Capítulo 27. Karma

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Durante la siguiente semana Verónica convivió un poco más con su suegra, ya que se organizó un almuerzo en su casa ya saben, esos donde se supone la familia se pone al corriente, se disfruta de los sobrinos y los nietos, aunque en este caso sólo h...

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Durante la siguiente semana Verónica convivió un poco más con su suegra, ya que se organizó un almuerzo en su casa ya saben, esos donde se supone la familia se pone al corriente, se disfruta de los sobrinos y los nietos, aunque en este caso sólo habían dos niños. Lucía y Daniel estaban gozando de la atención de su abuela, aunque Daniel un poquito más por ser el nieto varón, ya después los dos fueron al cuarto de juegos que poseía ella, dejando a los adultos solos. De un momento a otro José Luís abandono a su esposa para irse con Alejandro a ver no se que cosa, ella quiso asesinarlo en ese momento pues ahora Irene comenzaría con su veneno, hasta ahora se había controlado un poco ya que su marido le haría pasar vergüenza para reprenderla por su comportamiento.







– Y cómo van las cosas con la nueva mina? — sonríe bajando su copa

– Si vas a comenzar a "provocarme" — la mira a los ojos por unos segundos — Tal vez sea mejor que te detengas

– Pero no he dicho nada — se hace a la desentendida

– No necesitas, la envidia se te escapa por los poros — da de hombros — Envés de lanzar indirectas estúpidas como adolescente, por qué no dices lo que realmente quieres decir? — sonríe — Tanto te intimido que sólo así me puedes "atacar"?

– La escuchaste Antonia? Dice que me intimida — ríe — Quién te crees que eres?

– La mujer que puede tomar tu patético lugar en está casa — le resta importancia — E incluso llegar mucho más lejos que tú, te conviene no molestarme

– De verdad te interesa el lugar de Irene en está casa? — sonríe Antonia

– No pero si está dispuesta a jugar con fuego, quién soy yo para detenerla? — le da un sorbo a su copa

– Eres una mujer despreciable, sólo estás aquí para colgarte de la reputación de Antonia — acusa — Usas a tu hijo para caerle bien!

– Lo de despreciable — asiente concordando — Te lo acepto aunque la verdad no has visto ni el comienzo — sonríe — Y la reputación de Antonia no la necesito, me conocen como Verónica Dantes, mi nombre significa algo — da de hombros — Tú eres la que necesita de la reputación de Antonia. Por último no me interesa llevarme bien con nadie, mientras me respeten yo haré lo mismo

– Antonia, no vas a decirle nada!? — la encara

– Y yo por qué? Te metiste sola, sal de igual manera — da de hombros

– No lo puedo creer! Ella acaba de llegar! — niega — Esto sólo lo haces porque quieres estar cerca de su bastardito

– Es mejor que cierres la boca Irene — vuelve a decir Verónica — Para mí no es nada difícil ir a mi casa y está misma tarde volverme a embarazar, te aseguro que tendré otro hijo que Antonia va amar — le sonríe grande — Y ahí podrás despedirte de tus pocos "privilegios" en está casa

Aquel Primer VeranoWhere stories live. Discover now