Capítulo 30: TRES DE CINCO

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ALYSSA

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ALYSSA

—No creo que lo mate.

—Mejor pongamos a los dos en celdas separadas.

Mire a Dante y Simón, el segundo ya estaba encerrado en una de las celdas del sótano, era por precaución no podía dejar que caminara tranquilamente por los pasillos de la mansión.

Por otro lado, Dante, lo saqué del reclusorio sin que se enteren, él podría servirme en algún momento. Ahora mismo debatimos con Izel si ponerlos en la misma celda o no.

—Definitivamente no estarán en la misma celda.

A Simón parecía no importarle lo que decidiera, pero por otro lado Dante se veía nervioso, seguramente su próximo compañero de habitación no le agradaba mucho.

—Entra aquí—le señalé la celda de enfrente, era grande, tenía una cama con dos mantas encima, un pequeño baño con una cortina y una mesa pequeña en donde podía poner sus cosas.

—Esto es mejor que nada—habló.

Tendría que sentirme mal, aunque no lo hice.

—Aly—Izel me llamó.

Me di vuelta para verlo. Su mirada era de reprobación.

—Es un niño, no podemos dejarlo en una celda solo.

Estaba frente a Simón, no era tan grave, los dos no se tocarían o intentarán matarse, solo podrán escucharse mutuamente.

Negué hacia Izel.

—¿Quieres que le de una habitación al lado de la mía? No puedo hacer eso, sería demasiado peligroso.

Aún me veía con reprobación.

—Puede pedir lo que quiera—intente hacer que se tranquilice—estará mejor que en el reclusorio, en mejores condiciones, le darán comida, agua, revistas, libros, puede pedir todo lo que quiera, excepto aparatos electrónicos. Pero estará mejor que ahí afuera, además si se enteran que hablamos con él, aparecerá muerto en poco tiempo.

Al parecer eso hizo recapacitar a Izel, no me detuvo a la hora de ordenar a los guardias todos los cuidados para Dante.

—Muy preocupados por ese niño y a mí solo me dieron una cobija—escuché reclamar a Simón.

Le di una sonrisa.

—De tu cuidado y atención se encarga Asher, yo no ordené nada para ti, si le quieres reclamar algo a alguien es a tu hijo.

Se quedó callado, no estaba mintiendo, Asher se encargaba personalmente de lo que le daban a su padre.

Le di una última mirada a través de los barrotes a Dante para salir del sótano. En el transcurso vi todas las celdas vacías, nunca traía a gente aquí abajo, no era algo que me gustara tener tanto tiempo encerrado a alguien.

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