Extra 2

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—¡OLIVIA ESPERA!.

—¡VETE A LA MIERDA, JONAH!.— abroché el cinturón de la silla de Jared que no dejaba de llorar y eso me frustraba aún más. Judith dentro de mi no dejaba de moverse inquieta. Ella sentía mi angustia.

—Créeme, Liv ni siquiera la conozco.— los ojos de Jonah me suplicaban y quería creerle pero esto era demasiado.

—Cuando el ADN demuestre que ese pequeño no es tuyo, te creeré.— me subí a mi camioneta y sentí una gran punzada que me hizo gritar en mi vientre bajo. Este dolor ya lo conocía. Oh no, Judith no es el momento para que tú... —¡AH!.

—¡¿QUE TE SUCEDE?!.— Jonah abrió la puerta de la camioneta.

—J-Judith ¡AH!.— tomé mi vientre. —¡JUDITH YA VIENE!.


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—Bien, señora Marais.

—Cash, soy Olivia Cash.— fulminé con la mirada a la enfermera.

—Disculpe, señora Cash.— sonrió nerviosa. —¿Quiere que su esposo este en el parto?.

—No, quiero que mi hermana esté a mi lado.— ella asintio muy poco convencida pero salió del quirófano. Comencé a llorar por toda la mierda que estaba pasando. Parecía un sueño.

Una chica más joven y bonita que yo apareció hace dos días en la puerta de nuestro hogar y anunció que su hijo es de mi esposo. Osea que si, me había colado los cuernos ¡DE NUEVO!.

—Llegó la mejor hermana de la historia.— Scar entró al quirófano con su pequeña barriga de tres meses. —¿Me dirás porqué yo estoy aquí y no el padre de ésta pequeña?.

—Porque no y ya, no tienes que saberlo todo, Scar.— apreté los dientes aguantando el dolor.

—Oye tranquila, fiera o te quedarás sola en le parto de tu hija.— al oír la palabra sola comencé a llorar desconsoladamente por decimotercera vez. —¿Que sucede, Liv?.

—¡Bien mamá, llegó el momento!.— mi obstetra apareció y se posicionó frente a mi. —Ya sabes cómo hacer esto pero siempre es bueno ayudar. Cuando yo cuente tres tú harás fuerza para que esta preciosura salga.— tomé la mano de Scar y asentí. —Uno, dos, tres ¡PUJA!.— pujé con todas mis fuerzas. Mi pequeña quería salir, en un mal momento pero lo haría. —¡YA LA VEO! ¡VAMOS LIV! ¡PUJA!.— lo hice denuevo y sentía que estaba a punto de morir. Sentía que me faltaba el aire y que no tenía fuerzas. De repente un llanto agudo se oyó en toda la habitación.

—Bienvenida al mundo, Judith.— la enfermera se acercó y la apoyo en mi pecho. Lloré sin fuerzas, estaba cansada y mis párpados pesaban demasiado.

—¿Liv?.— oí la voz de Scar muy lejana.

—Olivia ¿Me oyes?.— mi obstetra palmeaba mi rostro pero no le respondí. —¡Enfermera saque a la hermana de aquí!.

—¡No, Olivia! ¡Suelteme! ¡No!.

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El llanto agudo de un bebé me despertó. Abrí mis ojos y me acostumbré a la luz de la habitación: estaba en el hospital. Miré a mi alrededor y lo primero que ví fue a mi hija llorando en su pequeña cuna.

Me estiré como pude para alcanzarla y tomarla en mis brazos.

Era la niña más hermosa que había visto. Tenía mi nariz pero la forma de sus ojos y sus labios eran igual a la de su padre.

THE STARDOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora