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—¡Buenos días!
—¡Mierda!
—¡Joder!
—¡Brooke!
—Aww, veis, al menos Ronnie si se alegra al verme después de tanto tiempo... sois unos mal agradecidos, pelirrojos mal olientes.— se quejó esta abrazando al pelirrojo pequeño mientras miraba divertidamente a sus mejores amigos.
—No es justo, Ronnie no tiene que soportarte cada día del curso, ¿sabías?— se excusó Fred tapándose a cara con un cojín, muy cansado.
—¿De todos modos que haces aquí? Se supone que vendrías... dentro de una semana.— preguntó George frotándose los ojos y casi bostezando.
—¿Ah si? ¿¡Ah si!? ¡Ya veréis!— gritó esta para tirarse encima de ellos y empezar a hacerles cosquillas con todas sus fuerzas.
—¡Mi codo!
—¡Cuidado bruto!
—¡Cállate!
—La he llamado yo, ya que Hermione no va a poder venir, Brooke si.— anunció la pelirroja con una sonrisa divertida.— No os hagáis los que no la soportáis si después vais llorando y extrañándola.
La chica los miró pícaramente. —¿Eso es cierto? Me halagáis chicos, en serio lo hacéis.— dijo dándose mérito a ella misma.
—Tampoco te motives...— refunfuñó Fred sonándose la cabeza de dolor. —Os encanto, y lo aprecio mucho eh.— siguió esta sonriendo.
—Aha, pero seguro que tú también nos extrañabas... normal, somos únicos y exclusivos.— presumió George despeinándola.
—Claro, además de eso... necesito que leáis esto.— dijo ella ahora entregándole al pelirrojo la carta que había recibido.
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Brooke West, 1995
¿Que tal estás? He oído que normalmente sueles pasar las vacaciones de verano en casa de los Weasley así que he aprovechado para invitarte a una comida familiar ya que había quedado pendiente del torneo.
