~YA ME ENTERE~

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Al salir de la mansión de los Malfoy, se dirigió a paso acelerado hacia la casa de su padrino.  Un camino que no fue nada agradable debido a la larga distancia y el pesado baúl que tenia que arrastrar consigo. 


Las miradas extrañas que recibía en el camino no parecían incomodarlo, algunos lo juzgaban y murmuraban "Criminal juvenil" "Debe haber robado"  "Seguro es un prófugo.." y de más. 

Ninguna de esas personas lo conocía, ninguna de esas personas sabía que debía llegar a un lugar seguro antes de que anocheciera, antes de que algún mortifago lograra encontrarlo para llevar su cabeza ante Voldemort. 


—Al diablo con todo—gruño Harry dejándose caer por fin en una acera. Había caminado no menos de dos horas y no reconocía el lugar en donde se encontraba.


Había sido la idea más estúpida el dirigirse en principio a casa de los Malfoy. 


Se llevo ambas manos al rostro con molestia, estaba agotado, nunca antes había caminado tanto, ¿No se suponía que el autobús noctámbulo recogía a los magos desolados? ¿Porque no lo recogían? ¿o solo trabajaban de noche? 


Lo único que Harry sabía, era que si seguía arrastrando el baúl nunca llegaría con vida. Antes terminaría muerto de la fatiga. 

Abrió su baúl y empezó a botar todos los libros que tenía, su ropa, algunos objetos personales, solo quedándose con lo mínimo para que el baúl no pesara tanto. 


Espero que el calor por la caminata se terminara para volver a ponerse de pie, si ya antes se había enfrentado 

a las miradas acusadoras por dejar ropa y cosas tiradas, el pedir instrucciones confusas a extraños no seria el gran problema... 


~•~


Después de unas horas, no le fue  tan complicado  regresar a Grimmauld Place. Aunque si fue fastidioso el tener que estar parado en la  entrada de la ancestral casa de los Black  y no tener el valor de ingresar. Esto debido a que su apariencia no era fácil de asimilar, se encontraba totalmente agotado, con un baúl casi vacío y una sucia mochila sobre su hombro derecho, sus mejillas se encontraban rojas por el calor de la tarde y la vergüenza de haber llegado sin avisar. 


Dejo su baúl en la entrada de la desgastada casa, empujo la rechinante puerta con total delicadeza, la cual se encontraba entre abierta como si alguien hubiera sabido de su inesperada presencia y la hubiera mantenido por el. 


Cuando por fin tuvo el valor de ingresar a la casa, guardo silencio y observo que a lo lejos había una escalofriante y perturbadora figura en la oscuridad. 


—¿Sirius?—pregunto Harry con algo de miedo—. Voy a entrar...—empezó a caminar despacio hacia la sala, incluso tanteando para evitar tropezar—. No se si podrás prender una lampara o correr las cortinas... ¿Porque tan oscuro? 


—¡Calla niño! ¡Calla!,


Los músculos de Harry se tensaron. Se detuvo de golpe y por alguna extraña razón sintió un temor inmenso. 

Always-Nuevo inició.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora