Fiesta

4.7K 425 62
                                    

De las primeras interacciones de Draco y Harry mucho antes de ser novios e incluso mucho antes de que Harry se diera cuenta que le gusta Draco.

- Ô-

Octavo año

Harry nunca fue fan de estar rodeado de personas, no le gustaban las multitudes y no se sentía cómodo con gente que no conocía.

Por esa razón, no entendía porque había accedido a asistir a la primera fiesta del octavo año.

No estaba seguro si fue por la mala influencia de Ron o la insistencia de Hermione, que en lugar de estar acostado en su cama, se encontraba en la sala común de Ravenclaw en la pequeña  fiesta que se organizo para la union de casas.

Al principio todo marchaba bien, el ambiente era divertido, la música entretenida y todos estaban pasando un buen rato, pero conforme pasaban las horas un sentimiento de soledad apareció desde el fondo de su pecho.

En algún momento de la noche, había perdido a Ron y Hermione, de seguro estaban besándose en algún sitio o algo por el estilo, por lo que se había quedado solo. Harry se alegra por ellos pero desde que sus amigos comenzaron a salir, sentía que ya no encajaba en el trío, que era la tercera rueda del grupo, por más sus amigos tratan de integrarlo a sus citas.

A veces, sin que nadie lo supiese porque era demasiado vergonzoso para admitirlo, cuando veía a Ron y Hermione o a Sirius y Remus, se preguntaba si llegaría a tener eso con alguien, si llegaría a conocer a esa persona que lo hiciera sentir completo, que los dos al estar juntos hicieran una perfecta armonía, que lo quisiera por ser solo Harry y no "el niño que vivió" o estaría condenado a la soledad y resignado a vivir una vida solo. Era normal tener ese tipo de pensamientos, a pesar de ser tan joven, cuando le llegaban correos con pociones de amor diarias y cartas de fans enamoradas asegurando que eran su alma gemela.

Harry estaba apunto de terminar su último vaso de whisky de fuego, para poder retirarse, sin que nadie lo viera, cuando por el rabillo del ojo noto a alguien que llamó su atención.

A lo lejos, en la parte más recóndita de la torre Ravenclaw, junto a una gran ventana, luciendo un fino suéter azul que resaltaba su piel nívea, unos pantalones negros, que se ajustaba a su fina figura y con su inigualable cabello platinado, ignorando todo a su alrededor, estaba Draco Malfoy.

Al moreno le extrañó encontrar a Malfoy complemente sólo cuando había notado que Parkions, Zabini y Nott se encontraban en la fiesta. Eso solo llamó mucho más la atención del ojiverde.

Harry debía admitir que desde que regresaron a Hogwarts, para su octavo año, Malfoy captó la curiosidad del moreno de nuevo; había algo diferente en el rubio, algo que lo hacía destacar ante todos los demás no obstante no sabia que era.

Incluso había noches, cuando las pesadillas no lo dejaban dormir, que se quedaba a altas horas de la noche pensado en Malfoy pero ni aunque lo torturara lo admitiría en voz alta.

Como si sus piernas se mandaran solas, Harry empezó a caminar hacia la dirección de Malfoy.

-Malfoy - saludó Harry, sin embargo, cuando llegó con el rubio, sintió como toda la valentía se esfumaba de su cuerpo al notar la mirada fría con la que lo recibió el otro chico.

-Potter - contestó fríamente Draco.

Se sentía nervioso,no estaba seguro del porque, pero sentía esas cosquillas por toda su piel. Era una vergüenza para su casa, había derrotado al mago mas peligroso de todos los tiempos, pero no podía acercarse a Malfoy de forma natural sin ponerse nervioso, era realmente patético.

Harry tomó una bocanada de aire, un sorbo de whisky de fuego para agarrar valor y continuó hablando.

-Me preguntaba...me preguntaba ¿Qué haces aquí tan solo? ¿Por qué no estás con tus amigos?

El rubio hizo una cara de fastidio y sin despegar su vista de la ventana, respondió: ¿Acaso me estás vigilando, Potter?

Harry se ruborizó hasta las raíces de su cabello, no era como si estuviera pendiente de Malfoy todo el tiempo, era verdad que a veces no dejaba de mirarlo pero eso no significaba que lo estuviera vigilando.

-No, solo se me hizo extraño que Zabini, Parkinson y Nott estén por ahí disfrutando de la fiesta y tú estés aquí...solo.

Algo en la cara de Malfoy se relajo, y aunque su cara lucía igualmente indiferente, sus ojos, esos ojos como la plata líquida, refleja tristeza y soledad. Harry conocía el sentimiento porque a veces, aunque estuviese rodeado de mucha gente se sentía solo.

-No quería arruinarles la diversión - contesto cauteloso, viendo por primera vez a Harry a los ojos.

-Entonces lo mejor que se te ocurrió fue alejarte de ellos.- confirmó Potter.

-Bueno ese no es asunto tuyo, Potter - exclamó el rubio exaltado - Además, ni van a notar que estoy ahí, no es como si a alguien le importe mi ausencia de todos modos.

Harry no sabía si fue la vulnerabilidad que le mostró, inconscientemente, el rubio o el whisky de fuego en su sistema, para decir:

-A mí me importa.

Los ojos de Draco se hicieron más grandes, sus labios formaron una perfecta "O" y aunque el rubio trató de actuar como si lo que dijo el moreno no fuera nada importante, la mirada de Draco no pasó desapercibida para Harry, esos ojos aunque Draco no se diera cuenta decian mas que mil palabras.

-¿Te importa si me siento contigo?- preguntó Harry.

-¿Por qué quisieras sentarte conmigo?- susurro Draco, abrazando sus piernas e ignorado al moreno.

Harry se encogió de hombros y dijo: ¿Somos amigos no?

Harry no esperó respuesta del otro chico, se sentó junto a Draco, sus hombros rozaban entre sí, de pronto la música de la fiesta pasó a segundo plano sintieron como si solo estuvieran ellos dos, hablaron de la belleza de la noche y el terror del mañana y por primera vez desde que terminó la guerra, Harry no se sintió solo.








The Potter- Malfoy'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora