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ALIÁNDONOS CONTRA UMBRIDGE
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El tiempo pasó y los gemelos, Harry y yo, vimos el primer partido sin nosotros en los equipos de Quidditch. En el cual, me sorprendí de lo increíblemente buena jugadora que era Ginny y de lo mucho que quería abofetear a Goyle y tomar la escoba para jugar el partido yo sola.
Maldita sea Umbridge, ¿por qué tuviste que quitarme mi cosa favorita del mundo el último año que podía disfrutarla en la escuela?

Además, gracias a la familia Lovegood, tuvimos la oportunidad de hacer un movimiento contra esa perra. Ya que Xenophillus Lovegood se atrevió a darle a Harry una entrevista completa en su revista sin la censura del Ministerio y eso enloqueció a todos. Pues durante la primera semana de marzo, todos iban de allá para acá con su copia del Quisquilloso, leyendo todo lo que Harry tenía que decir.

Aquello, obviamente, le revolvió a la Inquisidora ya que lo primero que hizo después de leer todo el artículo, fue crear un nuevo decreto que prohibía a todos los estudiantes poseer una copia de la revista.

Afortunadamente para nosotros, logramos mantenerlas ocultas y las palabras de Harry fueron conocidas en secreto por todos, además de que Liv y Luna fueron tratadas increíblemente bien por todos, gracias a la valentía de su padre. Antes muy pocas personas confiaban en el Quisquilloso debido a su excentricidad, pero eso fue precisamente lo que lo convirtió en un lugar libre y seguro fuera de la vista del Ministerio para contar todo lo que no nos dejaban decir en voz alta.

Incluso los profesores lograron poseer su copia y mostrar su apoyo a Harry, y escuché que los gemelos hicieron un hechizo para hacer enorme la portada del Quisquilloso y la colgaron en la sala común de Gryffindor...

Todo esto, obviamente, hizo que Umbridge actuara aún más perra que antes, guiada por la rabia. Si era posible que esa mujer fuera más perra.

-¡Feliz cumpleaños, Liv!- Grité alegremente guardando mi copia de la revista en mi bolso y sacando el regalo que le conseguí. Corrí a la mesa de Hufflepuff donde todos cantaban Feliz cumpleaños a mi mejor amiga mientras Luna se acercaba con un pastel casero que le hizo a su hermana.

-¡Gracias hermana!- Liv se puso de pie para abrazarme y le cubrí la cara con pequeños besos, haciéndola reír.

Le entregué el primer regalo, viendo cómo sus ojos se abrían ampliamente y estaban llenos de emoción.

-¡Lilith! ¡¿Es esto lo que creo que es?!- Dijo llevándose la mano a la boca tan pronto como vio los boletos. Le había comprado una reserva en uno de los hoteles más famosos de París para disfrutar de una noche allí con Pauline. -¡Oh, Merlín, esto es increíble! ¡Muchas gracias!

-¡Espera, que no he terminado!- Afirmé sacando de mi bolsillo una cajita que ella abrió con cuidado. Cuando Liv vio el collar de oro con un pequeño sabueso, su Patronus, en él, casi lloró.

-¡Es tan hermoso!- su voz tembló y volvió a abrazarme.

-Eso no es ni la mitad de lo que te mereces, Liv. Te daría el mundo si pudiera.

Los Hufflepuff nos hicieron a Luna y a mí un pequeño espacio en su mesa discretamente, para que Umbridge no nos viera, y nos comimos el pastel que Luna hizo, pasando el rato con Liv y asegurándonos de que su cumpleaños fuera tan bueno como fuese posible. Ella se emocionó aún más cuando la carta de Pauline y la de su padre llegaron junto con algunos hermosos obsequios que ella no paraba de alagar y apreciar.

Tres días después también fue el cumpleaños de Remus, así que lo primero que hice al despertar fue empacar los regalos que le había conseguido e ir a la lechucería a enviarle una carta, en la cual, le deseé el mejor de los cumpleaños y le agradecí todo lo que había hecho por mí.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora