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AX, VYD Y LA CHICA NÚMERO 2.

Mientras tanto, en un lugar lejano...


Ax volvió de su proyección.

Y automáticamente, alguien lo agarró del cuello.

Fue un agarre agresivo pero rápido, como si lo hubieran estado esperando para hacerlo. Aunque no se trataba de un enemigo. Lo que vio frente a sí fueron esos ojos iguales a los suyos, pero con los colores invertidos. Estaban furiosos, amenazantes, peligrosos.

—¡¿En serio?! —le gritó la chica número dos. Sus dientes estaban apretados y a la vista—. ¡¿Por qué?!

Ella en verdad estaba enfadada.

Enfadados eran peligrosos.

Pero Ax sabía que no iba a matarlo.

Aun así, Vyd apareció corriendo e intervino, intentando apartarla para que lo soltara.

—¿Pero qué sucede? —exigió saber, preocupado.

Él también acababa de volver. Su mente estaba un poco difusa y revuelta porque se requería una cantidad enorme de energía y de fuerza mental y física para soportar la proyección, pero entendía que la chica estaba demasiado enojada, alterada, y que eso podía causar algo malo.

—¡¿Qué está pasando?! —exigió de nuevo al no obtener una aclaración—. ¡¿Por qué se atacan?!

Con fuerza logró hacer que ella soltara a Ax, y luego la soltó para ponerse entre ellos y evitar que tratara de ahorcarlo otra vez. La chica tenía las manos hechas puños y su pecho subía y bajaba. Su ropa sucia. Ojalá no le diera por soltar la energía de la ira, porque podía reventarles el cerebro.

—Usaste mi poder —le dijo ella a Ax con rabia—. Te dije que no podías y me controlaste para ir a verla.

—¿A Mack? —preguntó Vyd, confundido, alternando la mirada entre ambos—. ¿Así fue como apareciste? Y ya va, ¿qué estamos haciendo en este lugar?

Buen punto. Era como una tienda abandonada perteneciente a una gasolinera. Varias ventanas dejaban ver esa parte oscura, junto a una carretera solitaria bajo la noche. Una noche sin estrellas, ni luces, y frío. ¿O eran ellos quienes estaban tan descontrolados emocionalmente que el clima cambiaba a su alrededor? Lo cual también era posible...

—¡¿Quieres que nos rastreen?! —soltó la chica directo hacia Ax ante su silencio, aún muy enfadada.

Entonces, Vyd notó que Ax, sentado en el suelo, en realidad estaba herido. Sangraba del abdomen, en donde una raja larga y fresca se mostraba. Y estaba medio pálido. Qué caos era todo.

—¡¿Cómo pasó eso?! —preguntó, pasando a ser el alterado.

—¡Había trampas en ese lugar! —respondió la chica—. ¡Y estabas distraído!

Cierto. Aún lo estaba. En la mente de Ax ahora pasaban palabras como: rabia, molestia, impotencia, confusión, estrés.

También estaban Mack Y Dan. Él iba a besarla y cuando imaginó eso, simplemente... Explotó una emoción intensa.

Mack había dicho que las personas se sentían así, pero no era algo bueno. Era algo poderosamente molesto. No le gustaba. Ahora que conocía esa emoción, la estaba entendiendo y no la quería. Lo había descontrolado y luego todo había salido como de su piel, de lo más profundo de sí. Una necesidad de que ese beso no sucediera.

S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora