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Espero sus opiniones en esté capítulo.

P.d: Sí les incomoda que sea algo explicita en los capítulos hot, no lean esté besties, porqué sé que hay chicas que no les gusta.

Minutos después, Bárbara se encontraba en la cama de Franco, boca abajo, él se lo hacía desde atrás, y a ella le encantaba.

Después de un rato, Franco volteó a Bárbara y comenzó a chupar cada uno de sus pezones, le introdujo su lengua en el ombligo, y continúo bajando.

Franco estaba entre las piernas de Bárbara, enloqueciéndola con su lengua. Bárbara gemía y apretaba las sábanas con sus manos, segundos después explotó en su boca.

Volvió a besarla con desesperación, le succionaba los labios desquitando todo el tiempo que estuvieron separados.

Ahora era Bárbara la que, desesperadamente chupaba el enorme miembro de Franco.

De pronto, Franco la aparto, la jaló hacia el enorme mueble, la recargo ahí y la penetró con fuerza.
Entraba y salía de ella enérgicamente mientras que ella le recorría de arriba a abajo la espalda con sus uñas.

La puso de espaldas contra el mueble y le dió unas cuantas nalgadas que resonaron por toda la habitación.
Los gemidos que Bárbara emitía lo estaban volviendo loco.

Volvió a penetrarla, ahora estaban en el pequeño sillón que estaba junto a la cama, ella  se encontraba con las piernas bien abiertas, y él,poseído por la pasión que lo embargaba la penetrabá con más fuerza.

Bárbara tenía la lengua se Franco en su garganta, mientras la embestía poderosamente, ella gemía y se retorcía dominada por el deseo.
Sus caderas parecían cobrar vida propia, se movían al mismo ritmo que los movimientos de Franco.

Terminaron juntos.

Se besaron jadeando.

Definitivamente se habían extrañado mucho.


Y luego de un rato, se durmieron.

Bárbara despertó primero y observo a Franco dormir.

Le acarició una de las mejillas con la yema de sus dedos y el despertó.

-Hola-. Le dijo él en cuanto abrió los ojos.

-Hola-. Respondió ella con una dulce sonrisa.

Se quedaron en completo silencio por unos cuantos segundos.
Estaban frente a frente, casi a nada de rozar sus narices, y entonces el deseó volvió a envolverlos.

Franco se incorporó y se tendió encima de Bárbara. Bajo la mano y le arrancó las bragas de un solo tirón.

Estaba exitada y su deseo aumento más cuando vio a Franco sacar su miembro.
Él le sonrió y sin ningún miramiento se lo introdujo hasta el fondo.

Bárbara trataba de ahogar sus gemidos, le mordía los hombros a él, le arañaba la espalda, apretaba fuerte las sábanas, él por momentos la ayudaba silenciandola con sus besos.

-Levántate-. Le ordeno Franco y ella obedeció.

Franco se sentó erguido en la orilla de la cama y Bárbara se encimó en él, estaban frente a frente, ella tenía sus rodillas al lado de cada uno de los muslos de Franco.

Bárbara se movía con rapidez, de arriba hacía bajo, ella era quién ahora controlaba la velocidad y la profundidad.

Se besaron por un largo rato, mientras continuaban en la misma posición.

Cuándo obtuvieron un orgasmo más, ella se bajo de él y se colocó en la cama boca arriba con una almohada debajo de sus caderas y de su trasero, de está forma sus caderas quedaron inclinadas hacía arriba, permitiéndole a Franco estar arriba de ella e introducirle su pene con más facilidad.

Llegaron al orgasmo muchas veces, hasta que el cansancio por fin los venció.

Franco abrazaba a Bárbara y ella recostó su cabeza en el pecho de él mientras sus respiraciones volvían a la normalidad.

Bárbara volvió a sentir completamente suyo a Franco, pero ¿Así era en realidad? O simplemente él se había dejado llevar.

Un miedo enorme se apodero de ella y Franco lo notó.

-¿Te pasa algo?-. Le pregunto con dulzura.

-Franco-. Dijo levantando su cabeza para mirarlo a los ojos. -¿Aún me amas?-. Le pregunto temiendo su respuesta.

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora