Cuando llega el día esperado

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Así las chicas se alejaron de los muchachos. Mientras que Damian se sentía aún nervioso por el gesto de la chica que le robaba suspiros. ¿Disimular? A él no se le daba, por lo que tuvo que contarle todo a sus amigos.

Becky y Anya se sentaron en uno de los palos que habían puesto alrededor de la fogata y Becky le imploró de buena manera que le contara todo lo sucedido con Damian. Ella así lo hizo, pero a pesar de que se habían besado, Becky creyó que debió de haberle pedido algo más formal.

一Fue culpa mía, yo le cambié de tema porque justo había visto el tesoro y no me pude contener.

一Bueno, pero al menos tendrán una cita el sábado. Seguramente te lo pedirá ese día 一 respondió Becky con seguridad.

Los días pasaron como si nada, y ya era sábado. Anya se estaba alistando para su cita con Damian. Estaba tan feliz que irradiaba felicidad por los poros de su piel. Además de que en sus ojos se veía la alegría que florecía con inmensidad. Al salir de su habitación, Yor y Lloid la interceptaron. Porque no era común que ella saliera vestida con una polera fucsia de tirantes y una minifalda grisácea.

一¿A dónde vas hija? 一preguntó Lloid preocupado, que vestía sus típicas ropas.

一Tendré una cita 一respondió Anya avergonzada.

一¿Y quién es el afortunado? 一preguntó Yor, que usaba un vestido amarillo veraniego.

一ehh... bueno yo... un compañero de clases 一respondió Anya con nerviosismo.

Asumió que era lo mejor, no podía decirle "padre, saldré con Damian Desmond". En lo personal, le daba miedo como pudiera reaccionar, además quizás eso sólo podía significar poner a Damian en peligro, y todo por la misión Strix y si ella podía evitar eso lo haría.

一Oh, ya se me hace tarde. Nos vemos 一dijo Anya despidiéndose de sus padres para ponerle fin al interrogatorio一. Adiós Bond 一se despidió de su fiel mascota que se había acercado a ella.

Caminó por las calles sintiendo como la brisa del viento chocaba con su piel. Estaba emocionada y avergonzada, era su primera cita a sus cortos catorce años y sería con nada más ni nada menos que con su primer amor. Nada podría salir mal.

Por otro lado, un chico de cabellos alborotados azabaches miraba la hora en su celular y tenía en su rostro una expresión de preocupación mezclada con nerviosismo. Tenía sus miedos, porque quizás ella sólo estaba jugando con él y lo iba a dejar plantado, porque él creía que ella ya sabía sus sentimientos. Pero no asumiría nada, él se iba a confesar como el hombre que era. Para esa ocasión usaba una polera negra, una chaqueta café moro y unos jeans.

Y cuando estaba decidido a llamarla para saber sobre su paradero, sintió como dos manos le tapaban los ojos.

一¿Quién soy? 一preguntó Anya con una sonrisa traviesa.

一Anya, ¿qué haces? 一contestó Damian con otra pregunta mientras esbozaba una tierna sonrisa y tomaba sus manos entre las suyas.

一No lo sé, siempre quise hacerlo, ya sabes como en las películas... 一replicó ella, mientras observaba como Damian se daba la vuelta, sonriéndole.

Entonces, ambos adolescentes ingresaron al recinto abierto, hablaron de temas triviales pero cada tema que surgía los hacía felices. Se llevaban tan bien, que negarlo parecía una blasfemia. Estaban envueltos en un halo lleno de romance que nadie podía romper. Anya y Damian caminaban por fuera de las atracciones para ver a cuál se podían subir. A la primera que fueron, fue al de los autitos chocones, que sin duda se veía muy divertido. Lo bueno de la entrada es que era premium, eso significaba que con solo mostrarla, podían subirse a cualquier atracción sin pagar nada. La atracción tenía un área mediana, en donde tenía capacidad para veinte autitos, éstos eran ideales para jóvenes y niños, a simple vista se veía entretenido. Al subirse a los autos Anya soltó:

一Jamás me alcanzarás, Damian.

一Eso lo veremos.

Y en efecto, Anya daba vuelta en círculos, en el auto rosado, por la plataforma para huir de Damian, mientras que él la perseguía en su autito azul como si su vida dependiera de ello. Así, entre persecuciones y huidas, y evitando a otros autitos chocones, Damian logró tocar el autito de Anya, haciéndola la perdedora. Por lo mismo, al ya haber un ganador, ambos se bajaron con cuidado y salieron de la atracción.

一¿A cuál te quieres subir ahora? 一preguntó un Damian entusiasmado.

一Mmm déjame ver 一dijo Anya mientras observaba el establecimiento一. Quiero subirme al carrusel.

一Si quieres te puedo sacar fotos sobre el unicornio 一respondió Damian.

一¿Lo harías? 一preguntó con ilusión la joven.

"Pero como no lo haría si fuera por mi haría un álbum sólo con fotos de ella" pensó ruborizado el joven que la veía con un amor incontrolable.

一Pero por supuesto que sí.

Anya se ruborizó de tal manera porque había oído los pensamientos de él que quedó sorprendida, pero feliz. Al rato, Anya y Damian se acercaron al carrusel que tenía seis unicornios en vez de caballos, los unicornios eran blancos, ella mostró la entrada al encargado, él asintió y Damian ayudó a Anya a subirse al carrusel.

一Sonríe, Anya 一soltó Damian enfocándola con la cámara del celular para sacarle la foto.

Anya sonrío como sólo ella podía hacerlo y eso derritió a Damian.

"Por Dios, ella es hermosa" pensó el joven después de fotografiarla. Anya escuchó lo último y se sonrojó. Y sintió como el carrusel se comenzaba a mover. Al principio lanzó un gritito por el susto, porque su mente estaba en otro lado. Al rato, Anya se bajó, con ayuda de Damian, y siguieron caminando.

一¿Te gustó subirte en el carrusel?

一Sí, me encantó Damian.

一Me alegro 一dijo Damian mientras observaba como Anya miraba con deseo un puesto de granizados一. Espérame en la fuente de allá, Anya.

Anya lo esperó en la fuente, tal cual como él dijo totalmente extrañada ¿por qué le habría dicho eso?, ¿Acaso se había aburrido de ella y la iba abandonar? Imposible ¿verdad? Anya no podía ver a Damian desde donde estaba, así que solamente se limitó a esperarlo evitando pensar en el porqué, se sentó en el borde de la fuente.

De pronto, sintió como dos muchachos se acercaban a ella. La miraban intensamente, y al leer sus pensamientos se aterró.

"Qué linda, ojalá esté soltera"

"Me gustaría hacer cosas con ella"

一Hola preciosa, ¿por qué tan sola?

一Sí, ven. Acompáñanos.

Ambos habían invadido su espacio personal y Anya no sabía cómo librarse de ellos. Se había levantado para evitar que la intimidaran. Llamaba con la mente a Damian para que fuera a rescatarla como el príncipe que era y ella como su princesa lo abrazaría encantada.

Para Damian, la escena que estaba divisando le molestaba a más no poder. Sus celos estaban en nivel mil, y sus deseos de golpear a esos canallas, sí, porque lo eran, eran muy grandes. Pero se contuvo, sí. Lo hizo para no estropear la cita que tenía con ella, no quería dejarle malos recuerdos en su primera salida, así que sólo se limitó a carraspear.

一Aquí estabas, amor 一dijo un Damian matando con la mirada a esos muchachos que se habían atrevido a acercarse a su Anya.

一Amor mío, te estaba esperando 一respondió Anya logrando apartarse de los chicos que habían bajado la guardia. Abrazó efusivamente a Damian mientras él tenía sus manos ocupadas con los granizados pero igual le intentó corresponder al abrazo.

一¡Oh, qué lástima! Tenía novio. Vámonos, Simon.

Así, los muchachos, que vestían polera y jeans, se alejaron de la pareja. Anya se separó de Damian pensando en que le había encantado cuando él la trató de amor.

一Te compré un granizado 一dijo Damian mientras intentaba recuperar su compostura.

一Gracias 一dijo Anya.

To be continued...

El amor siempre floreceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora