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⁓Don't you give me up please don't give up 

On me, I belong, with you, only you, baby 

Only you, my girl, only you, babe

CAPITULO 13

Azael

-Ya nos perdieron de vista – digo refiriéndome a los policías

- Nunca había corrido tanto en toda mi vida – dice Keira recuperando el aliento. Le tiendo mi mano para ayudarla a levantarse del suelo, hace uno rato se tumbo del cansancio, ella estira la mano sin chistar y agarra la mía para que la ayude.

- El ejercicio hace bien de vez en cuando, además con este frio, nos cae bien – digo mirando el reloj en mi muñeca – Debemos irnos, ya es algo tarde y vi en las noticias que a las 4:00 a.m iba a empezar a nevar; si no queremos convertirnos en muñecos de nieve, debemos volver a casa.

- Eso creo, pero no tengo idea de donde estamos – dice mirando a su alrededor. Aún continuamos en el callejón, vuelvo mi vista hacia la entrada para intentar averiguar o recordar donde estamos – Sé dónde estamos, prácticamente corrimos hasta el parque, creo que solo hay que salir del callejón.

- Wow, si que corrimos mucho – me rio de su comentario y agarro su mano para salir de ahí, ella no pone barreras y camina a mi lado. Salimos del callejón volviendo a la calle completamente vacía, caminamos unos cuantos metros hasta que logro divisar los columpios y los otros juegos - ¿Crees que nos hayan visto la cara?

- Lo dudo, estaba muy oscuro y estábamos con las capuchas de las sudaderas – le recuerdo y ella asiente algo más tranquila – Ahora eres toda una criminal – le digo sentándome en uno de los columpios y ella en el otro.

- Eso veo, no es tan malo como creí – dice con una pizca de felicidad en su voz. Tanteo los bolsillos de mi pantalón y saco una cajetilla de cigarrillos junto con un encendedor; enciendo uno de los cigarrillos y me lo llevo a los labios – Así que, también fumas

- Uhm – articulo un sonido, saco el cigarrillo de mis labios y dejo salir todo el humo; acerco el cigarrillo a Keira, esta lo mira antes de tomarlo entre sus dedos – Solo debes inhalar y luego sacar el humo, fácil.

- Lo sé, ya lo había hecho antes – contesta llevándoselo a los labios e inhalarlo para luego soltar el humo y devolverme el cigarrillo – No cae mal de vez en cuando y si muero, me da igual.

- Eso mismo, si hubiera tenido la oportunidad de decidir si nacer o no, hubiera preferido que no y pues ahora no me asusta morir, lo haré tarde o temprano; así que, a la mierda – digo dándole otra calada al cigarrillo, le tiendo el cigarrillo a Keira y esta también le da una calada - ¿Qué harás en navidad?

- No lo sé, supongo que ver películas con mi perro y comer mucho– dice encogiéndose hombros.

- ¿Y tus papás?

- Sus amigos los invitaron a una cena, no me dijeron nada, pero encontré la carta escondida en una caja en la sala principal – dice meciéndose un poco en el columpio.

- ¿Y no iras con ellos? Se supone que la navidad es para pasarla en familia – pregunto nuevamente frunciendo el ceño.

- Lo sé, ellos nunca salen conmigo. Creo que tengo una idea del porqué, pero pues no es seguro; ellos solos demuestran que no me quieren ni les intereso, si me dejan vivir en su casa es porque es su obligación hasta que cumpla la mayoría de edad.

- Pues se lo pierden, eres una gran compañía – digo en un intento de alivianar el momento, ella ríe y niega.

- ¿Tú que harás para navidad? – pregunta volviendo a verme.

Un Invierno Sin Fin ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora