—No si llegó antes. —Lo rete, buscando la habitación más grande.
Nós acabamos de mudar a una nueva ciudad mis dos mejores amigos y yo.
Llegamos justo a tiempo a la habitación más grande.
—Pará qué no haya problemas, yo me quedo con la habitación. —Habló Agatha, mi otra mejor amiga.
—No es justo, yo llegue primero. —Reprochó Cameron.
—La vida no es justa. —Hablé permitiéndole a mi amiga pelirroja quedarse con la habitación.
El castaño solo rodó los ojos y desapareció por el pasillo.
Después de desempacar un poco, estamos reunidos en la habitación de Agatha.
—Si nos vas acompañar esta noche, ¿verdad ____.? —Preguntó Agatha viéndome por el espejo. Lleva un hermoso vestido morado, que contrasta con su cabello.
No me suele gustar salir de fiesta, la gente se junta mucho y luego ni respirar dejan.
—No se acepta un no por respuesta. —Se sentó a lado de mi, y me quitó el celular.
—Entonces para que me preguntan. —Rodé los ojos. —Y dame eso. —Le arrebate el celular a Cam.
—No entiendo porque te la pasas leyendo historias, en vez de que salgas a vivir las tuyas.
—¡Tengo tinder!
Hace unos meses instalé esta famosa app, pero no he encontrado al chico perfecto. Y no quiero salir con cualquiera, que tal si me roba o me secuestra.
—Y no has tenido una cita con ninguno de ellos.
—Me da miedo.
Deje mi historia a un lado, voy a ir con ellos, ya no quiero soñar con una historia de amor, la quiero vivir.
—Dejamos de hablar de esto, y ayúdame a escoger mi ropa.
Cameron no tiene moda, la moda lo tiene a él.
Tiene un gusto excelente, Agatha y yo siempre le pedimos que nos vista. Si vamos de compras no puede faltar él.
Me escogió un vestido verde esmeralda corto, con un blazer y unas botas negras.
