Dios de la matanza

Capítulo 78 - Herencia del Diablo de la Guerra

Shi Yan entró de repente en un espacio extraño.

Un sinfín de nubes grises flotaban en el cielo tenuemente iluminado como un océano vacío, vasto e ilimitado.

Era un espacio extraño, inmensamente vasto.

En este espacio, un gigante de aspecto espantoso estaba de pie con los pies en el suelo y la cabeza levantada hacia el cielo. Tenía miles de kilómetros de altura y parecía haber estado parado allí durante miles de miles de millones de años.

¡Un aura antigua explotó repentinamente de este gigante extremadamente enorme!

¡Inmediatamente, innumerables llamas brillantes explotaron desde los meridianos de todo su cuerpo!

Sus meridianos eran como numerosas estrellas en el cielo que se movían en sus propias órbitas. Cada meridiano poseía el poder de arruinar el mundo, y cada meridiano era un pequeño mundo en sí mismo, del que procedían los gritos de todo tipo de criaturas.

En ese espacio ilimitado, había montones y montones de huesos y el suelo se había vuelto carmesí debido a toda la sangre.

Algunos montones de huesos eran tan altos como una montaña; nadie sabía de dónde venían.

Al mirar los montones de huesos, muchos de ellos eran de criaturas de aspecto extraño. Algunos parecían tener tres cabezas y seis brazos, algunos parecían un dragón divino, algunos tenían tres cuencas para los ojos, algunos parecían animales marinos, y así sucesivamente ...

¡Todos estaban postrados en el suelo, como inclinándose ante ese gigante, adorándolo como si fuera el único Dios verdadero!

De repente, una luz peculiar atravesó las pupilas del horrible dios antiguo.

Su pupila derecha brillaba intensamente como el sol, como si le diera luz y vida a cada criatura, dándole esperanza a este mundo.

Por el contrario, su pupila izquierda era tan oscura como un agujero negro, conteniendo una oscuridad interminable que simbolizaba acciones negativas como mutilación, asesinato, muerte, locura y odio.

Desde su pupila izquierda, se podía ver el lado más oscuro de la humanidad.

Un ojo parecía vivo mientras que el otro parecía mortal. De pie entre el cielo y la tierra, ese antiguo dios parecía estar esperando algo.

De repente, ese par de ojos notó a Shi Yan.

Un poder misterioso llegó inmediatamente a la mente de Shi Yan y los conectó a los dos.

En ese extraño espacio, llegaron los abruptos y aterradores aullidos del antiguo dios.

Numerosos símbolos de luz extraños volaron de sus ojos e invadieron el cuerpo espiritual de Shi Yan, haciendo que cada uno de sus meridianos brille tan brillante como una estrella.

Un dolor severo explotó en cada uno de sus meridianos, y cuando la cabeza de Shi Yan recibió un dolor desgarrador, de repente se despertó.

Todavía estaba en el tercer piso de la casa de piedra, el anillo de la vena de sangre estaba en el dedo anular de su mano izquierda, y la extraña luz roja se estaba volviendo más tenue lentamente. Se sentó allí con la cabeza entumecida.

Si alguien venía en ese momento, encontraría que en el fondo de sus pupilas había puntos de luz extraños que parecían pequeños símbolos bailando.

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Xia Xin Yan, Chi Xiao y Zuo Xu caminaban juntos en el patio trasero de la familia Shi.

Los tres estaban asombrados al mismo tiempo, mientras miraban el edificio de piedra a quinientos metros de distancia con una expresión de asombro en sus rostros.