Capítulo 13: No deberías estar aquí

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|No deberías estar aquí|

El llanto de Violet se calmó luego de unos minutos, saqué mi mano de su espalda y ella se giró hacia mí.

—Morgan llegó a tiempo al departamento y pudo ayudarme a salir. Afortunadamente se activaron las alarmas del lugar y no terminé muerta... —me contó con la voz un poco más compuesta —Claro que no pude evitar que el fuego me alcanzara, ya estaba desmayada así que no pude hacer más...

Sentía molestia en el cuerpo con todo lo que había relatado Violet. Tenía los hombros tensos y cuando alcé la mirada para verla a los ojos me sentí pésimo, ninguna persona merecía pasar por un infierno así.

—¿Qué ocurrió con él?

—La policía estuvo buscándolo porque se escapó. Lo encontraron muerto... se había disparado en la cabeza.

Y, por algún motivo, eso me enfadó todavía más.

Estar muerto era prácticamente un regalo para una persona como él que merecía sufrir y arrepentirse de haber hecho padecer a una chica de diecinueve años. No pude evitar recordar a Vicent Hayden, a quien detestaba desde lo más al fondo de mis entrañas, pero al menos no estaba muerto, estaba sufriendo sin ver la luz en un calabozo y seguramente ahora estaba completamente loco.

—Todos me dicen que ese no es el final que él merecía... todos me comentan que debería haber sufrido y un sinfín de cosas...pero...no sabes la tranquilidad que siento al saber que nunca más voy a volver a verlo.

—Lo sé —bajé la voz.

Violet se quedó sentada un poco más y luego regresó a apoyar la cabeza en la almohada, se giró hacia mí y yo sólo la observé en silencio.

—Por eso le temo a la oscuridad. Sobre todo, porque cuando se va la luz, las personas buscan velas y... y puede causar un incendio...no sé.

—Compraremos una luz automática. Y linternas.

Me sonrió.

—¿Te sientes mejor? —me atreví a preguntar.

—Mucho mejor. No sabes el alivio que se siente cuando no debes ocultarle nada a una persona.

—¿Estás diciendo que ahora sé todo de ti?

—No todo.

Alcé las cejas.

—¿Ah sí?

—Hay una parte de mí que todavía debo reservar.

—¿Cuál es esa?

—La que llora con las películas de amor y la que debe ver una serie en máximo dos días porque no soporta la incertidumbre.

—Entonces no veas Gray's Anatomy.

—¿Por?

—Tiene 388 capítulos.

Ella se rio.

—No la veré.

Era un tanto satisfactorio oírla reír después de haberme contado el peor episodio de su vida y haberse quebrado. Me daba a entender que no todo estaba perdido, al menos no en su vida.

—Y tú... Damián... ¿Cuál es tu secreto? —me preguntó.

—No tengo secretos.

—Ahora que sabes que soy una chica inestable... no tengas miedo, no te juzgaré —dijo en tono de broma.

Pero había un problema, no es que no quisiera contarle lo que había pasado conmigo...no podía. Algo en mí se activaba al recordar a Bianca y no me permitía hablar, parecía como si me pusieran unas manos alrededor del cuello y me apretaran con fuerza desmedida, asfixiándome.

Cuando tus ojos me mirenWhere stories live. Discover now