⦅Capítulo 14⦆

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Zhan estaba indignado. No, más que indignado. Estaba furioso, colérico, la clase de molestia que sientes cuando el villano de la película se sale con la suya, profanando la pureza e inocencia de la damisela en apuros. En su caso, el villano era el insolente, irritante y aprovechado de Wang Yibo. ¿Eso hacía a Zhan la damisela? Daba igual. Su punto era que quería golpearlo.

¿Qué demonios cruzaba por la mente de ese hetero-imbécil para hacer tantas estupideces?

—Iré a probar las aguas termales. ¿Quieren venir?— propuso Sungjoo en el umbral de su puerta. Yibo sonrió, fingiendo que no acababan de discutir por quién usaba la cama y quién moría (porque obviamente eran las únicas dos opciones).

—Sí, eso sería genial— dijo antes de voltearse hacia Zhan—. ¿Qué dices?

—Paso. Perdón, pero tengo que estudiar. Yo iré más tarde— respondió, disculpándose con Sungjoo mientras sentía la mirada de Yibo taladrándolo. ¿Pero qué quería que hiciera? Le había informado que tenía examen. No podía ir a las termas con los libros. ¿Y si se le mojaban?

Sungjoo juntó ambas manos. —Bien. Entonces sólo seremos tú y yo, A-bo.

—Eso parece...

—Me robaré a tu novio por un rato— canturreó Sungjoo guiñándole un ojo al pelinegro. Rodeó la muñeca de Yibo para jalarlo fuera de la habitación, pero éste se impuso, quedándose quieto en su lugar y observando a Zhan fijamente.

El pelinegro se encogió de hombros, confundido. — ¿Qué?

— ¿No te molesta que vaya solo?
         
La pregunta fue extraña, aún más lo fue el tono en que lo dijo. Sin embargo, un click en la cabeza de Zhan lo hizo recobrar el sentido y procesar adecuadamente el significado tras esas palabras. Claro, como novio probablemente estaría enojado o celoso de que se fuera solito por ahí cuando era un fin de semana de parejas ¿no? ¿Entonces qué? ¿Tenía que montar un show? No quería causar problemas, Sungjoo y Yibo eran mejores amigos. ¿Qué clase de novio prohibiría que pasaran tiempo de calidad juntos?

Tardándose unos segundos más de lo planeado, encontró una solución.
                     
—Aw, Leóncito... Claro que no me molesta— dijo con voz mimada. Se acercó a Yibo y le apretó las mejillas. Los beneficios de ser su novio falso incluían tratarlo como a un bebé, lo que era bastante divertido—. ¿Me vas a extrañar?

Yibo rodó los ojos. —Bobo...

—Sungjoo, cuídamelo mucho ¿sí? Mi yibicito es demasiado atractivo y hay bestias hambrientas por todas partes.

Sungjoo rió. —Confía en mí.

Zhan le dedicó una última sonrisa antes de volver su mirada hacia el castaño, quien se hallaba observándole atentamente. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Zhan cuando la mano de Yibo aterrizó en su mejilla con delicadeza, acariciando la piel con su pulgar y provocando un leve cosquilleo en la zona.

Se mordió el labio inferior para ahogar un suspiro.

¿Qué le estaba ocurriendo?

—Deberías descansar— murmuró Yibo, su voz siendo suave y tierna. Él nunca es suave y tierno—. Has dormido muy poco hoy.

Tragó saliva y pese a sus esfuerzos por mantenerse tranquilo, pudo sentir cómo su rostro empezaba a calentarse. —Lo haré.

No dijo nada. Esperando pacientemente que Yibo se alejara de él y se fuera pronto a las aguas termales. En cambio, el castaño posó una mano en su nuca para atraerlo a él, y antes de que Zhan pudiera entender sus intenciones, lo besó.

Yibo lo besó.
                 
De nuevo.

¿O quizá Zhan estaba delirando?
                     
El contacto fue superficial, apenas sus bocas selladas tocándose con firmeza, el agarre de Yibo en su cuello siendo la única cosa que lo conectaba a tierra. Con la misma rapidez que unió sus labios, el castaño se separó de él. Sin explicarse, evadiendo su mirada, sacó una bata del armario y se retiró de la habitación.
                     
Sungjoo fue quien lo hizo reaccionar. —Bueno, yo... Nos vemos luego.
                     
Zhan asintió, un tanto aturdido, y Sungjoo cerró la puerta.

¿Qué mierda había sido eso?
                     
Fue fácil racionalizar la situación de Darren. Su ex cliente casi estropea todo con sus estúpidas e insistentes preguntas. Entendía lo que había impulsado a Yibo a besarlo... Aunque eso no aminoraba demasiado su enojo. Había sido su primer beso.

¿Pero qué más da?, se había dicho a sí mismo. ¡El segundo beso procuraré hacerlo con alguien que me interese!

Bueno, eso se había ido a la mierda también.

— ¿Pero por qué me besó?— pensó en voz alta, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño—. ¿Pero qué se cree? ¿Acaso anda besando a cualquiera por ahí, sin razón alguna? ¡Jodido Wang Yibo!— gruñó pateando la puerta—. ¡Espero que te incineres en las aguas termales!

— ¿Enojado?
         
¿Ah?
                     
— ¿Qué...?— Miró a su alrededor, descolocado, y volvió a fruncir el ceño cuando no halló nada ni a nadie. ¿Estaba escuchando voces en su cabeza? ¿Acaso el beso de Yibo lo estaba enloqueciendo?

—Soy Wenhan. Estoy afuera, tonto.

— ¡Oh!— exclamó, abriendo la puerta para dejar entrar al rubio—. ¿Pasó algo? Creí que irías a las termas con los chicos.

—No... Quería hablar contigo— dijo sentándose sobre la cama. Su cuerpo se hundió en el colchón y dio un par palmaditas a su costado libre—. ¿Te molesta?

Sacudió la cabeza, para transmitirle que estaba bien, a pesar de que estaba tratándole con confianza casi desmesurada y se sentía extremadamente confundido al respecto.

Se conocían poco, sobre todo considerando el ajustado tiempo que habían compartido, siempre en presencia de Sungjoo y Yibo. Esa era afirmativamente la primera vez que se hallaban a solas.
                     
— ¿De qué quieres hablar?— dijo Zhan, recostándose a su lado y fijando su mirada en el cielo raso.
                     
La pregunta inesperada no tardó demasiado en brotar de los labios de Wenhan.

— ¿Lo amas?
                     
Zhan se sintió descolocado por un instante. — ¿Amarlo?

—A Yibo— aclaró el rubio. Oh—. Sé que es un tanto privado pero... ¿Crees que, eventualmente podrás amarlo?

La respuesta que debía entregar como novio falso era bastante diferente a la que realmente deseaba dar como víctima de la delincuencia de Yibo. Ladrón de besos, maldito violador de bocas. Ya verás lo duro que golpearé tu entrepierna cuando regreses.

Sin embargo, en observación de las circunstancias, optó por guardarse los insultos, al menos mientras estuviera Wenhan presente.
                     
—Bueno... Sí— mintió, preguntándose si aquella era la decisión correcta. No se había preparado mentalmente para una charla de ese tipo—. Creo que Yibo es... alguien que puedes amar con facilidad. No importa cuántas veces meta la pata o te haga enojar, o lo fastidioso que es cuando quiere serlo. Simplemente lo quieres y ya, porque... él es así. Y él es... todo lo que te importa.
                     
Guardó silencio, prohibiéndose a sí mismo continuar, porque pese a que estaba convencido de que sus palabras eran mentiras formuladas para cumplir su trabajo, era capaz de percibir la pequeña verdad que ocultaba tras ellas; los secretos y anhelos que cuando adolescente una vez tuvo, pero que no debía permitirse volver a tener por ningún motivo.
                     
Un corazón roto había sido suficiente.

No estaba listo para otro más.

                                 

Rent a Boyfriend [Yizhan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora