Capítulo XXIX

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**MARCHETTI'S CLASSICS PLAYLIST: I Think We're Alone-Tiffany

~*~

UN AÑO ATRÁS

LAUREN MARCHETTI

Siento sus ojos sobre mí mientras me muevo por la habitación. Sé que está molesto, y él no lo oculta.

—¿Un viernes, Lauren? —me vuelve a decir mientras se cruza de brazos apoyándose en la puerta—. ¿No puedes ver a tu amiga otro día?

—Camila cambió toda su semana en el hospital para que tuviéramos esta cena con nuestros amigos.

—Hablas mucho de esta Camila para conocerla desde hace dos semanas—yo camino hacia el espejo para observarme mi maquillaje y ponerme mis aretes.

—Hemos congeniado—esa es la verdad. Camila y yo tenemos dos semanas de conocernos, y nos hemos visto casi cada día. En el Central Park en la mañana para correr un poco y pasear a Thunder.

Los martes hemos almorzado juntas, y Camila ha pasado por mí a Juilliard. Todavía recuerdo como se apoyó en la puerta de mi estudio con un hermoso girasol en su mano escuchando a mis estudiantes tocar, y luego me llevó a un restaurante japonés delicioso.

Los miércoles ha tenido turno durante la noche en el hospital, así que decidí pasar al hospital para llevarle su cena. Así que ese día cenamos juntas, y el viernes decidimos que sería un buen día para conocer a nuestros amigos. Escucho mi celular vibrar y al ver la pantalla no puedo evitar una sonrisa.

|Cami|8:00pm

Hola guapa. Ya compré el vino así que no debes traer nada más que el tiramisú J y tu hermosa presencia. Mi hermano y Nathalie ya están aquí comiéndose los rolls de sushi que compré para ti. Te extraño. No tardes si quieres comer.

|♥|8:01pm

Espero que uses la bandana roja que compramos en el Central Park. Te queda hermosa. Yo también te extraño. Llego en 20 minutos

—¿Eso es todo lo que vas a decir? —yo respiro hondo anticipando otra pelea—. Compre estas entradas hace tres días, Lauren. Tuviste el tiempo suficiente para cancelar tus planes.

—Puedes ir con uno de tus amigos, Caleb—yo tomo mi bolso y me miro una última vez en el espejo—. Sabes que a mi jamás me ha gustado el golf.

—No quiero ir con uno de mis amigos, Lauren—eso me hace alzar la mirada y veo su rostro molesto—. Pensé que con un trabajo normal ibas a tener tiempo para mí y para nuestra relación, pero siempre hay algo más. Es como si no dieras el 100% en esta relación como yo.

Mi corazón se detiene al escuchar esa frase y trato de apretar mis manos para calmarme. En días como hoy me doy cuenta de lo diferentes que somos. El momento en que nos hemos olvidado de reír, de jugar y de disfrutar de estar juntos.

—Lauren...—yo solo alzo mi mano para detenerlo.

—Puedes acusarme de muchas cosas, Caleb Evans—no hay lágrimas en mi rostro. Es simplemente decepción—. Pero jamás vuelvas a decir que no he dado algo por esta relación. Porque en esta habitación—señalo con mi dedo lo que nos rodea y él se lleva las manos al bolsillo de su jeans observándome—...la que ha dejado todo soy yo. Creo que ya ha sido suficiente.

—¿Qué quieres decir con eso? —yo simplemente camino hacia la puerta esperando que me dé permiso para salir.

—Sabes lo que quiero decir—lo veo a los ojos y finalmente él decide apartarse y yo salgo del departamento sin mirar atrás.

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