𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]

15. enséñame, George.

[George Weasley]

Amy me había ayudado a poner todas mis cosas en una bolsa, e insistí en que me dejara pagar la lavandería de su vestido, el vómito se veía muy mal en el, pero ella insistió en que restaba bien.

La verdad era que no me quería ir.

La había pasado tan bien y sabía que al llegar a mi habitación me sentiría aburrido y solo. Habíamos estado 3 días juntos y fueron increíbles, así que me entristecía la idea de estar solo en mi habitación.

—no me quiero ir...— me queje viéndola en la cama con mi camisa, ella me insitaba a quedarme. Me quiso devolver mi camisa pero insistí una vez más en que a ella se le veía muy bien, y tenía razón, se veía exquisita.

—George... Fred va a estar muy preocupado.

—ya soy grande, me se cuidar.— respondí dejando la bolsa al lado de la cama. Solo me iba a para frente a ella, pero abrió las piernas dejándome ver sus bragas.

Maldición.

Eso para mí era una clara invitación, no demore en quitarme el saco y gatear hasta ella quien parecía entusiasmada, esto me calentaba más.

—enséñame.— pidió mirándome fijamente.

—¿Que?— pregunté trepandome en ella. Sentía sus manos tocar mi pecho deseosa.

—habías dicho que tú podías enseñarme todo lo que sabes.— sus piernas me rodearon.— enséñame.— repitió.

Quería ser el primero en tener mi cara entre sus piernas.

—¿Ah si?, Te mostraré. Acuéstate.— ordene poniendo mis manos sobre sus hombros. Mis manos se veían gigantes en ella, tan así que me daba miedo ser muy bruto y hacerle daño... Pero con un oral no podía.

—¿Que harás?— preguntó nerviosa. Sonreí y bese sus labios para tomar su braga, está me gustaba más que la de la otra vez, era negra y simple pero colaless. No me la podía imaginar en cuatro, o bueno, si, y carajo que me gustaba la imagen mental.

—haré que te sientas bien.— tome la braga y la guarde en mi bolsillo.— para recordarte cuando me vaya...

—George espera.— cerró las piernas sonrojada con evidente vergüenza.— es que me da vergüenza.— confesó aún con sus piernas cerradas.

Lamí mis labios y sonreí, suspire poniendo mis manos en sus rodillas.

—después se te irá. Abre las piernas Amy, es una orden.— hablé sin tratar de dejar ver al 100 mi lado dominante. Ella cerró los ojos y las abrió.

La entrada al cielo.

Se veía estupenda con mi camisa y sus piernas abiertas ante mi, me la comería entera y luego la haría montarme.

Sin pensarlo dos veces hice que pusiera sus piernas en mis hombros y mordí mi labio con una sonrisa.— te va a gustar.— asegure y la vi dudar.

—George, creo que... ¡Oh! diablos.— gimió cuando di una lamida, tan sensible...

Sabía simplemente deliciosa.

Tan así que baje nuevamente a degustar con mi lengua toda su intimidad, ella parecía muy tensa y no porque no le gustaba... Pero algo estaba callando sus gemidos lo que no me gustaba. Me levanté para verla y ahí estaba, con sus ojos cerrados y lloriqueaba en un tono bajo mordiendo su pulgar, quería callar sus gemidos... Subí dejando besos en su abdomen y tome su mano para quitarla.

—mmm.— se le escapó un gemido y la vi removerse, sostuve sus manos y la besé.

—nena... Quiero oírte. ¿Quieres que siga?— Amy asintió frenéticamente.