12. piel

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- ¡gracias por la comida! - estabas satisfecha, sobaste tu estomago como si fuera gigante pero apenas y sobresalía de tu abdomen.

- ¡g-gracias por la comida! - te imitó el menor de los Rengoku, también estaba satisfecho.

Le sonreiste con tranquilidad, pero en el fondo tu pecho explotaba por su ternura. Sus ojos siempre preocupados, si linda voz y temperatura tranquilo aunque a la vez nervioso te hacían querer apretarle entre tus brazos, ahora sabías por que Kyojuro no permitía que los demás pilares le vieran, cualquiera podría comérselo a besos.

- ¡es una alegría saber que les gusto! - sonrió con la boca llena de comida, como siempre sería el ultimo en terminar.

- s-señorita (t/n), y-yo puedo prepararle té si gusta...- te propuso tímidamente el omega.

- ¡estaría encantada Senjuro! Siéntete como en casa - le acariciaste con cuidado la cabeza, este bajo la mirada apenado.

Era extrañamente reconfortante tener a un omega cerca, ser la única en ocasiones te hacía sentir solitaria.

El menor hizo una reverencia y partió para la cocina, mientras tanto miraste hacía el jardín, algunos de tus animales se encontraban jugando por el pasto, afortunadamente el delta te había permitido cenar fuera de tu cuarto, ya sabía lo inquieta que eras por lo que debía de acatar algunas cosas con tal de tenerte controlada y que no estuvieras saltando de un lugar a otro como chapulín.

- oh, debería de avisarle al patrón de mi estado...- habías olvidado hacer tu informe del día para que tu águila lo entregara.

- ¡no hace falta! Lo haré y mañana por la mañana haré que mi cuervo lo entregue, ¡tu no te preocupes!-

Suspiraste aliviada, de todas formas no había forma de que pudieras hacerlo por el asunto de tus manos.

- Rengoku...¿no crees que tu hermano vea mal que tenga tu capa?-

- ¿hmm? ¿Por qué? ¡a mi me gusta que la tengas! -

- e-es que es algo de tu familia y me da pena frente a el...-

- bueno...estoy cortejandote, creo que lo más normal es hacer cosas que parezcan inapropiadas para los demás-

Tu rostro estaba ardiendo de vergüenza, escuchar la palabra cortejo de por si sonaba muy fuerte, pero la sinceridad del delta le daba ese toque atrevido haciéndote mirar hacía otro lado por la pena.

- shhh, n-no lo digas es voz alta tonto, te pateare si lo vuelves a decir así - le susurraste tapandote el rostro.

Kyojuro no dijo más, siguió comiendo feliz de darse cuenta que al final parecías no ser tan indiferente a sus sentimientos, a los minutos llegó el menor y dejo la tetera junto con un par de tazas, te dio una y sirvió té hasta donde le indicaras.

- gracias Senjuro - tomaste con cuidado la pequeña taza y respiraste el aromático líquido.

- n-no hay de que, ¡si necesita algo más digame! -

Hizo una reverencia y se sentó frente a ti mientras aguardaban a que el mayor terminara de comer, el ambiente era tranquilo y relajado, de ves en cuando mirabas al menor y este parecía estar feliz de encontrarse en tu finca, hacía mucho tiempo que no convivias con otro omega que ya habías olvidado lo agradable que resultaba su compañía.

- Senjuro, ¿cuántos años tienes? -

- ¡12 años! -

- ¡vaya! Y eres tan bien portado, tu hermano debe de estar orgulloso -

No querías tocar el tema del patriarca de los Rengoku, algo habías escuchado de parte de tus gatos que debes en cuando se paseaban por los techos de la finca, uno de tus felinos decía que el menor siempre estaba limpiando y haciéndose cargo de la finca, cargando siempre botellas de alcohol de arroz, no querías hacerte ideas pero era inevitable.

Bajo la luz de la luna. Rengoku X Lectora (Pausado)Where stories live. Discover now