Capítulo 3

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Su turno en el día recién terminaba, pero quedó con el presidente para hablar sobre el progreso que había con lo que le pasaba a Atsushi y como solucionarlo.

El caso era bastante fácil, Ranpo lo dedujo en un abrir y cerrar de ojos, el problema estaba en como traer de vuelta al chico alegre que valoraba su vida.

No sé preocupaba demasiado por el albino en estos momentos, sabía que sólo fue a comer algo en la cafetería de abajo que Lucy atendía. Dejarlo encargado con Akutagawa fue muy buena idea, pues habían muchos puntos a su favor.

Aunque sus horas de sueño se volvieran nulas y sus niveles de estrés o ansiedad salieran disparados por completo según el examen médico de Yosano, todo valía la pena por su pequeño protegido.

Obviamente no era el único en esas condiciones, pero si parecía ser el más estresado. Y sabía que cierto mafioso quizás estaba en las mismas, pues sus grandes ojeras o tics nerviosos lo delataban.

Si Atsushi usaba un bolígrafo inmediatamente se lo arrebataba, si iban a una misión y se encontraba cerca de una ventana le bloqueaba el camino para poder lanzarse, si pasaban cerca del muelle usaba su habilidad para tomar sus muñecas y evitar que escapara.

Era trabajo de tiempo completo, toda la Agencia podía confiar en él para cuidar del tigre suicida. Así fue por otros tres días, donde trabajaban con gran esfuerzo en un remedio para anular la habilidad que lo tenía de esa manera.

Apenas bajar a la cafetería se le quitaron las ganas de comer, volvió a sudar frío y casi con el celular en la mano para llamar a Yosano, entró al local despacio.

La pobre doctora también estaba cansada, las vendas que tenía de reserva para Dazai tuvieron como destino final al albino, y Kunikida tuvo que hacer más con su ideal para que a ninguno de los dos les faltaran.

- De aquí no te levantas hasta que te termines ese plato- Demandó el mafioso - Es la última vez que te lo digo por las buenas...

- ¿Y ahora qué?- Preguntó dejándose caer en el sofá - La muerte por inanición es horrible, te lo diré de una vez, y puedes durar vivo semanas antes de que eso pase

- Sólo come y ya, los dos estamos cansados de incluso tener que vigilar tu estupida respiración para ver si no estás aguantando el aire hasta ponerte morado

- Que aburridos son...

Ambos se dirigieron una mirada, donde pudieron transmitirse muchas cosas que no eran nada lindas. Estaban simplemente hartos de ese Atsushi, ya no querían tenerlo cerca, les daba pesadillas cada noche aunque ni siquiera pudieran conciliar el sueño.

Querían a su Atsushi de vuelta, el tigre alegre, animado, cariñoso y sensible que apreciaban tanto. El castaño ya no podía con la presión, en un descuido la peor tragedia ocurriría y tal vez Yosano no llegaría a tiempo. No sé perdonaría jamás si algo le pasara, no quería que algo así pasara de nuevo.

Por otro lado, el mafioso entendió que necesitaba con urgencia a ese chico idiota e irritable de regreso en su vida. Todos los días eran un interminable camino sin rumbo fijo, sin nada más que hacer además de interponerse entre, literalmente, la vida y la muerte de su compañero.

- Chuuya dice que vayamos a la Port Mafia por una información- Informó Dazai con pocos ánimos - Ya consiguieron algo sobre la ubicación del usuario de habilidad

- ¿Significa que me volverán a amenazar con sus armas?- Preguntó rápidamente, pero el castaño le lanzó una servilleta hecha bolita a la cara

- ¿Seguro de que no sigues ahí? El Atsushi-kun que yo conocía tenía maneras muy raras de hablar con su subconsciente

Yo te sostengo // SSKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora