14. Tú y yo

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Sandra terminó de colocar lo último que faltaba en la maleta. Se levantó a las 5 de la madrugada para comenzar a hacerlas, tendrían que ir al aeropuerto a las 9 mañana para abordar a las 11.

Maddy apareció para despedirse de ella. Abrazos, ganas de llorar e inmensas ganas de ir a Colombia y quedarse con Sandra.

Cuándo la menor acabó, le envió un mensaje a Franco diciéndole que ya estaba lista para que se vayan. A los minutos él llegó con una sonrisa en el rostro que la reemplazó por una de tristeza al ver que Sandra lo observaba seria.

Perdonado no estaba.

Sin más que decir, se fueron. Tomaron un taxi para llegar, ya que, el auto que alquilaron pertenecía al hotel y no podían llevárselo hasta allá.

La pelinegra detrás de ese rostro serio, había una inmensa alegría porque volvería a casa y volvería a ver a su príncipe azul, o rojo, o verde, o amarillo. Bueno, eso lo dejo a su criterio.

Luego de esperar tanto en el aeropuerto, anunciaron que tenían que ingresar al avión. Harían escala para volver con más facilidad a Colombia.

Ingresaron a éste y se sentaron en sus respectivos asientos. Para la fortuna de Sandra, le tocaba asientos separados con Franco, así que él no estaría al lado de ella.

Decidió dormir un poco hasta que lleguen a uno de sus dos destinos.

Pasaron unas horas y llegaron al aeropuerto de la capital de Estados Unidos; Washington D.C.

Rápidamente tomaron el vuelo hasta Bogotá, Colombia. El último y principal destino.

La rutina de Sandra en estos vuelos era dormir, así que, lo haría de nuevo. Se había levantado muy temprano para alistar sus maletas y quería darse un descanso.

Antes de hacerlo, decidió observar por la ventana. Un bello cielo azul con nubes que parecían algodones.. Ganas no faltaban de tirarse ahí a ver si eran tan suaves como parecían.

Sí, lamentablemente no es así. Si te tiras, mueres. Triste pero real.

— Que bonito.. — Sonrió la menor.

Cerró la ventana, se acomodó en el asiento convirtiéndolo en una pequeña cama y se acostó.

Durmió cómo si no hubiera un mañana.

<3

— Armando, tengo que irme, te quedas aquí si deseas. Adiós. — El castaño se fue sin dejar que su mejor amigo diga algo más.

Armando estaba en el apartamento de Mario porque el día anterior hicieron una pijamada de mejores amigos, viendo películas, conversando de la vida, cantando karaoke, en fin. Cosas de licenciados.

Corrió hasta el ascensor, cuando llegó al lobby continúo su camino hasta el estacionamiento para llegar a su carro. Entró a éste, se colocó el cinturón y condujo.

Llegó.

<3

Sandra tomó su pequeña maleta de mano y les hizo una reverencia a las azafatas. Por obvias razones bajó del avión acompañada de Franco, les entregaron sus maletas y se adentraron al aeropuerto.

Al cruzar las puertas escuchó un grito proveniente de un hombre. Observó por todos lados para dar con el que gritaba su nombre.

Sé que fue un error • MandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora