CAPÍTULO 9

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Los días que pasaron desde nochebuena hasta que llegó el 31 de diciembre pasaron muy lentos para mi gusto. Tenía todo preparado para hacerle la gran pregunta a Hermione y estaba nerviosa, muy nerviosa. 

¿Qué pasaba si me decía que no quería casarse conmigo? ¿Pensaría que es muy precipitado siendo que somos jóvenes?

Estaba en el pequeño balcón que había en nuestra casa mientras tomaba el aire. Faltaban tan solo unas horas y le preguntaría. Sentía que iba a vomitar en cualquier momento y si eso era ahora, no quería imaginar cómo estaría cuando le fuera a preguntar.

Tenía el anillo de compromiso en mis manos y jugaba con él mientras lo observaba. Sin duda era una joya preciosa que quedaría perfecto en la delicada mano de mi novia. Sonreía sin poder evitarlo al imaginarme a Hermione con el anillo puesto.

̶ ¡Aria! ̶ gritó Hermione desde la cocina asustándome y guardé rápido el anillo en el bolsillo.

̶ ¡Voy! ̶ grité de vuelta entrando a la habitación para ir a la cocina donde estaba mi novia, y espero que futura prometida ̶ ¿qué ocurre amor?

̶ Nada ̶ contestó la castaña sonriéndome divertida ̶ solo que llevas alrededor de dos horas en el balcón mirando a la nada y puedes enfermarte. Además, tenemos que vestirnos para ir ya a la madriguera.

La nochevieja la íbamos a pasar en la casa de los Weasly ya que pasamos nochebuena y Navidad en mi casa. Por supuesto iban a estar todos los que estuvieron en nochebuena, además de que se unirían Bill y Fleur ya que no pudieron venir por pasar las navidades con la familia de la chica francesa.

Fuimos a nuestra habitación para cambiarnos. Esta vez nos vestimos y arreglamos bastante rápido, sin contratiempos inesperados. Muy a mi pesar, íbamos a usar los polvos flu para ir hasta la madriguera ya que en coche tardaríamos como dos o tres horas llegar. No me hacía mucha gracia porque me podía manchar con los polvos, pero Hermione mandaba y yo obedecía.

Dejé a Hermione en el salón mientras iba a nuestra habitación con la excusa que me había dejado algo. Entré y cogí la cajita con el anillo dentro y la guardé en mi bolsillo interior de la chaqueta azul marino que llevaba.

Cuando bajé, miré a Hermione y le sonreí indicándole que podíamos irnos ya. Entramos a la chimenea, aunque yo me seguía quejando de que me iba a llenar la chaqueta de ceniza.

̶ Aria, deja de quejarte o duermes en el sofá ̶ advirtió Hermione arqueando una ceja.

̶ Vamos a dormir en la madriguera, el sofá estará ocupado ̶ contesté con una sonrisa de lado.

̶ Pues te saco a dormir fuera ̶ respondió rápido Hermione y la miré ofendida ̶ no me mires así y coge ya los polvos.

̶ Si señora ̶ murmuré y recibí una colleja de su parte. Cogí los polvos flu sin decir nada más y cogí la mano de Hermione para tirarlos luego al suelo ̶ ¡La madriguera!

En solo unos segundos nos encontrábamos en la casa de los Weasly. Salimos por la chimenea y me sacudí la chaqueta para quitarme los restos de polvo que tenía en ella, miré por la sala y no había nadie, debíamos ser de las primeras en llegar. Entramos en la cocina y estaban Ron con Bill hablando.

̶ Buenas noches ̶ saludaron los hermanos y devolvimos el saludo también.

̶ Hermione, Aria ̶ nos saludó Molly abrazándonos ̶ me alegra que halláis llegado. Arthur no tardará en llegar, ha ido a ayudar a tus padres con la red de polvos flu.

̶ Luego le tengo que agradecer a Arthur ̶ comentó Hermione con una sonrisa tímida.

̶ Tonterías ̶ dijo Molly rápidamente ̶ sabes lo que ha mi esposo le gusta hablar y estar con tus padres sobre cosas muggles.

No me importa la sangre (2ª parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora