Capítulo 14

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—Muchas gracias por cuidarla, y lo siento por avisar tarde.

—Esta bien, JeongYeon noona. Estamos muy felices de cuidar a la pequeña RyuJin-ssi.—habla el doncel. Aprieta suavemente la naricita de la menor con la base de sus dedos. Solo sonríe por la caricia y se pega al pecho de MinHo.

—Oh, son tan lindos juntos. Son como hermanitos.—menciona la japonesa. Toma las mejillas de JeongIn, quien está en los brazos de su padre mayor, y las acaricia con sus pulgares. El bebé se pone tímido ante el contacto.—Bien, se nos hace tarde. Ya nos vamos.

—Cuídenla mucho, y gracias otra vez.

—Adiós, Sana. Adiós JeongYeon noona, feliz cumpleaños.

Se despiden de su hija con muchos besos en las mejillas y, por fin, se retiran.

Ya en la sala, dejan a los dos niños en el suelo. RyuJin aún no puede gatear muy bien. Avanza cuatro pasos y se cansa. Como ahora, que está acostada de panza jugando con su pelota suave.

—RyuJin-ssi.—llama el doncel, está grabando un video para las madres.—Hola.—y la niña sonríe.

—Uyinshi oa.—repite su hijo. Y la niña carcajea.—boita.—y la acaricia como su papá MinHo le enseñó a acariciar gatos.

—Dale un besito, Innie.—habla el doncel.

JeongIn obedece. Se acerca sus labios a la mejilla de la niña y deja su carita un poco babeada. La niña solo suelta un sonido de interrogación. Es raro que un bebé la bese, solo sus mamás lo han hecho.

Es momento de cortar el video.

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—¿Qué haces?—pregunta el varón.

MinHo está con un pectoral al aire, untándose limón en los pezones.

—Ya no quiero que JeongIn tome de mi pecho. Ya está grande, debe acostumbrarse al biberón. Además con sus dientes me lastima.

—¿Tienes heridas?—se acerca a su esposo y examina.—¿Te estás mojando las heridas con limón? ¿Estás loco?—busca un paño o algo para limpiarlo.

—No sé qué más ponerme. Cualquier otra cosa podría hacerle daño si lo ingiere. Como no le gusta el limón, así lo rechazará.—tapa su pectoral cuando ve el ademán de Chris.—Déjalo.

—Te estás lastimando.—lo intenta una vez más sin resultado.

—Al contrario, el limón es un buen remedio natural para las heridas.—se baja el polo.—Apenas JeongIn me rechace, me limpiaré. Tranquilo.

—No me pidas que esté tranquilo, te haces daño.

—Shh.—deja un pico en sus labios. Dos, tres.—Gracias.—susurra. Deja un besito más.

Toma los dos biberones y los lleva a la sala. Chris va tras él.

—Ven, JeongIn.—lo levanta de las mantas y lo sienta en sus piernas para darle su biberón.

—No.—aleja su cara y trata de levantar el polo.

—Toma del biberón, bebé.

—No.—logra acceder al pecho y mete su boca. El ácido sabor lo aleja y bota con la saliva. Intenta con el otro pectoral y es lo mismo.—Mm...—se queja.

—Aquí hay leche, Innie.—lo acuesta en sus brazos e introduce el chupón mientras está confundido.

El sabor lo relaja. Está muy rico, bueno, es la misma leche de siempre, solo que desde un envase. Busca con la mirada a su otro papá: está con RyuJin, dándole leche también.

Primerizos | BangKnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora