Capítulo XXIII

136K 7.4K 3.8K
                                    

Alessandra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alessandra

Al entrar a mi casa se cae mi cartera del impacto, ¿Qué hace aquí?

Lizzie me sonríe mientras observa con emoción a Pablo, este traía un gran ramo de flores entre sus fuertes brazos mientras me sonría.

—Mi niña, este hombre guapo vino a traerte rosas —Lizzie chilla de emoción.

Le doy una mirada de pocos amigos. Hace una seña de cerrarse la boca, entregando una mirada llena de emoción y querer gritar como una niña.

—Estaré en la cocina, y obvio que no estaré espiándolos como una enferma —Lizzie anuncia yéndose.

Con rapidez me acerco a Pablo para quitarle el ramo de flores de sus manos, ¿Cree que lo voy a perdonar solo por traerme flores?

—¡Odio las rosas! —gruño, tirándolas al suelo y pisotearlas con enojo.

Pablo me agarra sin previo aviso de mis hombros para acercarme hasta el —. Oye... Lo siento, fuego.

—¿Quieres que te perdone? —le pregunto.

El asiente mientras acaricia con suavidad mis hombros. Una cosa que los caracteriza a Pablo y Alexander es que son muy coquetos conmigo, muchas dirían que soy suertuda, pero ellos me causan conflictos.

—Dime quien es, ¿Rett? —cuestiono.

Pablo con rapidez se aparta de mi para empezar a caminar en círculos por toda la sala.

—Rett... Es mi Padre —respondió de un solo golpe. Lanzó una mirada sorprendía —, pero era un padre de mierda...hizo las cosas más repulsivas.

Pablo dice con la voz hecha un hilo, yo me acerco a él para abrazarlo. Yo más que nadie sé que los padres te pueden destruir toda tu infancia.

—Él mató a nuestra hermana... Ella era solamente una niña cuando lo hizo —Pablo murmura con dolor mientras escondida su rostro en mi cuello.

¿Tenían una hermana?... Estoy confundida, jamás Alexander me confesó que tenía una hermana.

—Estoy confundida, ¿como que tenían una hermana?—pregunto con confusión.

—Ella era la menor de nosotros, era muy linda y tierna pero un día que regresamos de clase yo y Alexander, vimos el cuerpo sin vida de nuestra hermanita y mi padre estaba sonriente viéndola. Desde ese día no volvimos a casa, pero Alexander todavía tiene contacto con nuestro padre.

Escuchando a Pablo, hizo que sienta como un dolor en mi corazón. No me imagino mi vida sin Preston, él es como mi hermano mayor y lo amo demasiado para perderlo.

—Debes estar sufriendo, Pablo, pero te prometo que esto pasara —lo consuelo acariciando su rostro con suavidad.

En eso Pablo me agarra de mi mentón para unir sus labios con los míos, sus labios se movían a un ritmo rápido, haciendo que sea difícil seguirle el ritmo.

Pecados. (POR CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora