soft addiction; kth [editando]

∞ C h a p t e r 26 ∞

Chaeyoung

¿Quién diría que alguien que se viera como Kim Taehyung sería tan diferente a lo que aparentaba? Empezaba a creer en el famoso dicho que muchas personas mencionaban.
Taehyung tenía la fachada de chico desinteresado, problemático y todas esas características que suelen atribuírsele a los "chicos malos" en las historias de ficción, sin embargo, empezaba a ver que eso no era todo de él y que al parecer tenía muchas otras características ocultas.

Él había llegado a mí de una forma inesperada y actuando como si nos conociéramos de toda la vida. Su insistencia al perseguirme y aparecerse en todos lados me había resultado molesta, porque, dada mis experiencias anteriores, lo que menos quería era establecer relaciones, conocer personas y volverme significativa para alguien. Quería vivir sola, sin necesidad de hacer a alguien parte de mi vida y preocupándome únicamente por mí, pero empecé a entender que quizá eso no iba a ser posible cuando Jungkook fue mi primera excepción a mi rígido modelo de vida.

Jeon Jungkook había llegado a mi vida así como Kim Taehyung; por meros azares del destino.
Yo era la asocial del grupo que tenía cara de delincuente y que no hablaba con nadie, pero un día, sin siquiera entenderlo, el chico de sonrisa de conejo había llegado a mi lado diciendo que le permitiera ser mi compañero en un trabajo de grupo de la escuela.
Lo creí loco o que estaba gastándome una broma, es decir, él era un chico popular que se llevaba bien con todos y a quien todos querían, pero él había rechazado trabajar con cualquiera de ellos para trabajar conmigo cuando ni siquiera nos habíamos saludado alguna vez.
Realmente pensé en golpearlo y a pesar de que le grité y lo insulté, él no se asustó nada. Por el contrario, su sonrisa permaneció y, en contra de mi voluntad, le dijo a la profesora que trabajaría conmigo.
De esa manera, habíamos empezado a conocernos y supe que era un chico totalmente maravilloso, que su corazón era puro y sus intenciones eran sacarme de la soledad que yo misma me imponía.
Se volvió mi confidente y logró ganarse mi aprecio y confianza lo suficiente como para ser el único a quien fui capaz de contarle los desastres de mi vida y quien, hasta el día de hoy, era la única persona que era importante para mí.

Kim Taehyung tenía una historia similar, pero muchos detalles distintos también.
Él no había tomado la iniciativa de acercarse a mí por saber de mi peculiar actitud ni había empezado una conversación casual como sucede cuando recién se ve a alguien por primera vez.
Ese día, cuando nos conocimos, fue una situación confusa y yo estaba tan molesta que únicamente quería desaparecerlo del planeta. No esperaba que después de eso él viniera a mí con tanta tranquilidad tratándome como a alguien que conocía desde hace mucho. Tan informal, irritante y engreído, pero captó mi atención, no solo por su aspecto, sino por su comportamiento con una extraña.

En un inicio quería alejarme y no volver a verlo, pero de alguna manera él continuó apareciendo en mi camino.
Kim Taehyung era tan raro, pero a pesar de querer ignorarlo, lo único que hacía era incrementar mi interés y curiosidad sobre él.
Había hecho cosas que nunca nadie había hecho por mí y, a medida que pasaba tiempo con él, cualquier sentimiento negativo se iba disminuyendo y, en su lugar, esa comodidad y tranquilidad, como si realmente nos conociéramos desde siempre, surgía.
Descubrí que su presencia ya no me molestaba; de hecho me gustaba estar con él.

—¡Sí! ¡Gané otra vez!—reí sintiendo la victoria.

—Ah, no es posible—habló él frustrado metiéndose una galleta a la boca. —¿Cómo es que eres tan buena en esto si nunca habías jugado?

Me encogí de hombros aún sonriente por mi triunfo.
Se supone que iríamos a su casa solamente a ver a Byeol, pero de alguna u otra manera habíamos terminado jugando el castaño y yo unas partidas de poker cuando él me había retado.
Resultó ser más divertido de lo que imaginé.