta. - ¿me temes?.

- ¿porque lo haría?, el cosmo de Hyoga se elevó, eso solo hiso que Thanathos sonriera.

- realmente eres interesante. El dios de la muerte no le dio tiempo a Hyoga de reaccionar, lo sujeto del brazo acercándolo a él.

- Que...

- mis visitas a este lugar tienen un propósito y era saber de ti. Thanathos vislumbro la sorpresa en aquellos ojos azules. - deseaba saber por qué tu maestro te mantiene alejado del santuario de Atena, tu cosmo es fuerte y como tal deberías entrenar en aquel lugar.

- las decisiones de mi maestro no tienen nada que ver contigo.

- ¿es eso así?. Hyoga debes de saber que los habitantes del inframundo y los del Santuario de Atena no son muy amigos que digamos.

- lo sé muy bien, ustedes siempre han tratado de causar solo desastres y dolor, en cambio Atena ella nos protege, ella...

- si piensas así, porque te mantienes fuera del santuario, con tu cosmo actual estoy seguro que Atena también sabe de ti, entonces porque tu maestro aun no te ha llevado ante ella.

- eso, eso es porque aún me falta entrenar más.

- es eso cierto, o es que tu maestro ya no confía en ella.

- eso, eso no es así, el...

- Hyoga, aquella voz hiso que el joven retrocediera.

- Maestro.

- Shaka de virgo, porque un caballero dorado se encuentra fuera del santuario de Atena.

- debo cuidar de mis discípulos, ante la visita del dios de la muerte no podría dejar que ambos niños causaran problemas.

Thanathos observo a Shaka quien no mostro sorpresa o molestia ante su presencia.

- es hora de marcharme fue un placer poder charlar Hyoga.

- Thanathos, es mejor que no vuelvas a este lugar.

- te atreves a darme ordenes, la mirada del dios de la muerte se volvió fría ante las palabras de Shaka.

- tus constantes visitas, si no comprendes a que se debe, es mejor que no regreses.

- a que te refieres.

- las profecías del oráculo siempre son engañosas.

Thanathos miro por unos momentos a Shaka y solo pudo reír.

- así que también sabes de ello, pero que te hace pensar que estoy aquí por eso.

- si no es así, no regreses, después de todo tu mismo lo dijiste, pertenecemos al santuario de Atena, Hyoga y Jin pronto se convertirán en caballeros, su destino…

- no me importa lo que hagan, no es asunto mío, no confundas las cosas caballero, jamás podría poner mis ojos en un simple mortal.

- espero que recuerdes eso, Hyoga vámonos. El joven quien se mantuvo oyendo la conversación asintió siguiendo a su maestro, Thanathos los vio marcharse, haciendo el lo mismo.

- Thanathos que sucede.

- no es nada.

- tu mirada de molestia e impaciencia, durante este último mes dicen lo contrario, Hypnos sonrió al ver la molestia crecer en la mirada de su hermano.

Thanathos no dijo nada poniéndose de pie y abandonando la sala, dejando aún mas sorprendido a Hypnos al verlo marchar sin refutar a sus palabras como siempre.

Sus pasos lo llevaron al gran jardín de los elíseos, su mirada vio el prefecto y hermoso lugar, pero la molestia que sentía no desapareció, el paisaje solo lo irrito más.

- " mentiras y engaños cruzaran tu destino, el dios de la muerte a quien nadie puede derrotar sufrira una herida irreparable por causa de un mortal, incluso con todo tu poder no lograras recuperar lo perdido".

Thanathos aun recordaba esas palabras dichas por el oráculo, por tal motivo  busco por años aquella persona, hasta  encontrarlo, el discípulo de virgo, a quien trato de matar  pero por alguna razón no lo hiso, tal vez la curiosidad de saber lo qye ducederia.

- como serás capas de herirme Hyoga, susurro el dios de la muerte desapareciendo del lugar.