Day hundred twenty three

1K 70 186
                                    

Hermano, ¿Por qué...?

— Hiroshi, lo diré solo una vez más, no

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Hiroshi, lo diré solo una vez más, no. 

Igual de rápido como comenzó la llamada, esta termino. Hinata si no estuviera molesto o asustado, en algún otro momento estaría asombrado de la gran terquedad de su abuelo la cual supuso era hereditaria, pero estaba lo suficiente ocupado tratando de no entrar en un ataque de pánico que no se sentía capaz de sentir otra cosa que no fuera el miedo o la furia.

Kageyama, el cual había venido lo más temprano que pudo esa mañana, lo miro preocupado, como intentando descifrar en su cabeza que tenía que hacer para hacerlo sentir mejor.

A veces Hinata quería terminar con todo o simplemente esconderse en su cuarto y nunca más salir de ahí, pero al no poder hacer ninguna de sus dos opciones idílicas decidió simplemente abrazar al pelinegro que estaba sentado en su sofá y esconder su cara en el hueco de su cuello.

Rara vez Shoyo se comportaba de esa manera últimamente, desde que comenzaron las vacaciones ellos habían estado bastante tiempo juntos por lo que Tobio veía a Hinata feliz la mayor parte del tiempo.

Únicamente atino a rodear su cintura con sus brazos y esperar a que él hablara, pues conociéndolo, si lo presionaba mucho él se terminaría cerrando de nuevo.

Una vez que Hinata pudo relajarse y no sentir que estaba al borde del colapso salió de su escondite y beso casi con agresividad al pelinegro.

Kageyama no se quejaba para nada, aunque en el fondo sabía que algo pasaba.

Paso un largo rato para que se separaran el uno del otro pero a ninguno de los dos les importaba mucho el tiempo.

Casi como todas las otras veces que compartían estos momentos solos, al final, quedaron uno demasiado pegado al otro, pero de nuevo, a ninguno le importo demasiado.

— ¿Estas bien? —Pregunto con cuidado Kageyama una vez que ya estuvieron ambos más tranquilos.

Hinata termino, en algún momento, recostado encima de su novio, apoyado su cabeza en su pecho. Una parte suya en el fondo se preocupaba de lo mucho que se relajaba con las caricias que Kageyama dejaba cuidadosamente en su cabello, mientras que a otra gran parte de él le importaba una mierda eso y deseaba que no nunca se detuviera.  

— A veces odio a mi abuelo — Murmuro, demasiado relajado como para desmoronarse del miedo — La mayor parte del tiempo es un estúpido y solo dice estupideces. No veo la hora en la que ya no necesite de su dinero para subsistir, estoy harto.

Kageyama lo miro por un rato, era bien consiente de que Hinata en cualquier momento caería dormido, pero eso no logro que su preocupación se desvaneciera. Casi no conocía al abuelo de su pareja, lo unico que sabía es que le guardaba un poco de rencor desde que se entero que él había sido el que le dio las pastillas a Shoyo, sabía una o dos cosas más gracias a lo que Natsu le contaba y no era mucho, solo que el hombre era bastante estricto y, casi como su padre, bastante anticuado con algunos temas.

One Day In September // ✨KageHina✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora