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Día pasado, día olvidado

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Día pasado, día olvidado. Otro día seguía y como a nadie le importaba, la vida seguía.

Kaia abrió los ojos con pesadez, no sintió nada. Suspiró con cansancio mientras se sentaba en su cama y dejaba caer sus piernas al suelo.

Pasó sus manos por sus ojos, fregándolos e intentando despertarse del todo para empezar un nuevo día. Claramente no iba a presentarse a clase.

Quien lo notaría? Ella era invisible y por una parte agradecía que fuera así.

Claro que no contaba en qué McGonagall inmediatamente se diera cuenta de su falta. Oyó los rumores de la supuesta cena privada de Slughorn y supo que no había ido bien.

Rápidamente entró en su despacho para empezar a escribir urgentemente una carta, deseando que le respondieran lo más pronto posible. Lo primero era la seguridad y la salud de la chica, las notas podían esperar.

Después de enviar su lechuza, entró al salón de clase donde pudo fijarse como cierto azabache se encontraba algo perdido en sus pensamientos. Supo que había ido mal. Lo supo cuando vio como Hermione lo consolaba y le decía que todo iría bien.

-Muy bien, hoy repasaremos lo último que vimos... si mal no recuerdo, debíais entregarme un ensayo con la información buscada y trabajada.- empezó a decir algo cansada.

La mayoría de alumnos empezaron a sacar sus deberes, esperando a que los recibiera, no obstante, la carta que con tantas ansias esperaba llegó en medio de la clase llamando la atención de todos.

-Disculpar...- dijo mientras la abría y leía su contenido.- Merlín... eh, debo encargarme de algo importante, por favor, compórtense mientras estoy fuera.

Y así la profesora de transformaciones salió a toda prisa, convertida en gato, con la carta en su boca en dirección a la sala común de Hufflepuff.

Mientras, Kaia se encontraba dibujando tranquilamente en su cuarto, tratando de olvidar todo. Y seguir adelante.
-Dibuja, un sol... sonriente. Sonríe.- dijo para sí misma.- Y un árbol... lleno de color.

Sin darse cuenta, una lagrima traicionera cayó destrozando su dibujo, haciendo que se diera cuenta de que era ella misma la que arruinaba todo. Ella era el problema.

Se encogió de rodillas, abrazándose a sí misma y hundiendo su cabeza entre sus piernas. Cerró sus ojos con temblor, no quería volver a llorar.
-Eres fuerte.- se dijo a sí misma.

El pánico entraba en ella, acechándola rápidamente, haciendo que tuviera que respirar hondo.
-No otra vez, Kaia, no otra vez... piensa, p-iensa algo eh, no otra vez... cien, noventa y nueve.- se decía a sí misma mientras miraba al suelo.

La chica estaba experimentando otro de sus tantos ataques de pánico. Esos donde sientes que pierdes el control de ti mismo, como un ataque cardíaco, que duele el corazón. Sentía que iba a morir.

-Noventa y ocho... noventa y siete, noventa y seis...- seguía diciendo ella mientras sentía que empezaba a sudar, que hacía calor y tambaleaba a la vez, sintiéndose demasiado vulnerable.

Sentía dolor de cabeza, y sobre todo un dolor en el pecho inexplicable, como si sus pulmones no quisieran seguir respirando, como si su cuerpo estuviera bloqueado.
-Noventa y cinco, cuatro, noventa y tres.- dijo ahora intentando levantarse, para lavarse la cara y poder refrescarse.

Fue algo malo pues la sensación de mareo y de desmayarse estuvieron presentes en todo momento, privándola de moverse. Ahora, estaba entumecida.
-Noventa y dos... noventa y uno. Noventa.- dijo sintiendo como la opresión en su garganta cada vez era mayor.

Se estaba volviendo loca? Eso parecía, sentía que en cualquier momento dejaría de respirar.
-Noventa, noventa... no, no puedo.- dijo ahora con terror.- Noventa, vamos Kaia.

Tres, dos, uno.

La puerta se abrió, dejando ver al gato negro con sombrero y la carta en su boca. A tiempo, cuando McGonagall se volvió a transformar en ella, cerró la puerta para tener un lugar tranquilo.

-Kaia, cariño estoy aquí.- dijo con una sonrisa tranquila mientras se colocaba a la altura de la chica.
-No, no puedo.- dijo ella ahora con demasiado miedo.- Lo siento, lo siento mucho.

-No, lo que sientes es atemorizante, pero no es peligroso, estoy aquí. Y estoy muy orgullosa de ti, se que puedes hacerlo.- le ánimo la profesora mirando cada una de las reacciones de la chica.

La Hufflepuff solo asintió como pudo y miró a McGonagall aún con temblor y escalofríos.
-Kaia, necesito que te concentres en tu respiración. Mantente en el presente, conmigo.- le pidió ella.

-Es difícil, lo he intentado. Lo siento, yo no...- empezó a preocuparse más ella.
-Puedes superar esto, confío en ti. Vamos, te ayudaré.- propuso la mujer ayudándola a respirar con tranquilidad.

-Lo... estoy haciendo, verdad?- preguntó ella ahora con más alegría.
-Muy bien, ahora... quiero que levantes el brazo derecho, entendido?- le preguntó con suavidad.

La chica empezó a subir el brazo indicado lentamente, encontrándose mucho mejor. Más relajada.
-Ahora, te ayudaré a levantarte, si?- le propuso McGonagall a lo que ella asintió y con la ayuda de la profesora, pudo ponerse de pie.

-Lo siento mucho profesora.- dijo la chica avergonzada y triste, aún que ya estuviera mejor, se sentía horrible.

McGonagall negó y olvidando todo abrazó a la Hufflepuff cariñosamente, como si fuera su propia hija. Necesitaba un abrazo.
-Estoy orgullosa de ti Kaia.- le dijo entre el abrazo, provocando que ella solo pudiera empezar a llorar mientras le correspondía.

Claro, pero la verdadera razón por la que se encontraba ahí no era esa. McGonagall le entregó la carta a la chica quien algo confundía la leyó.

Minnie,
Sería un completo honor que Kaia pasara las navidades conmigo y la compañía de Tonks, estoy seguro de que no le vendrá mal descansar de Hogwarts un tiempo. Estaría encantado de que viniera.

Atte. Remus Lupin.

McGonagall vio como poco a poco, una sonrisa llena de alegría inundaba las mejillas de la chica la cual abrazó la carta.
-En serio quiere... que pase las navidades con él?- preguntó ella sin poder creérselo.- Entonces... usted... estará sola.

La profesora de transformaciones sonrió tiernamente.
-No se preocupe por mi, lo importante es que puedes empezar a empacar tus cosas, tienes permiso para irte cuanto antes.- le dijo esta con compasión y alegría de verla feliz.

Notaria alguien que la chica faltaría?

what is love? (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora