Su sombra

814 105 2
                                    

El apellido Villegas; el peso de ese apellido se distribuía a lo largo y a lo ancho de todos sus portadores. Mientras que por un lado existían los que lo portaban con orgullo y a quienes no les importaba, por otro lado estaban quienes vivían a la sombra del mismo.

Las hijas de Pedro crecieron bajo cuchicheos y señalamientos, todo el pueblo se encargó de que ninguna olvidara lo que hacía tantos años su padre hizo. Victoria escapo de todo, a la primera oportunidad que tuvo, quería vivir lejos de todo.

En casa todo fue siempre "bueno" los abuelos las criaron con amor y con paciencia, su padre fue amoroso y casi podía parecer que era parte de un mito lo que contaban de su pasado. Sus tíos y primos les querían, pero siempre existía ese comentario "Alana aprendió a cabalgar con solo 5 años" "Adolfo ha entrado a la facultad de medicina" siempre era un logro tras otro y sin querer ellas se volvieron las sombra de esas personas.

Jamás se vieron, y a decir verdad para Alana y Adolfo las hijas del paraíso eran personas que no existían. Pamela sabia de ellas, al igual que su hermana y aunque nunca preguntaron por ellas, sabían que no podían ser familia.

Por eso cuando Pamela escucho de la voz de la hermana de Pablo que Alana tenía un amorío con un Bravo el corazón se hizo pedazos. Los ojos verdes de la joven se llenaron de coraje, Alana, Alana, Alana tenía siempre todo si esforzarse. Y ahora también a quien por años atrajo su mirada.

Solía ver a Genaro cuando su padre apostaba, pero jamás se atrevió a acercarse, aun así lo miraba con devoción. Era todo lo que ella esperaba de un hombre. La última vez que cruzaron miradas, él fijo en ella, ¿Cómo podía ser que ahora estuviera con otra?

Debía poner manos a la obra, salir de su zona de confort y hacerse notar, no podía esperar a desmentir el rumor y quedarse de pie a la sombra de esa mujer.

-Papi- llego corriendo hacia la camioneta que se preparaba para salir- ¿Iras a Montana al Rodeo?-

-Sí, te lo dije hace unos días, hacen falta algunas ventas, así que iré-

-¿Puedo ir contigo?- su padre la miro sorprendido- aquí me aburro mucho sola, además la tía vendrá con la esposa de Joselito y sabes que siempre se pone pesada- Pedro lo medito un momento, solía llevarla con el algunas veces, pero siempre era algo impuesto.

Pedro decidió no buscarle más a la situación y acepto llevarla con él. Sabía que sus sobrinos competirían, pero siempre se mantenía alejado de ellos. Ya estaba viejo, y no quería problemas; ver a Alana le recordaba el pasado, pero era tolerable. El ver a Alba por otro lado, era como un clavar cada vez más un puñal que nunca terminaba de entrar en su costado.

La culpa y el dolor lo invadían, y como ella se lo dijo alguna vez que por error se toparon "Ese pecado te acompañara por el resto de tu vida" y tenía razón. No existía mañana en la que abriera los ojos y el peso de la soledad y el desamor le pesaran en los hombros.

El día del rodeo Genaro se encontraba ajeno a todos, sabía que por algún lugar se encontraba Alana y estaba dispuesto a llevarla nuevamente a la cama. Su necesidad de ella crecía cada vez más, la necesitaba. Mientras peinaba la zona con la mirada, frente a él una castaña de ojos verdes le sostenía la mirada, la observo a detalle, era una mirada conocida y llena de coquetería, una mirada que no pudo pasar por alto, la chica comenzó a subir las gradas en ese vestido negro pegado al cuerpo y esas botas vaqueras sonando en el suelo.

-Al parecer me ha estado observando señorita- dijo Genaro engreído al estar frente a ella

-Me parece que usted me había mirado anteriormente-

-Genaro Bravo- dijo besando su mejilla

-Pamela Villegas- Devolvió el saludo mirando como el ceño del joven se fruncía

-¿Eres hija de...?-

-Pedro Villegas, soy del Paraíso-

Genaro guardo silencio, lo que tenía con Alana no era serio, sin embargo el meterse con alguien mas de esa familia no estaba en sus planes. Intento ser amable y continuar la conversación, marcando una distancia prudente, que a Pamela le desilusiono. Aun así ella continuo sin decir nada, se sentó a su lado mientras el show comenzaba, Genaro intentaba no mirarla, pero era inevitable, ella hacia todo lo posible por tentarlo y él no podía creer que tuviera tanto autocontrol.

Abajo en el área de salidas al fin encontraba su objetivo. Vio a Alana discutir con alguien de los organizadores, y aunque deseaba acercarse, le era imposible teniendo a esa rubia sujetándolo del brazo.

La realidad era que Alana la estaba pasando bastante mal, dentro de su participación se había topado con una serie de trabas que no podía tolerar. Estaba Furiosa.

-Any, si no te calmas no te dejare subir- le dijo Víctor deteniéndola al ver que regresaba a discutir con los organizadores

-¿Qué? ¡Me lleva el diablo!- tiro el casco al suelo- son unos hijos de puta, ¿Multada por ser mujer? Yo que culpa tengo que él puta equipo mixto no tenga más mujeres ¡Malditos misóginos!- grito hacia los organizadores

-Ven, ven cariño- la abrazo Sergio alejándola de ahí- relájate- la volvió a abrazar- ve y cállales la boca-

-Los detesto- dijo correspondiendo su abrazo intentando recomponerse

-Venga Any, relájate- beso su frente y a Genaro se le revolvió el estómago al verla tan cercana a ese "gato"

Genaro no la perdía de vista, a pesar de intentar seguir de manera coherente la conversación con Pamela. La Vio no separarse de Sergio y por alguna razón estaba que se lo llevaba la chingada.

-Creo que te aburro de mas- dijo Pamela avergonzada después del tercer "ajam" que le daba

-Por supuesto que no- se giró hacia ella tomándola por la cintura en un gesto inconsciente- es por el trabajo debo estar al pendiente, pero no quise hacerte sentir mal-

-Olvide que estabas aquí por las apuestas- sonrió complacida sintiendo el calor de su agarre- no quise ser una distracción, dijo coqueta acercándole su escote-

-La mejor distracción del día- le sonrió mirando directamente a sus pechos

La hora de salir al ruedo llego y Alana estaba dispuesta a hacer que se tragaran sus palabras de una vez por todas, estaba cansada de ser hecha menos por esos viejos vaqueros puristas. "Alana Villegas Villaseñor" se ilumino en la pantalla de salidas, dando pie a su salida.

Pamela sintió celos de solo ver su nombre en los cielos, y más aún cuando ese hombre que había estado coqueteando con ella se puso en pie dejándola con el vacío entre sus manos. El hombre se volvió loco cuando Alana salió "VAMOS" gritaba al verla con el cabello al aire durante esos 8 segundos que le terminaron dando la gloria en el torneo.

La chica bajo del toro cayendo de manos y levantándose de un empujón. Estaba llena de tierra, y completamente despeinada por el casco, aun así cuando la cámara la enfoco, se veía tan hermosa que Genaro se sorprendió aplaudiendo directamente a la pantalla.

No había más dudas en Pamela, Genaro estaba enamorado de ella, nadie que tuviese una aventura reaccionaria así, incluso pablo que estaba a unos metros miraba el evento tranquilo sonriendo por momentos. Pero el, Genaro estaba totalmente emocionado.

No se volvió a sentar con Pamela, era como si la hubiese olvidado, corrió donde su padre para organizar los ganadores, pues pronto los puntos finales se daban en la pantalla con ella como primer lugar.

Pamela regreso donde Pedro quien pudo notarla inquieta, minutos antes la vio con ese joven que no le parecía del todo adecuado para ella y aunque Pamela intento que no le afectara la manera en la que él paso de ella en cuanto su prima apareció, no podía ocultarlo. Pero en realidad estaba furiosa. "Alana, Alana, siempre Alana"

Cuando el baile dio inicio al finalizar el evento. Alana se perdió entre la multitud, momentos antes vio  a Genaro a lo lejos aplaudiendo su acto. Hoy era su día, tenia un trofeo en sus manos, sus amigos festejaban y ella quería hacer lo mismo. 

Los BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora