34. Neptuno

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Mar

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Mar.

—¿Es algo malo? —indagó Honne.

—Eh, no —tomé el teléfono—. lo siento por lo que sea que te haya dicho.

—Fueron mensajes —aclaró—. dijo que te quería hablar, pero nada más, no sabía que te hablabas con tu mamá y eso que a veces dejas tu WhatsApp abierto en mi laptop.

—No quiero hablar de eso —carraspeé—, Vero nos citó para una reunión ¿Sabes qué anda tramando? —traté de cambiar el tema.

—No —desvió la mirada—. ¿Y qué sabes sobre Luka?

—Es confidencial —me rasqué la cabeza—. Se siente bastante incómodo estar con ellos, la verdad —me senté en la cama al lado suyo—. la última vez en la videollamada como que evitaban mirarse, me pregunto qué habrá pasado.

—Yo no quiero saber —levantó ambas manos—. aunque lastimosamente, me hago una idea y es raro, porque de todas las veces en las que tuvo ese tipo de relaciones el drama solo pasó con Luka, ¿Se habrá...?

—¿Enamorado? —intenté completar su pregunta.

—Dado cuenta de que fue un error.

—Disculpa, Luka es un payaso, irresponsable y a veces no sabe lo que hace, pero llamarlo error me parece abusivo. —me crucé de brazos.

—Es un error por muchas cosas y ninguna tiene que ver con lo que él es, no lo conozco tanto como a Kalum, pero sé lo que Luka no es: El tipo de Vero, la persona que puede lidiar con carácter de ella y mayor. Ella puso un límite y él lo pasó, es todo.

Se me secó la boca.

—¿Crees que si no nos hubiéramos enamorado mutuamente sería así?

—No pienses en cosas malas que ni pasaron —puso su mano en mi hombro—, tienes todo el permiso del mundo de hacerme un amarre si crees que alguna vez te dejo de querer. Pero te advierto que eso es imposible.

—Te quiero mucho, es más que eso, te a... Adoro. —murmuré sin despegar el contacto visual, su pecho se elevó.

—Te a... Adoro como a un regalo caído del cielo.

—Sí me caí, no fui planeada.

—Mar, nadie es planeado. 

—Oh no, las sorpresas con nueve meses no son inesperada —me levanté—, son otros detalles los que los tomaron por sorpresa.

—Nunca hablas de tu familia, ¿Qué sorpresa les diste que te echaron? —bromeó—. ¿Ser bruja y pitufa?

—Ser lesbiana, ja. —traté de hacerlo ver cómo un chiste, más la risa no salió, aunque la forzará.

Su expresión se tornó sería, la sonrisa se le borró.

—Se lo tomaron mal, ¿Verdad?

—Voy a sacar a pasear a Copito, debe querer ejercitarse —me excusé— y sí —respondí a su pregunta anterior como si nada—. bueno, si les hubiera contado yo sí. Solo sé que no están muy de acuerdo y bueno, yo soy Astrohada.

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora