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Para cuando desperté me asusté al no estar en mi habitación, de hecho era muy grande para ser mi habitación

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Para cuando desperté me asusté al no estar en mi habitación, de hecho era muy grande para ser mi habitación.

—Al fin despiertas. —Dijo alguien a mi lado.

Cómo apenas y se me iba encendiendo el cerebro no reaccioné. Maldito Windows chafa.

—¿En qué momento me quedé dormida? —Murmuré estirándome cuál gatito aún acostada.

—Cuando estábamos en el jardín, Takeomi te subió, pero le pedí a la ama de llaves que te cambiará la ropa, para que estuvieras cómoda. —Dijo Mikey.

—Ay, gracias. —Sonreí mirando la pijama rosa. —¿Por qué tienen pijamas rosas?

—Es de Sanzu, le gusta el rosa. —Dijo levantándose del sillón. —Baja en unos minutos a desayunar, en el armario hay ropa que Kokonoi mandó a comprar para ti. 

—Si, ya voy. —Cerré mis ojos acomodándome nuevamente, estaba a punto de dormir pero entonces sentí un movimiento en la cama. Ni siquiera me molesté en abrir los ojos, sabía que era Mikey, pero estaba tan adormilada que me dio igual.

—No vayas a dormirte, ve a desayunar. —Dijo picando mi mejilla.

—Pero tengo sueñito. —Murmuré.

—Ve a darte un baño, también compró cosas que podrían servirte para eso. —Dijo quitándome las mantas de encima.

—¿Por qué me compran cosas? —Hice un puchero sentándome en la cama, pero aún sin abrir los ojos. —Parece que quieren que me mude con ustedes.

—Si quieres puedes hacerlo.

—Ay si quiero. —Murmuré sin pensar, bostezando.

—Bien, pediré que traigan tus cosas. —Dijo y escuché la puerta abrirse y cerrarse.

Abrí mis ojitos finalmente y me quedé mirando un punto fijo.

—¿Qué rayos dije? Ay como me choca que me hablen cuando apenas me despierto, no sé ni qué chuchas digo, me agarran en blanco. —Murmuré rascándome la cabeza.

Me dio un poco de flojera cambiarme, así que sólo me levanté, y comencé a tropezones hacia donde recordaba estaba el comedor.

Para cuando llegué el olor a comida de todo tipo, no me fijé ni en donde me senté, solo agarré un plato con la poca visión que tenía por el sueño, tomé lo que sea que hubiera frente a mi y me puse a comer, pero pronto se me cayó la cabeza para enfrente y finalmente desperté.

—Ay mi cabecita, santo ranazo me solté. —Lloriqueé sobando mi frente.

Cuando levanté mi mirada, todos los de Bonten me miraban divertidos.

—¿Qué me ven? —Bufé.

—Bueno, no es algo común ver a una chica en pijama, despeinada, con comida embarrada en los labios, que ni siquiera se fija que se sentó en el lugar del jefe. —Dijo burlón Kakucho.

—Chin. —Dije levantándome para sentarme en otro lado.

—Listo, Jojo tus cosas ya vienen en camino. —Dijo Mikey entrando.

—¿Eh? ¿Cuáles cosas? —Pregunté confundida.

—Dijiste que te querías mudar con nosotros. —Sonrió. —Y ya le llamé a tu representante para que haga tus maletas.

—¿¡Eh!?

—Koko contrató un servicio express, así que vendrán en... —Y entonces el timbre sonó. —Ya llegaron.

Emma abrió la puerta de la entrada y entonces todas mis cosas fueron llevadas por un montón de tipos con uniforme, y luego los chicos de traje que trabajan para Bonten comenzaron a cargar mis cosas para llevarlas a quien sabe dónde.

—¿Hina estuvo de acuerdo? —Cuestioné exaltada.

—Dijo que hasta con moño te regalaba. —Rió Mikey.

Esa maldita traidora hija de la matraca.

—Entonces, ¿Eso significa que tenemos Jojo para todos los días? Qué buen servicio. —Dijo Hanma mirándome coqueto.

—Cuidadito con lo que haces Hanma, cualquier movimiento en falso y... —Sanzu sacó una pistola de quién sabe dónde y disparó al lado de la cabeza de Hanma, pero éste ni se inmutó. —Te vuelo la cabeza.

—Lo que yo haga no te importa, idiota. —Sonrió divertido.

—Sigue comiendo Jojo, ese tipo de peleas son algo que verás todo el tiempo. —Dijo algo estresado Ran.

Asentí y él me pasó un plato con más comida, apenas iba a comerme el que me había servido yo, pero se agradece.

Ellos estaban comiendo literalmente de todo, y parecían no cansarse de masticar ni llenarse.

—¿Qué no se llenan? Yo ya me llené. —Me quejé dejando los cubiertos en el plato, me toque la pancita notando que se había hinchado. —Ay, si tuviera botones ya hubiera dado el botonazo.

Los chicos se rieron pero continuaron comiendo.

—Jojo, ¿En tu casa qué era lo que hacías? —Preguntó Takeomi cortando la carne.

—Ah, pues casi no me la pasaba en casa, sino en el estudio de grabación, en el gimnasio, bailando y así. —Dije apenada.

—Genial, pediré que te acondicionen un lugar para que puedas hacer todo eso. —Dijo Mikey sonriente. —Te ves linda al natural, por cierto.

Me sonroje a más no poder, al parecer la ama de llaves también se había tomado el tiempo para desmaquillarme y yo ni en cuenta.

Lección del día: Evitar que me hablen apenas despierto porque digo pura burrada.

No, se cambia: evitar dormirme enfrente de ellos y despertar enfrente de ellos.

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D a d d y  I s s u e s 🔞 [Tokyo Revengers | Bonten] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora